“American Gods.” Obra cumbre del escritor Neil Gaiman.
¿Qué pasa con los dioses del Viejo Mundo cuando se encuentran sin fieles, solos y desamparados en un continente que les resulta ajeno? Esta pregunta es la que se hizo Neil Gaiman y fue la génesis de su mayor obra: American Gods. Una novela que hunde sus raíces en los mitos primordiales para deconstruirlos, pero a la vez respetando su integridad.
El hombre detrás del mito
La trayectoria del británico Gaiman es tan poco ortodoxa como fascinante. Cuando trabajaba como periodista entrevistó a Allan Moore (mundialmente famoso por novelas gráficas como V de Vendetta o Watchmen), que reavivó en él su fascinación por los cómics. A raíz de la amistad entre ambos, Gaiman comenzó su carrera como guionista de tebeos con obras como Orquídea Negra y The Sandman. Esta última serie es con la que consiguió cierto reconocimiento durante los 90, hasta alcanzar el estatus de autor de culto.
Aunque también cultivó la narrativa más tradicional durante esta década, siempre fue en colaboración con otros autores (como en Buenos Presagios, junto a Terry Pratchett) o novelizando guiones propios de cómic o televisión (Neverwhere y Stardust). Tuvimos que esperar hasta principios del siglo XXI para leer American Gods (2001), su primera creación concebida desde el principio como una novela. En ella, Gaiman aglutina todos aquellos elementos que le venían obsesionando durante toda su vida, que cristalizaron en una obra fascinante.
Cuestión de género
American Gods cuenta la historia de Sombra Moon, que tras tres años de condena sale de la cárcel para ir al funeral de su mujer Laura, recientemente fallecida en un accidente de tráfico junto a su mejor amigo. Sombra, que se sentía reformado y con ganas de empezar una nueva vida, contempla con horror como todo su mundo se derrumba. En el camino de vuelta a su antiguo hogar conoce a un tal “Señor Miércoles” (Wednesday), que le ofrece un empleo como guardaespaldas. A partir de entonces Sombra, un escéptico declarado, descubre que tras la realidad aparente existe otra, y que los mitos acechan a la vuelta de la esquina.
La novela combina toda suerte de elementos muy dispares. Es una historia de fantasía y a la vez un thriller, un relato de ciencia ficción, e incluso un libro de viajes. Este es precisamente el mayor problema al que se enfrentan los críticos a la hora de analizar American Gods, pues resulta imposible encasillarla. A fin de cuentas, debemos entender que Gaiman no concibe los géneros literarios como compartimentos cerrados. El mismo autor dijo al respecto:
Cuando sólo me tengo a mí como primer lector, el género, o la ausencia de género, se vuelve inmaterial. La única regla que me puede guiar como escritor es la de seguir avanzando, y seguir contando una historia que a mí, mi primer lector, no me haga sentirme engañado o decepcionado al final.
De esta manera, American Gods es una obra de contrastes. Y esto, lejos de ser un rasgo negativo, le da un carácter propio al que otros libros sólo pueden aspirar. Drama y comedia, fantasía y realidad se entrelazan entre sus páginas hasta tejer un relato que atrapa al lector.
Una historia de dioses y hombres
—¿Qué eres? —preguntó Sombra—. ¿Qué sois todos vosotros?
Bastet bostezó, mostrando una perfecta lengua de color rosa oscuro.
—Piensa que somos símbolos; somos el sueño que la humanidad crea para encontrarles sentido a las sombras en las paredes de la caverna. Y ahora sigue tu camino. Tu cuerpo se está enfriando. Los locos se están reuniendo en la montaña. El tiempo apremia.
American Gods no son sólo las peripecias de un ex convicto. Es un mito moderno que se enmarca dentro de la corriente de lo neofantástico, nacida a raíz del agotamiento del género, y que se opone a la clasificación tradicional de la fantasía del teórico Todorov. Es la lucha de poder en EE. UU. entre los dioses antiguos (sabios, viejos, pobres y decadentes) y los dioses nuevos (ignorantes, jóvenes, ricos y poderosos), que personifican la globalización, Internet, y la posmodernidad. Este enfrentamiento tiene resonancias míticas que nos recuerdan a la Gigantomaquia de la mitología griega, o las guerras entre los Æsir y los Vanir de la mitología nórdica.
Sin embargo, que este rico trasfondo no nos lleve a engaños. Es cierto que American Gods tiene un subtexto que el lector sagaz puede descubrir, pero no es un requisito indispensable para disfrutar de la obra. La trama es, por sí misma, interesante, con distintos giros argumentales y personajes muy bien construidos con los que es fácil empatizar. Por todo ello, recomiendo leer esta historia de dioses y hombres.
El artículo “American Gods.” Obra cumbre del escritor Neil Gaiman. ha sido originalmente publicado en Actualidad Literatura.
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