Redactor, escritor… Estos 10 consejos siempre pueden ayudar

Los que redactamos o escribimos habitualmente hemos de tener presentes algunas recomendaciones muy necesarias. Son las que nos ayudan a manejar nuestras ideas y discurso para ponerlos en orden y expresarlos lo más claramente posible. Por supuesto, no es lo mismo una escritura creativa que una redacción de contenidos como esta. Los lectores y medios pueden ser distintos y el mensaje también. Pero estos 10 consejos pueden aplicarse a cualquier faceta de escritura, adaptándolos a ellas, claro. Veamos cuáles son. ¿Podemos añadir alguno más? 

1. Escribamos cuando tengamos las ideas claras.

Quizás sea lo más importante. Destacar esa primera idea o jerarquizar las que nos surgen para luego desarrollarlas y que queden claras. Y por supuesto tengamos a mano desde el diccionario a cualquier otro recurso de consulta para resolver las dudas lingüísticas, semánticas u ortográficas que nos puedan surgir. Encontramos muchos en internet como la RAE, el Diccionario Panhispánico, la Fundéu, el Instituto Cervantes y otros cuantos.

2. Cuanto más se lee, mejor se escribirá.

Y en eso creo que tanto lectores como escritores estamos de acuerdo. Tampoco es una actividad que nos falta porque seguramente siempre lo estamos haciendo. Si no es por necesidad, es por deber o por ocio. La cuestión es que además de la atención por el contenido, la pongamos también en la forma.

3. El mejor orden de una frase es el lógico: sujeto, verbo y complementos.

Ya sabemos lo rico, extenso y maleable que es nuestro idioma. Sus figuras, sus giros y su flexibilidad, pero al César lo que es del César y al maestro Yoda lo que es del maestro Yoda. Mucho más fácil mantener el orden lógico de una frase es.

4. Tengamos presente a quién nos dirigimos y quién nos lee.

Evidentemente los lectores de este blog no son los mismos que los de Paulo Coelho, Kafka, el Marca o el informe de balances del departamento de cuentas. Tampoco como lectores ponemos los mismos ojos sobre este artículo que sobre La Cenicienta cuando se la leemos a nuestros hijos. Influyen además los factores sociológicos y culturales que podamos suponer de ese lector. Así que ante todo debe prevalecer ese lenguaje llano, sencillo y accesible para todos, sin olvidar una cierta calidad, claro.

5. Precaución con el uso de la voz pasiva.

Por contagio del inglés, es habitual ver cómo le gusta a la grey periodística de este país usar la voz pasiva en titulares, entradillas o contenido de sus artículos. Pero resulta que este idioma nuestro funciona en la voz activa, o sea, son los sujetos los relevantes, no los objetos. Protagonicemos la acción, que no nos supere ella.

6. Ahorrémonos las frases largas. Tienden a la confusión.

Algunos tenemos esa peligrosa afición y me estoy incluyendo. Como escritora creativa tiendo a esas frases largas que a veces consigo dominar y otras no tanto. Sin embargo, digamos que escribiendo una novela nos damos más libertad en el estilo o lo que queremos expresar necesita longitud. Pero al redactar hay que procurar ser precisos e ir al grano. Controlemos esas subordinadas, esas aposiciones y esos circunloquios. O no nos pasemos con ellos.

7. Intentemos evitar el exceso de adjetivos.

Que a veces nos dejamos llevar por la emoción, la decepción o la rabia y nos pasamos denotando o connotando. En la redacción de contenidos hay que intentar apartarse un poco de la subjetividad inherente que tenemos.

8. No nos enamoremos tanto de nuestros textos. Pongamos una distancia.

Todos lo hacemos maravillosamente bien y lo sabemos. Además, nos lo han dicho. Además, nos lo hemos creído. Hemos escrito un artículo redondo, bueno de verdad. En realidad, siempre lo hacemos. Igual un día es más corto o nos ha costado más o el tema nos gusta menos, pero no fallamos. Tenemos un toque, un don. Nacimos ya con un lápiz entre los dedos, un teclado bajo el brazo. Nadie nos iguala creando palabras y uniéndolas. A algunos los llaman juntaletras. A nosotros, maestros. Pues eso.

9. No tengamos miedo de tachar.

Lo que sobra, lo que no cuadra, lo que no es, lo que no nos suena. Todos esos complementos que no aportan nada. Es complicado. Los pleonasmos forman parte de nuestra vida y ahora, en la corrección política y lingüística que impera, los eufemismos son el pan de nuestro de cada día. Nos hemos cargado de desdoblamientos, de géneros (ya no tenemos sexo) y soluciones habitacionales. Hemos tenido que aprender a convivir con ellos, pero podemos ahorrarnos mucha paja. Si queremos, claro.

10. Releamos, revisemos y corrijamos.

Una y otra vez. Sin cansarnos. Y si podemos, lo fundamental es dejar pasar un poco tiempo tras una primera relectura. Siempre aparece una errata, una palabra que habíamos interiorizado pero no puesto, una tilde traicionera. Pueden ser unos minutos o un día, pero intentémoslos. Nos beneficiará seguro.

Entonces ¿qué? ¿Podemos añadir algún consejo más?

Fuente: Cálamo y Cran

El artículo Redactor, escritor… Estos 10 consejos siempre pueden ayudar ha sido originalmente publicado en Actualidad Literatura.



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