Alejandro Dumas padre e hijo. Aniversarios. Algunas frases.
El 24 de julio de 1802 nació Alejandro Dumas y 22 años más tarde, un 27 también de julio, nació su hijo también Alejandro. Son posiblemente los Alejandros más famosos de Francia y, sin duda, dos de los más populares escritores de todos los tiempos, en especial, el padre.
Todavía habrá algún habitante de este planeta que no ha leído un libro suyo. Pero seguro que es imposible que haya alguien que no ha visto una película basada en sus novelas. Y si queda alguien que no ha oído hablar de esos libros ahí, es que sin duda no es de este mundo. Prolíficos y sinónimos de aventuras atemporales o de historias de amor sublime y trágico. Los Dumas son insuperables y, por ley, debería leerse o releerse un libro suyo cada año. Quedémonos con algunas de sus frases.
Alejandro Dumas padre
- Todos para uno, uno para todos.
- Los locos y los héroes, dos clases de imbéciles que se parecen bastante.
- Los seres queridos que perdemos no reposan bajo la tierra, sino que los llevamos en el corazón.
- Hay dos miradas: La mirada del cuerpo puede olvidar a veces, pero la del alma recuerda siempre.
- En general, no se piden consejos más que para no seguirlos; o, si se siguen, es para tener a alguien a quien se puede reprochar el haberlos dado.
- Un bribón no ríe de igual forma que un hombre honesto, un hipócrita no llora con las lágrimas que un hombre de buena fe. Toda falsedad es una máscara, y por bien hecha que esté la máscara, siempre se llega, con un poco de atención, a distinguirla del rostro.
- El silencio es la última alegría de los desgraciados; guardaos de poner a alguien, quienquiera que sea, tras la huella de vuestros dolores; los curiosos empapan nuestras lágrimas como las moscas sacan sangre de un gamo herido.
- Siempre habrá labios que digan una cosa mientras el corazón piensa otra.
- Mi reino es grande como el mundo, porque no soy italiano, ni francés, ni indio, ni americano, ni español; soy cosmopolita.
- Todo mal tiene dos remedios; el tiempo y el silencio.
- Las heridas morales tienen la particularidad de que se ocultan, pero no ce cierran; siempre dolorosas, siempre prontas a sangrar cuando se les toca, quedan vivas y abiertas en el corazón.
- Lo más curioso que hay en la vida es el espectáculo de la muerte.
- Solo el que ha conocido el extremo del infortunio puede sentir la felicidad suprema. Es necesario haber querido morir, para saber cuan dulce es la vida.
Alejandro Dumas hijo
- El corazón es lo último que se desprende de la tierra y la memoria lo último que se desprende del corazón.
- Prefiero los malvados a los imbéciles, porque aquellos, al menos, dejan algún respiro.
- Para la mujer a quien la educación no ha enseñado bien, Dios abre casi siempre dos senderos que la llevan de regreso y que son el dolor y el amor.
- El arte necesita o soledad o miseria o pasión. Es una flor de roca que necesita del viento áspero y del terreno duro.
- Sería inútil que envejeciera el mundo si no fuera para enmendarse.
- El dinero es el único poder que nunca se discute.
- Todo lo que puede sustituirse con facilidad puede ser abandonado más fácilmente.
- No soy ni lo suficientemente rico para amarla como quisiera ni lo suficientemente pobre para amarla como usted quiere.
- ¡Cuántos caminos toma el corazón y cuántas razones encuentra para llegar a lo que desea!
- Las respuestas que uno espera con impaciencia siempre llegan cuando uno no está en casa.
- Los jóvenes sacrifican siempre los afectos sinceros en favor de los afectos dudosos.
- ¡Qué mezquino y raudo es el hombre cuando se siente herida una de sus miserables pasiones!
- No siempre se pueden ejecutar los tratados el día en que se firman.
- ¿Se puede ver algo más triste que la vejez del vicio, especialmente en la mujer?
- Siempre se ha tenido niñez, no importa en lo que una se haya convertido.
- ¡Qué dulce es dejarse persuadir por una voz amada!
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