David Goodis. 3 adaptaciones al cine de sus novelas

David Goodis es uno de esos escritores malditos, de vida difícil y acabada antes de tiempo. Nació un día como hoy en Filadelfia en 1917, pero murió con apenas 50 años en un psiquiátrico. Fue autor de unas 20 de novelas de las llamadas pulp, pero también firmó algunas de las más representativas del género negro como Disparad al pianista, La senda tenebrosa o Al caer la noche. Hoy, en su memoria, repaso esos tres títulos que fueron llevados al cine con gran éxito.

Disparad al pianista

Dicen que es la obra maestra de Goodis y que no envejece y desde luego sigue siendo una de las más extraordinarias novelas del género negro. Fue en 1960 cuando el director francés François Truffaut la llevó al cine con Charles Aznavour como protagonista.

La historia empieza en un bar de mala muerte de Filadelfia, donde llega un hombre fuera de sí y que está huyendo. Busca a Eddie, el pianista, que también es su hermano. Lleva muchos años sin verlo y le pide ayuda y refugio. Pero Eddie no quiere saber nada porque no quiere problemas.

Entonces aparecen dos pistoleros y Eddie no puede evitar ayudar a su hermano a escapar. Pero él también deberá huir y lo hará con Lena, una misteriosa camarera y la única persona que conoce su verdadera identidad. Él es Edward Webster Lynn, un famoso concertista de piano que hace años tuvo mucho éxito. La cuestión es cómo ha ido a parar a ese tugurio y está empeñado en borrar cualquier rastro de su pasado.

Al caer la noche

Este título también tuvo una brillante adaptación al cine por parte de Jacques Tourneur, director de origen francés que supo desenvolverse en toda clase de géneros pero firmó sus mejores obras en el cine negro de finales de los 40 y la década de los 50.

A esta historia Tourneur le mantuvo el suspense y la intriga literarios añadiéndole un ritmo vibrante y su personal estilo visual, reforzados por un perfecto uso del flashback.

En ella, y al principio, conocemos al protagonista, James Vanning (un Aldo Ray con el punto de dureza y simpatía que lo caracterizaba). Vanning es un diseñador del que solo sabemos que parece estar huyendo de algo. En una cafetería conocerá a una mujer, Marie Gardner, una modelo interpretada por Anne Bancroft, que también parece estar en apuros. Entre ellos surge una relación que terminará ayudándolos a ambos.

Es entonces cuando, con los distintos flashbacks, nos vamos enterando de la historia. Así sabemos que en una salida al campo para ir de pesca Vanning y su amigo Edward Gurston se tropiezan con una banda de atracadores que acaba de asaltar un banco. Estos asesinan a Edward y dan por muerto a Vanning. Sin embargo, Vanning está vivo y además encuentra el dinero del atraco. A partir de ese momento, sufrirá una larga persecución por parte de los atracadores y también de las autoridades, que lo señalan como el principal sospechoso de la muerte de Edward.

La senda tenebrosa

Vincent Perry (Humphrey Bogart), injustamente condenado a cadena perpetua por el asesinato de su mujer, escapa de prisión para probar su inocencia. Se encuentra con una atractiva desconocida que le prestará ayuda porque su padre también fue víctima de un error judicial.

Así que tenemos el desarrollo clásico del cine negro donde el protagonista tiene que huir de la policía a la vez que intenta descubrir quién mató a su mujer antes de que lo vuelvan a arrestar. Y en medio los habituales chantajistas y mujeres fatales, también clásicos del género.

La película la firmó Delmer Daves, un guionista que había comenzado a dirigir y se especializó en westerns como El tren de las 3:10 o El árbol del ahorcado. Sin embargo, ha envejecido peor que muchos clásicos que protagonizó Bogart, quizás por un guion que tiene algunas secuencias con peso pero basadas en coincidencias difíciles de creer.

Pero sigue mereciendo la pena verla porque se trata de la tercera película de las cuatro que rodaron juntos Bogart y Lauren Bacall. Y se nota que fue hecha ex profeso para que ellos llenaran las salas.

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