La poesía de la Generación del 27
Cuando un internauta busca “Generación del 27 poemas”, los resultados apuntan a la obra de autores como Pedro Salinas, Rafael Alberti o Federico García Lorca. Igualmente aparecen escritos de Dámaso Alonso, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Emilio Prados, Vicente Aleixandre, Manuel Altoaguirre, Adriano del Valle, Juan José Domenchina y Pedro García Cabrera.
Esa lista incluye las creaciones de otros poetas parcialmente relacionados con la generación. Se trata de Miguel Hernández, León Felipe, José Moreno Villa, Fernando Villalón, Max Aub y Joaquín Romero Murube. Del mismo modo, el chileno ilustre, Pablo Neruda estuvo muy vinculado a los artistas surrealistas del grupo, especialmente con Salvador Dalí.
La Generación del 27
Esta fue la denominación otorgada a una agrupación de literatos, pintores e intelectuales vanguardistas que surgió en 1927. El cometido de sus fundadores —Pedro Salinas, Rafael Alberti, Melchor Sánchez Almagro y Gerardo Diego— fue brindar un homenaje a Luis de Góngora (1561 – 1627), cuando se cumplieron trescientos años de su fallecimiento.
Los precursores del movimiento consideraban a Góngora “el mayor exponente de la literatura barroca del Siglo de Oro” español. No obstante, la calificación generacional fue discutida por el propio Salinas, quien afirmó que los integrantes del grupo no se ajustaban al concepto de “generación” de Julius Peterson. Esta definición historiográfica se rige bajo los siguientes criterios:
- Poca distancia entre los años de nacimiento de sus miembros. En el caso de la Generación del 27, algunos de ellos tenían diferencias de edad hasta de 15 años.
- Formación académica y/o intelectual similar. Si bien muchos de ellos coincidieron en la Residencia de Estudiantes de Madrid, eran una cofradía cultural con rasgos estéticos comunes y de filosofía compartida.
- Relaciones personales. A decir verdad, los integrantes de la Generación del 27 se agrupaban más en pares o en tríos; no era un grupo muy cohesionado.
- Intervención en actos propios de índole colectiva y la existencia de un “acontecimiento generacional”, causante de la unión de voluntades. En este punto, el homenaje de sus fundadores a Luis de Góngora y el evento de las “Sin Sombrero” son los dos sucesos más trascendentales del grupo.
- Presencia de un líder identificable (guía).
- Sin vínculos o continuidad con la generación siguiente. Al respecto, los académicos consideran que algunos de sus miembros —Miguel Hernández, por ejemplo— fueron integrantes de la Generación del 36. De igual forma, Dámaso Alonso y Gerardo Diego permanecieron en el país tras la Guerra Civil Española y mantuvieron cierta relación con la línea franquista.
- Lenguaje generacional (estilo semejante).
Características de la poesía de la Generación del 27
Comprometida
Los poetas de la Generación del 27 se distinguieron por su compromiso social y político. Por lo tanto, no fueron escritores motivados meramente por el placer de la composición lírica, pues sus letras tenían un propósito comunicativo de denuncia social. Por ende, la poesía —al igual que las otras manifestaciones artísticas del movimiento— se convirtió en un medio de expresión y de protesta.
Esta tendencia se debe al giro de España durante la segunda mitad de la década de 1920 hacia una sociedad más progresista, con más derechos. En concordancia, los escritores de la Generación del 27 reflejaron la tendencia de un país más dispuesto a integrarse al mundo. Una muestra de la poesía comprometida es el poema “Para quién escribo” de Vicente Aleixandre; fragmento:
“Escribo acaso para los que no me leen. Esa mujer que
corre por la calle como si fuera a abrir las puertas
a la aurora.
O ese viejo que se aduerme en el banco de esa plaza
chiquita, mientras el sol poniente con amor le toma,
le rodea y le deslíe suavemente en sus luces”.
Progresista
Los poetas del movimiento tenían una concepción progresista de la literatura y del arte en general. Por ende, tuvieron la intención de desarrollar nuevas formas literarias con el fin de otorgarle a las letras un aire renovado. Sin embargo, esta transformación no buscaba una ruptura con la tradición, porque el propósito no era renegar a la poesía española de los siglos predecesores.
Vanguardista
Los literatos de la Generación del 27 pretendieron conseguir la integración entre las formas líricas tradicionales y los subgéneros emergentes de aquel tiempo. Es decir, ellos eran artistas reaccionarios hacia el orden establecido, en busca de otras maneras de percibir y comprender al mundo. Uno de los máximos exponentes de la poesía progresista fue Pedro Salinas.
A continuación, se muestra un fragmento del poema “Fe mía”, de Salinas:
“No me fío de la rosa
de papel,
tantas veces que la hice
yo con mis manos.
Ni me fío de la otra
rosa verdadera,
hija del sol y sazón,
la prometida del viento.
De ti que nunca te hice,
de ti que nunca te hicieron,
de ti me fío, redondo
seguro azar”.
Algunos de los subgéneros emergentes influyentes en la Generación del 27
- Surrealismo. Una de las muestras más conocidas de la poesía surrealista de la Generación del 27 es el poemario Sobre los ángeles (selección) (1929), de Rafael Alberti. A continuación, un fragmento del poema “Los ángeles colegiales”:
“Ninguno comprendíamos nada:
ni por qué nuestros dedos eran de tinta china
y la tarde cerraba compases para al alba abrir libros.
Sólo sabíamos que una recta, si quiere, puede ser curva o quebrada
y que las estrellas errantes son niños que ignoran la aritmética”.
- Dadaísmo
- Impresionismo
- Expresionismo
- Futurismo
- Cubismo. Una de las muestras más conocidas es el caligrama Rosa de la muerte de Federico García Lorca.
Honró la herencia del Siglo de Oro español
Aparte del mencionado Luis de Góngora, los integrantes del movimiento abrazaron los clásicos de Quevedo, Lope de Vega y Garcilaso de la Vega. Con base en estos textos antiguos, los poetas de la Generación del 27 crearon nuevos estilos al mezclar esa tradición con las ideologías vanguardistas de esa época.
Poesía popular
Casi la totalidad de los poetas de la Generación del 27 demostraron una veneración muy sentida hacia las formas líricas populares. Entre ellas, el Romancero y el Cancionero tradicional, así como las creaciones de Gil Vicente y Juan de Encina. Una muestra de esta tendencia es palpable en “El romance del Duero” de Gerardo Diego; fragmento:
“Tú, viejo Duero, sonríes
entre tus barbas de plata,
moliendo con tus romances
las cosechas mal logradas”.
Libertad creativa
Los poetas de la Generación del 27 realizaron composiciones con libertad absoluta a nivel métrico y en el aspecto estilístico. Asimismo, el verso libre fue muy frecuente entre los autores del movimiento. Mas, esto no les impidió alcanzar un lenguaje pulcro (y embellecido, incluso). Por lo general, emplearon metáforas para conferirle mayor contundencia a sus mensajes y visiones surrealistas.
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