El cantar del Mío Cid
Dentro de las grandes obras de la literatura española, El Cantar del Mio Cid ocupa un puesto bastante alto, ya que es uno de los mayores cantares de gesta que se conservan de la Edad Media. En concreto, hablamos de la primera obra poética extensa de la literatura en España, y también el único que se conserva casi completo, porque le falta la primera hoja del original y dos interiores del códice.
Si quieres saber más sobre El cantar del Mio Cid, como su historia, características, personajes… o conocer un fragmento, hoy saciaremos tu curiosidad.
Qué es El cantar del Mio Cid
El Cantar de Mío Cid se cataloga como una canción de gesta. De hecho, es la canción de gesta más antiguas que se conserva casi íntegra y en ella se cuenta la historia de un personaje durante la reconquista de la Península. Nos referimos a Rodrigo Díaz de Vivar, desde que cae en desgracia con Alfonso VI hasta su muerte.
A pesar de que el Cantar de Mío Cid es anónimo, y una gran obra de la literatura española en lengua romance, lo cierto es que algunos especialistas se lo atribuyen a Per Abbat, un juglar o copista que lo escribió en 1207 (aunque el Manuscrito que se conserva, el de Per Abbat, tiene fecha de 1307).
Actualmente, el original, se encuentra en la Biblioteca Nacional (que lo tienen desde 1960). Su estado de conservación es bastante «delicado», debido a que en muchas hojas hay manchas de color pardo oscuro debido a los reactivos a los que ha sido sometida. Además, como decíamos antes, hay varias lagunas, en concreto la primera página y dos páginas interiores.
El cantar del Mio Cid está dividido en tres partes:
- El Cantar del destierro. Habla sobre el exilio y las batallas heroicas que realizó el protagonista frente a los moros.
- El Cantar de las bodas. Cuenta la historia de la fallida boda de las hijas del Cid con los infantes de Carrión. También hay una parte sobre la batalla de Jérica y la conquista de Valencia.
- Cantar de la afrenta de Corpes. En este caso la historia se centra en la ofensa que las hijas del Cid sufren y la vindicación del burgalés contra los infantes de Carrión.
Quién escribió El cantar de Mio Cid
Por desgracia, no sabemos quién fue el autor de El cantar del Mio Cid. Por ende, se dice que es anónimo. Aunque hemos comentado antes que puede atribuirse por algunos al juglar Per Abbat. Ahora bien, según una investigadora, Dolores Oliver Pérez, profesora de la Universidad de Valladolid, el autor pudo ser Abu I-Walid al Waqqashi, un famoso poeta y jurista árabe.
Según la investigación que ha llevado a cabo, este poeta y jurista la escribió en el año 1095 en Valencia (ya que estaba afincado en esa ciudad en la época de Rodrigo Díaz de Vivar).
Las teorías en las que se basa son dos:
- Por un lado, el hecho de que se piense que el autor de El cantar de Mio Cid fue hecho por un juglar. No solo lo afirma Olivar Pérez, sino también otros como Menéndez Pidal. Hablamos de la teoría de Per Abbat.
- Por otro lado, su autor debió haber sido jurista ya que conocía fuentes latinas y de época francesa.
A ciencia cierta no podemos afirmar ni desmentir. De hecho, no ha salido a la luz nada más al respecto, pero sí genera la duda de saber si realmente puede haber sido el autor de este cantar de gesta.
Lo que sí deja claro esta investigadora es que este cantar de gesta servía más como un poema de propaganda política y que este no solo se conocía en lengua romance, sino también en árabe.
Personajes de El Cantar del Mio Cid
Todos los personajes que forman parte de El cantar del Mio Cid tienen una característica en común: son personas reales. De hecho, Rodrigo Díaz de Vivar, Alfonso VI, García Ordóñez, Yúsuf ibn Tasufín, Jimena Díaz y muchísimos más existieron en la vida real. Ahora bien, hay algunos que generan dudas (porque no se sabe si existieron con otro nombre o fueron creación del autor), y otros que directamente han sido considerados ficticios.
Incluso, se pueden encontrar personajes que son reales pero que tienen el nombre erróneo, por ejemplo Elvira y Sol, las hijas del Cid, que en realidad se llamaban Cristina y María.
Los más importantes de este cantar son los siguientes:
- El Cid. En realidad, se trata de Rodrigo Díaz de Vivar, un caballero que estaba al servicio de Sancho II y de Alfonso VI, los Reyes de Castilla.
- Doña Jimena. Es la esposa de El Cid. Además, es la sobrina del rey Alfonso VI y cumple su papel como esposa.
- Doña Elvira y Doña Sol. Los nombres reales de las hijas (según Menéndez Pidal) serían Cristina y María, pero aquí las nombran de esta forma. Doña Elvira tiene 11-12 años mientras que su hermana 10-11 años cuando las casan con los Infantes de Carrión y son cumplidoras con respecto a las órdenes que su padre les da (como por ejemplo el casamiento con los Infantes).
- Infantes de Carrión. Son Fernando y Diego González, dos chicos que, según los expertos, representan la deshonra y la cobardía de El Cid.
- Garcia Ordoñez. Es el enemigo de El Cid.
- Alvar Fáñez «Minaya». La mano derecha de El Cid.
- Babieca. El caballo de El Cid, y uno de los más reconocidos en el cantar.
- Colada y Tizón. Es el nombre con el que se conoce a las espadas de El Cid.
Fragmento de El cantar de Mio Cid
Para finalizar, queremos dejarte a continuación un fragmento de El cantar de Mio Cid a fin de que conozcas cómo es. Pero lo mejor sería que le dieras una oportunidad ya que es uno de los mejores cantares de gesta españoles de la Edad Media (y una de las mejores obras clásicas de la literatura española).
112 Suéltase el león del Cid. Miedo de los infantes de Carrión. El Cid amansa al león. Vergüenza de los infantes
Estaba el Cid con los suyos en Valencia la mayor
y con él ambos sus yernos, los infantes de Carrión.
Acostado en un escaño dormía el Campeador,
ahora veréis qué sorpresa mala les aconteció.
De su jaula se ha escapado, y andaba suelto el león,
al saberlo por la corte un gran espanto cundió.
Embrazan sus mantos las gentes del Campeador
y rodean el escaño protegiendo a su señor.
Pero Fernando González, el infante de Carrión,
no encuentra dónde meterse, todo cerrado lo halló,
metióse bajo el escaño, tan grande era su terror.
El otro, Diego González, por la puerta se escapó
gritando con grandes: «No volveré a ver Carrión.
«Detrás de una gruesa viga metióse con gran pavor
y, de allí túnica y manto todos sucios los sacó.
Estando en esto despierta el que en buen hora nació
y ve cercado el escaño suyo por tanto varón.
«¿Qué es esto, decid, mesnadas? ¿Qué hacéis aquí alrededor?»
«Un gran susto nos ha dado, señor honrado, el león.»
Se incorpora Mío Cid y presto se levantó,
y sin quitarse ni el manto se dirige hacia el león:
la fiera cuando le ve mucho se atemorizó,
baja ante el Cid la cabeza, por tierra la cara hincó.
El Campeador entonces por el cuello le cogió,
como quien lleva un caballo en la jaula lo metió.
Maravilláronse todos de aquel caso del león
y el grupo de caballeros a la corte se volvió.
Mío Cid por sus yernos pregunta y no los halló,
aunque los está llamando no responde ni una voz.
Cuando al fin los encontraron, el rostro traen sin color
tanta broma y tanta risa nunca en la corte se vio,
tuvo que imponer silencio Mío Cid Campeador.
Avergonzados estaban los infantes de Carrión,
gran pesadumbre tenían de aquello que les pasó.
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