Alejandra Pizarnik

Frase de Alejandra Pizarnik

Frase de Alejandra Pizarnik

En los últimos cincuenta años, Alejandra Pizarnik ha sido la poetisa argentina más leída en Latinoamérica y el mundo. Su estilo único e inigualable transcendió en el tiempo, más allá de su trágica muerte. La autora creó un discurso poético muy original, caracterizado por un lenguaje muy rico y por abarcar complejas temáticas para su época.

A pesar de que su vida fue sumamente corta —murió con tan solo 36 años de edad—, logró construir una robusta trayectoria y dejó un legado de importantísimas obras. Con su primera publicación, La tierra más ajena (1955), Pizarnik conquistó a miles de lectores, quienes permanecieron fieles hasta su último libro en vida: Los pequeños cantos (1978). Entre las distinciones que recibió destaca el premio Municipal de Poesía (1965).

Libros de Alejandra Pizarnik

Un signo en tu sombra (1955)

Es el segundo poemario publicado por Pizarnik. Se trata de una colección de seis de los mejores poemas que había escrito hasta esa fecha. Estas composiciones reflejan la energía y el ímpetu de la joven autora; los versos están impregnados de intranquilidad, incertidumbre, dudas y muchas interrogantes.

Uno de los poemas que podemos disfrutar de esta antología es:

«Lejanía»

“Mi ser henchido de barcos blancos.

Mi ser reventado sentires.

Toda yo bajo las reminiscencias de

tus ojos.

Quiero destruir la picazón de tus

pestañas.

Quiero rehuir la inquietud de tus

labios.

¿Por qué tu visión fantasmagórica redondea los cálices de

estas horas?”.

La última inocencia (1956)

Es la tercera colección presentada por la autora. La obra contiene dieciséis composiciones de amor. Nuevamente hay una notoria exposición de la vida misma de Pizarnik, y se aprecia una evidente evolución con respecto a sus anteriores trabajos. Asimismo, esta recopilación cuenta con importantes poemas feministas de ese período. Entre los poemas destaca:

«Sueño»

“Estallará la isla del recuerdo.

La vida será sólo un acto de candor.

Prisión

para los días sin retorno.

Mañana

los monstruos del buque destruirán la playa

sobre el viento del misterio.

Mañana

la carta desconocida encontrará las manos del alma”.

Árbol de Diana (1962)

En este libro, Pizarnik presenta 38 poemas cortos con versos libres. La obra fue prologada por el Nobel de literatura Octavio Paz. En esta ocasión sobresalen temas como la muerte, la soledad y el desconsuelo. Como en las anteriores entregas, cada línea poética devela detalles íntimos de la autora, como su inestabilidad emocional y mental. Hay pasajes que pueden resultar totalmente contradictorios.

Los primeros poemas de la antología son:

«1»

“He dado el salto de mí al alba.

He dejado mi cuerpo junto a la luz

y he cantado la tristeza de lo que nace”.

«2»

“Éstas son las versiones que nos propone:

un agujero, una pared que tiembla…”.

Los trabajos y las noches (1965)

Esa es una colección de 47 poemas con variadas temáticas. El tiempo, la muerte, la pasión y el dolor están entre los principales protagonistas. Se trata de uno de los trabajos más complejos de la autora argentina, y el que demuestra con mayor contundencia su carácter poético. En una entrevista de Marta Isabel Moia, Pizarnik afirmó: “Ese libro me dio la felicidad de encontrar la libertad en la escritura. Fui libre, fui dueña de hacerme una forma como yo quería”.

Una muestra de este poemario es:

«Quien alumbra»

“Cuando me miras

mis ojos son llaves,

el muro tiene secretos,

mi temor palabras, poemas.

Sólo tú haces de mi memoria

una viajera fascinada,

un fuego incesante”.

La condesa sangrienta (1971)

Se trata de un relato corto sobre la condesa Erzsébet Báthory, una mujer atroz y sádica, quien realizó terribles crímenes con el fin de mantenerse joven. En doce capítulos se describen poco a poco los métodos de tortura aplicados por esta “dama”. El libro consta de 60 páginas con ilustraciones de Santiago Carusola e incluye fragmentos en prosa poética al mejor estilo de Pizarnik.

Sinopsis

La aristócrata húngara Erzsébet Báthory se casa a sus 15 años con el conde Ferenc Nádasdy. Tres décadas después, el hombre fallece. Para ese entonces, la condesa tiene 44 años y teme envejecer. Para evitar que las canas le alcancen, inicia en la brujería, llevando a cabo rituales en los cuales usa sangre de jovencitas para mantener su lozanía. Según notas halladas en su habitación, torturó y asesinó de diferentes maneras a más de 600 mujeres.

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Sobre la autora

Alejandra Pizarnik

Alejandra Pizarnik

La poetisa Flora Alejandra Pizarnik nació el 29 de abril de 1936 en Buenos Aires, Argentina. Provino de una familia de inmigrantes rusos de clase media, quienes originalmente tenían el apellido Pozharnik y lo perdieron al residenciase en el país azulgrana. Desde muy pequeña fue muy inteligente, aunque también se caracterizó por tener muchas inseguridades por su aspecto físico y su tartamudez.

Estudios

Tras culminar los estudios secundarios, en 1954 ingresó a la Universidad de Buenos Aires, específicamente en la Facultad de Filosofía y Letras. Pero, al poco tiempo —asociado a su personalidad variable— cambió a la carrera de periodismo. Más tarde, inició clases de arte con el pintor Juan Batlle Planas, aunque finalmente abandonó todo para dedicarse exclusivamente a escribir.

Terapias

En su época universitaria, comenzó sus terapias con León Ostrov. Con ello intentó controlar su agitación y mejorar su autoestima. Esas reuniones fueron de suma importancia para su vida e inclusive para su poesía, puesto que agregó a sus trabajos esa experiencia sobre el inconsciente y la subjetividad. “El despertar”, uno de sus poemas más famosos, fue dedicado a su psicoanalista.

Sus años en Paris

A inicios de los 60, Pizarnik vivió en Paris por cuatro años. En ese tiempo trabajó en la revista Cuadernos, además se desenvolvió como crítica y traductora literaria. Allí continúo su formación académica al ingresar a la Universidad de La Sorbona, donde estudió Historia de la Religión y Literatura Francesa. En suelo parisino también cultivó excelentes amistades, entre las que destacan Julio Cortázar y Octavio Paz.

Obras

Su primer libro lo publicó a mediados de los 50 y se tituló La tierra más ajena (1955). Pero no fue hasta su regreso de Paris cuando presentó sus obras más representativas —con mayor experiencia poética—, con muestra de su estilo intenso, lúdico y creativo. Destacan entre sus 7 poemarios: Árbol de Diana (1962), Los trabajos y las noches (1965) y Extracción de la piedra de la locura (1968).

Pizarnik también incursionó en el género narrativo, con el relato corto La condesa sangrienta (1971). Luego de su fallecimiento, se han realizado varias publicaciones póstumas, tales como: El deseo de la palabra (1985), Textos de Sobra y últimos poemas (1982) y Poesía completa (2000).  Sus cartas y notas fueron recopiladas en Correspondencia Pizarnik (1998) y Diarios (2003).

Depresión

Desde muy joven Pizarnik tuvo desestabilidad emocional, con mucha ansiedad y complejidades, problemas que se reflejan en sus poemas. Aunado a esto, mantuvo en secreto su preferencia sexual; muchos alegan que era homosexual y que también le afectó notablemente ocultar su realidad. La poetisa trató sus padecimientos con variedad de medicamentos a los cuales se hizo adicta.

Otro detalle que impactó negativamente en su vida y la desestabilizó fue la repentina muerte de su padre, ocurrida en 1967. A raíz de esa desgracia sus poemas y diarios se tornaron más lóbregos, con notas como: “Muerte interminable, olvido del lenguaje y pérdida de imágenes. Cómo me gustaría estar lejos de la locura y la muerte (…) La muerte de mi padre hizo mi muerte más real”.

Muerte

En 1972, Pizarnik fue en un hospital psiquiátrico en Buenos Aires internada debido a una fuerte depresión. El día 25 de septiembre —mientras estaba en un fin de semana de permiso—, la poetisa ingirió una gran cantidad de pastillas de Seconal y sufrió una sobredosis que la condujo a la muerte. En el pizarrón de su habitación permanecieron lo que serían sus últimos versos:

“No quiero ir

nada más

que hasta el fondo”.

Obras de Alejandra Pizarnik

  • La tierra más ajena (1955)
  • Un signo en tu sombra (1955)
  • La última inocencia (1956)
  • Las aventuras pérdidas (1958)
  • Árbol de Diana (1962)
  • Los trabajos y las noches (1965)
  • Extracción de la piedra de locura (1968)
  • Nombres y figuras (1969)
  • Poseídos entre lilas (1969)
  • El infierno musical (1971)
  • La condesa sangrienta (1971)
  • Los pequeños cantos (1971)


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