Clara Peñalver. Entrevista a la autora de Sublimación
Clara Peñalver es escritora y asesora creativa. Su última novela es Sublimación y está basada en la serie original de Storytel. Debutó con Sangre y es la creadora de la serie de Ada Levy —Cómo matar a una ninfa, El juego de los cementerios y La fractura del reloj de arena—. Además, también escribe libros infantiles y ha colaborado en radio y televisión. Le agradezco muchísimo haber dedicado un poco de su tiempo para esta entrevista, así como su amabilidad y su atención.
Clara Peñalver — Entrevista
- ACTUALIDAD LITERATURA: Sublimación es tu nueva novela, que surgió como audioserie. ¿Qué nos cuentas en ella y de su gestación en este formato?
CLARA PEÑALVER: Sublimación es una historia que sufrió varios afortunados tropiezos antes de hacerse realidad. Para empezar, nació como un thriller futurista con la muerte como centro e hilo conductor. Al principio, en mi cabeza sólo había una historia, sin formato, así que, cuando surgió la posibilidad de escribir para Storytel, decidí encajarla en las reglas de una audioserie.
Todo eso entre finales de 2018 y 2019. Cuando finalmente firmé el contrato y me puse a trabajar en la historia, llegó 2020 y, con él, la pandemia. La pandemia me obligó a hacer un montón de cambios en la historia, sobre todo en lo concerniente a la propia pandemia. Mi historia se basaba en las consecuencias que un virus tenía a nivel mundial y, cuando ya estaba escribiendo Sublimación, de repente, todo el mundo estaba haciendo un curso acelerado de cómo se extiende un virus, cómo pasa de epidemia a pandemia y cómo la humanidad tiene que adaptarse al completo, o casi, a una situación como esa. Me sentí idiota contando algo a futuros oyentes y lectores que ya sabrían casi mejor que yo cuando se publicara la historia, así que hice modificaciones.
Eliminé todo lo referente a la transmisión del virus, de su impacto impacto a nivel humano. Eso provocó que muchos de sus personajes crecieron y que aparecieran otros nuevos, con lo cual, lo que podría haber sido un gran problema para la historia, acabo siendo, pues, su gran golpe de suerte. La historia es mucho mejor ahora.
- AL: ¿Puedes recordar ese primer libro que leíste? ¿Y la primera historia que escribiste?
CP: Recuerdo el primer libro que devoré, una adaptación de la novela de Agatha Christie Asesinato en el Oriente Express, editado por Barco de Vapor y titulado Asesinato en el Canadian Express. Recuerdo que devoré aquella novela, que viví en cada una de sus páginas, y que, a partir de ahí, empecé a devorar cada libro que caía en mis manos.
Sobre la primera historia que escribí, digamos, en plan relato algo más extenso (porque ya había escrito mucha mala —malísima— poesía y muchas historias breves), no recuerdo el título, pero era un cuento fantástico sobre una chica que de pronto pasaba a otro plano en el que se veía envuelta en una guerra entre reinos y… bueno, algo muy épico. Creo que eso fue a los dieciséis años y que con ella me dieron el reconocimiento local en el certamen de relato de mi pueblo. Aquella fue la primera vez que salí en el periódico.
- AL: ¿Un escritor de cabecera? Puedes escoger más de uno y de todas las épocas.
CP: La verdad es que tengo muchos escritores de cabecera, es más, van cambiando en función del libro con el que me encuentro, a nivel de escritura me refiero.
Por ejemplo, con Sublimación, Philip K. Dick y George Orwell fueron mis autores de cabecera. Bueno, ellos dos y la autora de El verano que mi madre tuvo los ojos verdes, Tatiana Țîbuleac, por ese estilo narrativo tan rico y ágil que demuestra frase tras frase. Me gustó tanto esa primera novela suya editada aquí en España que no pude evitar el impulso de nombrarla en la propia Sublimación.
Con la novela actual, mis autores de referencia son Martin Amis, Amelie Nothomb (regreso demasiado a ella, sobre todo a su Metafísica de los tubos) y Ernesto Sabato.
- AL: ¿Qué personaje de un libro te hubiera gustado conocer y crear?
CP: Sin duda el señor Ripley, de la gran Patricia Highsmith. Me interesan mucho, casi me obsesionan, las dislocaciones de la mente humana, y Highsmith era especialmente buena en esto.
- AL: ¿Alguna manía o costumbre especial a la hora de escribir o leer?
CP: A la hora de leer no.
A la hora de escribir sí que tengo un buen puñado de manías, desde pelearme con los bolígrafos o las plumas, si algún día no he rendido lo suficiente con ellos, hasta necesitar tener escrupulosamente limpia mi mesa si es en el despacho donde voy a trabajar. También escribo a mano, en libretas Paperblanks expresamente escogidas para cada historia, lo cual probablemente se encuentra a caballo entre una bonita costumbre y una férrea manía.
- AL: ¿Y tu sitio y momento preferido para hacerlo?
CP: En cuanto a leer, si estoy con un libro en papel, me gusta hacerlo en el sofá o en la cama; a veces también en alguna cafetería. Si audioleo, es decir si estoy escuchando algún audiolibro o alguna audioserie, lo hago durante todo el día, mientras cuido de mi bebé, mientras cocino, mientras camino por la calle, mientras hago la compra. En definitiva, en cualquier momento o durante cualquier tarea que no requiera esfuerzo intelectual. Lo que significa que si apenas soy capaz de leer dos novelas en papel al mes, escuchándolas puedo devorar tres o cuatro libros a la semana, algo que me hace muy feliz, y que me permite disfrutar de la literatura de un modo distinto.
- AL: ¿Hay otros géneros que te gusten?
CP: En realidad, soy carne de cañón de narrativa contemporánea. Sólo leo thriller o novela policíaca cuando no escribo y para entretenerme, casi nunca como fuente de aprendizaje.
- AL: ¿Qué estás leyendo ahora? ¿Y escribiendo?
CP: Ahora acabo de terminar Invisible, de Paul Auster, y a punto estoy de ponerme con la siguiente novela del mismo autor, A salto de mata, esta con tintes autobiográficos. También estoy inmersa en la escritura de mi siguiente thriller, más al estilo de las novelas de Ada Levy que de Las voces de Carol o Sublimación, lo que significa que es una novela de suspense en la que me salto todas las reglas habidas y por haber. Es una novela que pretendo terminar, y entregar, para septiembre.
- AL: ¿Cómo crees que está el panorama editorial? ¿Crees que va a cambiar o lo ha hecho ya con los nuevos formatos creativos que hay?
CP: Pues creo que el panorama editorial está muchísimo más interesante que nunca. El sector del libro tradicional ha demostrado durante la pandemia que todavía tiene fuerza para seguir adelante, aunque evidentemente con cambios y múltiples adaptaciones a los tiempos sobrevenidos. El nuevo formato dentro del campo de la literatura, me refiero al audio, está demostrándonos que esto de leer y disfrutar de ficciones escritas no solo no está acabado, sino que se encuentra en pleno auge.
- AL: ¿Te está siendo difícil el momento de crisis que estamos viviendo o podrás quedarte con algo positivo para historias futuras?
CP: A ver, no voy a decirte que haya sido fácil, mi trabajo se ha visto muy afectado, sobre todo en las actividades que he desempeñado siempre al margen de la escritura. Sin embargo, he sacado muchísimas cosas buenas de la pandemia, para empezar, una hija y una relación preciosa con mi pareja.
Y también me ayudado a modificar mi orden de prioridades, y a dirigirme en el ámbito laboral hacia objetivos que me resulten muchísimo más satisfactorios, no más fáciles, pero sí mucho más refrescantes y emocionantes. Lo que significa que por supuesto que encuentro cosas positivas en todo esto. Si no lo hiciera habría dejado de ser yo misma.
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