Julio Cortázar: poemas
Julio Cortázar fue un reconocido escritor argentino que destacó en el panorama literario mundial por la unicidad de sus textos. Su originalidad lo llevó a elaborar significativas obras poéticas, novelas, cuentos, prosas breves y misceláneas. Para la época, su trabajo rompió con los paradigmas; transitó con total libertad y dominio entre el surrealismo y el realismo mágico.
En su extensa trayectoria, Cortázar construyó una robusta colección de versátiles y significativos libros. No por nada es considerado uno de los principales autores del fenómeno literario conocido como el “boom latinoamericano”. Asimismo, realizó una notable labor como traductor en la Unesco y en algunas editoriales. En este último oficio, destacan sus trabajos sobre las obras de: Edgar Allan Poe, Daniel Defoe, André Gide, Marguerite Yourcenar y Carol Dunlop.
Obra poética de Julio Cortázar
Presencia (1938)
El texto fue publicado en 1938 con el seudónimo Julio Denis. Se trata de una edición limitada presentada por la Editorial El Bibliófilo. Se imprimieron solo 250 ejemplares, los cuales constan de 43 sonetos. En estos poemas prevaleció lo musical, además de la búsqueda de la armonía y la paz. Cortázar no se sintió orgulloso de dicho trabajo, lo consideró un acto impulsivo e inmaduro, por eso se negó a republicarlo.
En 1971, en una entrevista otorgada a J.G. Santana, el escritor comentó los siguiente sobre la obra: “Un pecado de juventud que nadie conoce y que a nadie le muestro. Está bien escondido…”. Aunque poco se conoce de este libro, se rescatan algunos de esos sonetos, uno de ellos es:
“Músicas”
I
Amanecer
Doblan ritos nocturnos, a la espera
de la espada naranja —derramada
sin fin, adelfa sobre carne alada—
y juegan lirios a la primavera.
Niegan —niégate tú— cisnes de cera
la caricia rendida por la espada;
ellos van —vete tú— norte a la nada
nadando espuma hasta que el sol se muera.
Muro de planos únicos se crea.
¡El disco, el disco! ¡Míralo, Jacinto,
piensa cómo por ti abatió su altura!
Música de las nubes, melopea
puesta a formar para su vuelo el plinto
que ha de ser vespertina sepultura.
Pameos y meopas (1971)
Se trata del primer poemario publicado con su nombre. Es una recopilación con varios de sus poemas. Cortázar se resistía a presentar su poesía, era extremadamente tímido y circunspecto sobre sus composiciones en este género. Al respecto, comentó: “Yo soy un viejo poeta […] aunque haya guardado inédito casi todo lo escrito en esa línea a lo largo de más de treinta y cinco años”.
En 2017, la Editorial Nórdica rindió homenaje al autor al editar esta obra, la cual presentó la poesía que escribió desde 1944 a 1958. El libro se divide en seis partes —cada una con su título—, las cuales contienen entre dos y cuatro poemas, sin relación entre ellos ni fecha de elaboración. Pese a la notable diferencia entre cada uno de los textos —la no coincidencia en el receptor, el sujeto, su amplitud o la rítmica—, mantienen su estilo característico. Esta edición presentó ilustraciones de Pablo Auladell. Uno de los poemas es:
“Restitución”
Si de tu boca no sé más que la voz
y de tus senos sólo el verde o el naranja de las blusas,
cómo jactarme de tener de ti
más que la gracia de una sombra que pasa sobre el agua.
En la memoria llevo gestos, el mohín
que tan feliz me hacía, y ese modo
de quedarte en ti misma, con el curvo
reposo de una imagen de marfil.
No es gran cosa este todo que me queda.
Además opiniones, cóleras, teorías,
nombres de hermanos y de hermanas,
la dirección postal y telefónica,
cinco fotografías, un perfume de pelo,
una presión de manos pequeñitas donde nadie diría
que se me esconde el mundo.
Todo lo llevo sin esfuerzo, perdiéndolo de a poco.
No inventaré la inútil mentira de la perpetuidad,
mejor cruzar los puentes con las manos
llenas de ti,
tirando a pedacitos mi recuerdo,
dándolo a las palomas, a los fieles
gorriones, que te coman
entre cantos y bullas y aleteos.
Salvo el crepúsculo (1984)
Es una compilación de poemas del escritor publica al poco tiempo de su muerte. El texto es un reflejo de sus intereses, memorias y sentires. Las composiciones son versátiles, además de sus vivencias, evidencian el amor por sus dos ciudades: Buenos Aires y París. En la obra también rindió tributo a algunos poetas que marcaron su existencia.
En 2009, la Editorial Alfaguara presentó una nueva edición de este poemario, el cual incluyó los manuscritos de las correcciones que el autor realizó. Por lo tanto, se enmendaron los errores que contenían tanto el libro original como otras ediciones. El siguiente soneto forma parte de dicha publicación:
“Doble invención”
Cuando la rosa que nos mueve
cifre los términos deI viaje,
cuando en el tiempo del paisaje
se borre Ia palabra nieve,
habrá un amor que al fin nos lleve
hasta la barca de pasaje,
y en esta mano sin mensaje
despertará tu signo leve.
Creo que soy porque te invento,
alquimia de águila en el viento
desde la arena y las penumbras,
y tú en esa vigilia alientas
la sombra con la que me alumbras
y él murmurar con que me inventas.
Otros poemas del autor
“Nocturno”
Tengo esta noche las manos negras, el corazón sudado
como después de luchar hasta el olvido con los ciempiés del humo.
Todo ha quedado allá, las botellas, el barco,
no sé si me querían, y si esperaban verme.
En el diario tirado sobre la cama dice encuentros diplomáticos,
una sangría exploratoria lo batió alegremente en cuatro sets.
Un bosque altísimo rodea esta casa en el centro de la ciudad,
yo sé, siento que un ciego está muriéndose en las cercanías.
Mi mujer sube y baja una pequeña escalera
como un capitán de navío que desconfía de las estrellas….
“El niño bueno”
No sabré desatarme los zapatos y dejar que la ciudad me muerda los pies
no me emborracharé bajo los puentes, no cometeré faltas de estilo.
Acepto este destino de camisas planchadas,
llego a tiempo a los cines, cedo mi asiento a las señoras.
El largo desarreglo de los sentidos me va mal.
“Los amigos”
En el tabaco, en el café, en el vino,
al borde de la noche se levantan
como esas voces que a lo lejos cantan
sin que se sepa qué, por el camino.Livianamente hermanos del destino,
dióscuros, sombras pálidas, me espantan
las moscas de los hábitos, me aguantan
que siga a flote entre tanto remolino.Los muertos hablan más pero al oído,
y los vivos son mano tibia y techo,
suma de lo ganado y lo perdido.Así un día en la barca de la sombra,
de tanta ausencia abrigará mi pecho
esta antigua ternura que los nombra.“Happy New Year”
Mira, no pido mucho,
solamente tu mano, tenerla
como un sapito que duerme así contento.
Necesito esa puerta que me dabas
para entrar a tu mundo, ese trocito
de azúcar verde, de redondo alegre.
¿No me prestas tu mano en esta noche
de fin de año de lechuzas roncas?
No puedes, por razones técnicas. Entonces
la tramo en el aire, urdiendo cada dedo,
el durazno sedoso de la palma
y el dorso, ese país de azules árboles.
Así la tomo y la sostengo, como
si de ello dependiera
muchísimo del mundo,
la sucesión de las cuatro estaciones,
el canto de los gallos, el amor de los hombres.
Resumen biográfico del autor
Julio Florencio Cortázar nació el 26 de agosto de 1914 en la región sureña de Ixelles en Bruselas, Bélgica. Sus padres fueron María Herminia Descotte y Julio José Cortázar, ambos de origen argentino. En esa época, su padre fungía como agregado comercial de la embajada argentina.
Regreso a la Argentina
Cuando estaba por terminar la Primera Guerra Mundial, la familia logró salir de Bélgica; llegaron primero a Suiza y luego a Barcelona. Cuando Cortázar tenía cuatro años, arribó a la Argentina. Vivió su infancia en Banfield —sur de Buenos Aires—, junto a su madre, su hermana Ofelia y una tía.
Una infancia difícil
Para Cortázar, su niñez estuvo impregnada de tristeza. Sufrió el abandono de su padre cuando tenía 6 años y no volvió a saber de él. Además, pasó mucho tiempo en cama, debido a que padecía constantemente de diversas enfermedades. Sin embargo, dicha situación lo acerco a la lectura. Con tan solo nueve años, ya había leído a Víctor Hugo, Julio Verne y Edgar Allan Poe, lo que le ocasionó recurrentes pesadillas.
Se convirtió en un jovencito peculiar. Además de sus lecturas habituales, pasó horas estudiando el diccionario Pequeño Larousse. Esta situación llegó a preocupar tanto a su madre, que esta visitó al director de su escuela y a un médico para consultarles si era una conducta normal. Ambos especialistas le aconsejaron evitar que el niño leyera por un periodo de medio año, al menos, y que, además, tomara sol.
El pequeño escritor
Estando a punto de cumplir los 10 años, Cortázar escribió una novela corta, además de algunos cuentos y sonetos. Dichos trabajos eran impecables, lo que provocó que sus familiares desconfiaran de que fueran elaborados por él. El autor confesó en varias oportunidades que aquella situación le generó una inmensa aflicción.
Estudios
Cursó la primaria en la Escuela Nº 10 de Banfield, y luego ingresó en la Escuela Normal de Profesores Mariano Acosta. En 1932, se graduó como maestro normal y tres años después como profesor en Letras. Luego, se matriculó en la Universidad de Buenos Aires para estudiar Filosofía. Abandonó la carrera tras aprobar el primer año, pues decidió ejercer su profesión para así poder ayudar a su madre.
Experiencia laboral
Inició dando clases en varias ciudades del país, entre ellas Bolívar y Chivilcoy. En esta última vivió por casi seis años (1939-1944) e impartió la matrícula de literatura en la Escuela Normal. En 1944, se mudó a Mendoza y dictó cursos de literatura francesa en la Universidad Nacional de Cuyo. En esa época publicó su primer cuento, “Bruja”, en el magazine Correo Literario.
Dos años después —luego del triunfo del peronismo—, renunció a su trabajo profesoral y regresó a Buenos Aires, donde comenzó a trabajar en la Cámara Argentina del Libro. Al poco tiempo, publicó el cuento “Casa tomada” en la revista Los Anales de Buenos Aires —administrada por Jorge Luis Borges—. Posteriormente presentó más trabajos en otros reconocidos magazines, como: Realidad, Sur y la Revista de Estudios Clásicos de la Universidad de Cuyo.
Titulación como traductor y el inicio de sus publicaciones
En el año1948, Cortázar se tituló como traductor de inglés y francés. Dicho curso tomaba tres años en ser culminado, pero a él le llevó solo nueves meses. Un año después, presentó el primer poema firmado con su nombre: “Los reyes”; además, publicó su primera novela: Divertimento. En 1951 estrenó Bestiario, una obra que recopila ocho relatos y le otorgó reconocimiento en Argentina. Al poco tiempo, se mudó a Paris por disconformidades con el gobierno del presidente Perón.
En 1953 aceptó la propuesta de la Universidad de Puerto Rico para traducir el repertorio completo en prosa de Edgar Allan Poe. Esta labor fue considerada por la crítica como la mejor transcripción de la obra del literato estadounidense.
Fallecimiento
Tras más de 30 años viviendo en suelo francés, el presidente François Mitterrand le concedió la nacionalidad. En 1983, el escritor volvió por última vez —luego de la vuelta a la democracia— a la Argentina. Al poco tiempo, Cortázar retornó a París, donde falleció el 12 de febrero de 1984 debido a una leucemia.
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