Juan Granados. Entrevista
Juan Granados es licenciado en Geografía e Historia, especialidad de Historia Moderna por la Universidad de Santiago de Compostela y es autor de libros y ensayos sobre historia y de novelas del género como las protagonizadas por el brigadier Nicolás Sartine, en otras. En esta entrevista nos habla de ellas y de muchos temas más sobre su proceso de escribir, el panorama literario u otros géneros que le gustan. Le agradezco mucho su tiempo y amabilidad para atenderme.
Juan Granados — Entrevista
- ACTUALIDAD LITERATURA: El Gran Capitán, los Borbones, Napoleón, sir John Moore… ¿Los personajes reales superan a los ficticios o conviven sin problemas con ellos?
JUAN GRANADOS: En mis dos primeras novelas para EDHASA, Sartine y el caballero del punto fijo y Sartine y la guerra de los guaraníes, los personajes principales, en general ficticios, convivían con otros muy reales como el marqués de la Ensenada, José Carvajal, Farinelli o el propio Rey Fernando VI. Este modo de hacer ayuda a enmarcar la novela histórica en su época de un modo muy fluido y creíble.
En el caso de El Gran Capitán, el planteamiento fue justo a la inversa, personajes muy reales, que acompañan a las crónicas históricas, junto a personajes ficticios, que ayudan a “novelar” la historia y permiten introducir hechos que en realidad no han sucedido. Ambos métodos resultan muy gratificantes.
Cosa diferente es el ensayo histórico (Los Borbones, Napoleón, sir John Moore) ahí debe primar el rigor histórico.
- AL: ¿Puedes recordar alguna de tus primeras lecturas? ¿Y tu primer escrito?
JG: Como entonces no había internet, de chaval leía a todas horas y creo que de todo; desde lo habitual (Salgari, Dumas, Verne…) hasta las enciclopedias que había por casa, de ábaco en adelante. También muchos libros de historia de los que solía leer mi padre.
- AL: ¿Un autor de cabecera? Puedes escoger más de uno y de todas las épocas.
JG: Son tantos… Es difícil quedarse con dos o tres. En los últimos tiempos los ensayos de Antonio Escohotado y las novelas (no todas) de Paul Auster. Pero en todo tiempo, creo que Flaubert, Stendhal y, desde luego, J. L. Borges.
- AL: ¿Qué personaje de un libro te hubiera gustado conocer y crear?
JG: Aquí voy a barrer para casa, el brigadier Nicolás Sartine. Sigue siendo mi favorito, por eso lo creé.
- AL: ¿Alguna manía o costumbre especial a la hora de escribir o leer?
JG: Esto ya se sabe que es cuestión de calentar la silla, no hay otra. Siempre café y a veces un ron con coca cola.
- AL: ¿Y tu sitio y momento preferido para hacerlo?
JG: La verdad es que entre el trabajo y la crianza, uno siempre ha escrito a salto de mata y cuando se va pudiendo. Solo he tenido cierta continuidad en períodos vacacionales.
- AL: ¿Hay otros géneros que te gusten?
JG: Como sabes, cultivo la novela histórica y el ensayo también histórico. Últimamente trabajo bastante sobre filosofía política (Breve Historia del Liberalismo). Este año saldrá un capítulo mío sobre Isaiah Berlin en un libro colectivo sobre filósofos judíos. También una Historia del Delito en España, basado en mis últimos trabajos en mi docencia en la UNED.
Fuera de esto, me gusta el teatro visto, no leído y la poesía en pequeñas y sutiles dosis. Dos lugares en los que nunca irrumpiría como autor, de eso estoy bien seguro.
- AL: ¿Qué estás leyendo ahora? ¿Y escribiendo?
JG: Tras algún tiempo, estoy con un nuevo proyecto de novela histórica, es lo que toca este año. Leer, leo mucha filosofía política, me he encariñado con ese asunto, también historia del derecho en España, por gusto y por motivos profesionales. Lo último que me he llevado a la playa este verano es una reedición del clásico La decadencia de los imperios, que coordinara en su día Carlo Cipolla. También La fatal arrogancia de Hayek, muy apropiado para los tiempos que nos hacen vivir.
- AL: ¿Cómo crees que está el panorama editorial y qué te decidió a ti para intentar publicar?
JG: En mi caso, ya hace 22 años, da vértigo pensarlo, dediqué un verano ocioso a escribir mi primer Sartine. Luego, buscando en Internet, encontré una serie de agentes literarios, envié la novela y de ahí, la publicación con EDHASA. Desde entonces, afortunadamente, no he tenido problemas para publicar en las diferentes editoriales con las que he trabajado y sigo trabajando.
Hubo un tiempo en que todos pensamos que el libro digital acabaría con el papel, pero se ve que no, los editores en España son resistentes y muy profesionales. Sí, se nota la falta de dinero en cuestiones cardinales como disponer de un editor de mesa, que para mí es una figura esencial en el proceso, de los que por desgracia se ha prescindido mucho últimamente. Esto redunda muy negativamente en el resultado de una publicación. Un editor profesional es un lujo que ayuda muchísimo a enderezar manuscritos que se tambalean. Lo que vendrá ahora en el ámbito publicístico, nadie lo sabe, pero no pinta precisamente bien, tengo amigos a los que les cobran por publicar, algo para mí absolutamente demencial, impensable.
- AL: ¿Te está siendo difícil el momento de crisis que estamos viviendo o podrás quedarte con algo positivo para historias futuras?
JG: A menudo se tiende a decir, casi retóricamente, que de las grandes crisis siempre se extrae algo bueno. Pues bien, yo lo dudo mucho, creo que viviremos peor que antes, con suerte, sino peor que nuestros propios padres que han tenido al menos un horizonte de razonable y confortable progreso en su trayectoria vital. Lo único bueno, tal vez, alguien escribirá algo siquiera parecido a Las uvas de la ira.
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