Luis Melgar. Entrevista con el autor de novela histórica

Luis Melgar. Fotografía cortesía del autor.

Luis Melgar es madrileño y ha trabajado como diplomático en varios países. También ha impartido clases y conferencias. Ha publicado más de una veintena de títulos de literatura infantil y juvenil y libros de consulta, entre ellos Mis terribles fantasmas, Vienen del espacio exterior, Antología del ingenio, La verdad oculta del Libro de los Muertos, El Santo Grial y Cuestiones Políticas.

Es autor también de Los enigmas del infierno de Dante, Los blancos estáis locos, La cigüeña vino de Miami y La peregrina de Atón. Su última obra es La conjura del Valle de los Reyes y en esta entrevista nos habla de ella y de mucho más. Le agradezco mucho el tiempo y la amabilidad que me ha dedicado.

Luis Melgar — Entrevista

• ACTUALIDAD LITERATURA: Tu última novela se titula La conjura del Valle de los Reyes. ¿Qué nos cuentas en ella? 

LUIS MELGAR: Es la historia del descubrimiento de la tumba de Tutankamón por parte del egiptólogo Howard Carter, así como la investigación por parte de lady Evelyn sobre la misteriosa muerte de su padre, atribuida a la famosa maldición del faraón. Es una novela histórica y, a la vez, una novela de investigación, un who did it al más puro estilo de Agatha Christie.

Uno de los temas fundamentales que abordo es la personalidad de Howard Carter, una persona que pertenecía al espectro autista y que, en su tiempo, tuvo grandes dificultades para relacionarse en un mundo que aún no comprendía este tipo de personalidad. Carter tuvo que luchar también con su homosexualidad reprimida y con una serie de complejos que arrastraba desde la infancia, por lo que su éxito como arqueólogo tiene, en mi opinión, doble mérito. No lo tuvo nada fácil.

• AL: ¿Puedes recordar alguna de tus primeras lecturas? ¿Y la primera historia que escribiste?

LM: ¡Por supuesto que me acuerdo! Yo me inicié en el mundo de la lectura de la mano de Tintín. La primera novela «de verdad» que leí fue La historia interminable, que definitivamente marcó mi infancia. Después tuve una racha en la que me encantaba la ciencia ficción. Mis dos libros favoritos en este género son El juego de Ender y Dune, ambos marcaron mi adolescencia. Y luego ya empecé a leer de todo.

La primera historia que escribí se llamaba Miguel el obrero, y tiene una historia graciosa. Yo tendría unos seis años, si no recuerdo mal. Me regalaron un ejemplar de la revista Super Pop que venía con una carpetita para guardar fichas coleccionables. Tenía varios apartados: películas, canciones, libros… y biografías. Yo no sabía muy bien qué era una biografía, así que lo pregunté y me lo explicaron.

Como no tenía a mano ninguna biografía que meter en mi flamante carpeta, decidí escribir yo una y elegí como protagonista a un albañil llamado Miguel que estaba haciendo unas reformas en mi casa. Me dediqué a seguirle todo el día y a apuntar todo lo que hacía: Miguel pone un ladrillo, Miguel se sienta, se enciende un cigarrillo, se toma una cerveza, se da un pase, vuelve a poner otro ladrillo, se va al baño, se sienta otra vez… Cuando se la enseñé a mis padres, llegaron a la conclusión de que el pobre Miguel no hacía nada, ¡así que le despidieron! Yo me quedé tristísimo, como te puedes imaginar.

Escritores y costumbres

• AL: ¿Un escritor de cabecera? Puedes escoger más de uno y de todas las épocas. 

LM: Mi escritor favorito es Truman Capote, especialmente en A sangre fría. Otros escritores que me han servido de referente, sin ningún orden concreto, son Patricia Highsmith, Agatha Christie, Isabel Allende, Tennessee Williams, Gabriel García Márquez, Federico García Lorca, William Shakespeare, Christopher Isherwood…

• AL: ¿Qué personaje te hubiera gustado conocer y crear? 

LM: Uy, en el mundo de la ficción me quedo sin duda con los personajes de mi infancia y adolescencia: Tintín, Ender y el protagonista de Dune, Paul Atreides. Me han acompañado tanto tiempo que es como si fueran parte de mí. Otros personajes emblemáticos que forman parte de mi mitología particular son Hamlet, Bernarda Alba, Hercule Poirot o el niño del Romance de la luna, luna.

Como personajes históricos, siento absoluta fascinación por Alejandro Magno. Me interesan también mucho la reina Hatshepsut (que es sobre la que estoy escribiendo ahora), Ludwig II de Baviera, el propio Lorca…

• AL: ¿Alguna manía o costumbre especial a la hora de escribir o leer? 

LM: Soy bastante poco maniático a la hora de escribir, la verdad —para otras cosas, ya no sé qué decirte—, pero soy capaz de escribir casi en cualquier lugar y en cualquier circunstancia. Por mi trabajo suelo viajar bastante, así que escribo en aeropuertos, trenes, aviones, hoteles… También escribo mucho durante las vacaciones, frente a la playa o al borde de la piscina.

Para leer sí que tengo una pequeña manía, y es que siempre necesito leer al acostarme, antes de dormirme, aunque sean solo cinco minutos. Da igual lo tarde que sea o lo cansado que esté: siempre leo antes de dormirme.

• AL: ¿Y tu sitio y momento preferido para hacerlo?

LM: No tengo un sitio favorito para escribir, todos me valen por igual. Ayuda que la silla sea cómoda, eso sí. Para leer, reconozco que soy un lector de cama. Me gusta leer tumbado.

• AL: ¿Qué géneros te gustan? 

LM: Todos: realismo mágico, novela histórica, thriller, policiaca, terror, ciencia-ficción… Tampoco le digo que no a una novela romántica o incluso a la literatura juvenil. Lo que me importa es la calidad: que la trama esté bien construida, los personajes bien desarrollados, que haya un buen conflicto. Con esos ingredientes, me da igual el género.

Panorama actual

• AL: ¿Qué estás leyendo ahora? ¿Y escribiendo?

LM: Estoy leyendo varias cosas a la vez, todas al servicio de la novela que estoy escribiendo: Crocodile on the sandback, de Elizabeth Peters (es la primera novela de una saga protagonizada por una arqueóloga llamada Amelia Peabody, ambientada a finales del XIX y principios del XX), Matar a un ruiseñor, de Harper Lee, A este lado del paraíso, de Scott Fitzgerald, y Spring fire, de Vin Packer, un ejemplo de un género que se llama lesbian pulp fiction y que acabo de descubrir.

Y estoy escribiendo una novela histórica sobre la reina Hatshepsut con tres líneas temporales y tres protagonistas diferentes: la propia reina en el Antiguo Egipto, la aristócrata y egiptóloga inglesa del siglo XIX Lady May Amherst, y la arqueóloga americana del siglo XX Elizabeth Thomas.

• AL: ¿Cómo crees que está el panorama editorial?

LM: Creo que estamos en un momento en que el ocio se consume de forma instantánea y casi compulsiva, posiblemente por la influencia de plataformas como Netflix, de los teléfonos móviles y de las redes sociales. Eso ha influido en el panorama editorial y ahora los libros también están pensados para tener una vida muy corta, salen al mercado, se distribuyen y en un par de meses como mucho, desaparecen.

Antes, un editor podía pasarse años trabajando en una novela con un autor, y a lo mejor sacaba solo cuatro o cinco libros al año. Ahora, los editores están obligados a sacar libros casi como churros y, obviamente, no tienen el tiempo para dedicarle el mismo mimo de antes a cada uno. Esta cultura del libro de usar y tirar contribuye a que la gente cada vez compre más, casi a golpe de clic, pero cada vez se lee menos, porque la lectura requiere un tiempo que cada vez menos gente está dispuesta a invertir.

• AL: ¿Qué tal estás llevando el momento actual que vivimos? 

LM: La verdad es que, si me pongo filosófico, me cuesta mantener el optimismo. La guerra en Ucrania, el conflicto árabe-israelí, el auge de los populismos, el fantasma del COVID, el cambio climático… ¡Menos mal que tenemos la literatura para refugiarnos! También te digo que no debemos rendirnos. Tengo una hija de casi seis años y, como padre, creo firmemente que debemos hacer lo posible por dejar un mundo lo mejor posible para la siguiente generación. 

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