Marta Quintín. Entrevista con la autora de La llave de las estrellas
Marta Quintín es de Zaragoza y ha trabajado como periodista en la Agencia EFE y en la Cadena SER. También es columnista en El Periódico de Aragón. Ha ganado varias veces el premio Tomás Seral y Casas de relato corto. Su primera novela fue Dime una palabra y después vino El color de la luz. Su último título es La llave de las estrellas. Le agradezco mucho esta entrevista donde nos habla de ella y de varios otros temas.
Marta Quintín — Entrevista
- ACTUALIDAD LITERATURA: Tu última novela se titula La llave de las estrellas. ¿Qué nos cuentas en ella y de dónde surgió la idea?
MARTA QUINTÍN: Cuento una historia sobre el desarraigo, sobre lo que supone perder tu hogar, tus raíces y tu identidad. Un tema que es una constante, que mantiene plena vigencia a lo largo de los siglos, como puede verse en las dos líneas temporales que entrelaza, separadas por quinientos años y que, sin embargo, guardan unos inmensos paralelismos: la expulsión de los sefardíes de la península ibérica en 1492 y la crisis económica de 2012, en la que mucha gente se enfrentó a desahucios, migraciones forzosas…
Todo ello surcado por luchas cotidianas y atemporales, como el afán por hallar y conservar el amor, los claroscuros de la amistad, la complejidad de las relaciones familiares, los entresijos de la sexualidad, nuestro pulso diario con la suerte y el destino, y, en definitiva, la búsqueda incesante de nuestro lugar en el mundo.
En cuanto la génesis de la novela, surgió al enterarme de que muchos de los sefardíes, al marcharse de las coronas de Aragón y de Castilla, se llevaron consigo las llaves de sus casas, con el convencimiento de que tarde o temprano volverían. Caer en la cuenta de que el ser humano no puede renunciar a esa esperanza, la del regreso, me conmovió en lo más profundo, y supe que tenía que contar esta historia.
- AL: ¿Puedes recordar alguna de tus primeras lecturas? ¿Y la primera historia que escribiste?
MQ: Hay constancia, grabada en vídeo, de que empecé a leer incluso antes de saber hacerlo: con dos años ya pasaba las páginas de los cuentos y me iba inventando las historias sobre la marcha, en voz alta, a partir de las ilustraciones. Pero, anécdota aparte, recuerdo iniciarme en la lectura con los libros de El barco de vapor, primero con los de la colección de tapas azules y, más adelante, con la naranja. También me adentré muy pronto en historias clásicas de Dumas, Salgari, Stevenson, Conan Doyle…
En cuanto a mis primeras incursiones en la escritura, comencé con un poema sobre unos caballos que acababan atados a un tiovivo por haberse acercado demasiado. Y también con un relato sobre la vida de un paraguas con el que gané mi primer concurso literario, lo cual supuso un paso muy importante, fundacional, dado que me insufló confianza y ánimos para seguir en esto de juntar letras.
- AL: ¿Un escritor de cabecera? Puedes escoger más de uno y de todas las épocas.
MQ: Me han marcado especialmente Gabriel García Márquez, Carmen Martín Gaite, Ana María Matute, Cristina Peri Rossi, Dostoievski…
- AL: ¿Qué personaje te hubiera gustado conocer y crear?
MQ: Conocer, a Ulises. Crear, a La Maga.
- AL: ¿Alguna manía o costumbre especial a la hora de escribir o leer?
MQ: La verdad es que me adapto a hacer ambas cosas en cualquier circunstancia. Si acaso, sobre todo cuando era más joven, al leer me zambullía con tanta intensidad en la historia que manoseaba y estrujaba las páginas de puro nervio, de emoción a flor de piel. y mis libros acababan con las hojas onduladas y grisáceas a la altura de donde posaba los dedos. Los que me veían, tan absorta y enardecida, se partían de risa. Desde fuera, tenía que resultar todo un espectáculo.
- AL: ¿Y tu sitio y momento preferido para hacerlo?
MQ: En el silencio de mi casa, en el sofá, cuando tengo un rato libre.
- AL: ¿Qué géneros te gustan?
MQ: No soy muy adepta a los géneros. He leído muchos libros clásicos, y ahora intento mantenerme al día de las novedades, pero de literatura un poco al margen del circuito más comercial. Y casi siempre me decanto por la novela, aunque no me importa leer teatro o relatos de vez en cuando. Poemas, picoteo de aquí y allá, de forma aislada.
- AL: ¿Qué estás leyendo ahora? ¿Y escribiendo?
MQ: Hace unos días terminé Tengo miedo torero, de Pedro Lemebel. También leí hace muy poquito Temporada de huracanes, de Fernanda Melchor. Muy recomendables ambos.
En cuanto a escribir, ahora mismo estoy en barbecho tras La llave de las estrellas, esperando a que vuelva a prender la chispa de una historia. Necesito mis tiempos de reposo entre novela y novela para acopiar nuevas vivencias que terminen detonando en el papel.
- AL: ¿Cómo crees que está el panorama editorial?
MQ: Concentrado en grupos muy poderosos que suelen apostar por lo seguro, y salpicado por unas cuantas editoriales independientes que creen en lo que publican y capean el temporal como pueden. Pero, si se busca, sí hay propuestas interesantes y creo que mayor pluralidad. Se atienden voces que antes vivían muy en los márgenes, y se rescatan obras que habían sido arrumbadas, a veces en ediciones realmente cuidadas y bonitas.
- AL: ¿Qué tal estás llevando el momento actual que vivimos?
MQ: Lo llevo con preocupación e impotencia. Aunque, en el día a día, hay que seguir, claro.
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