Samuel Beckett
Samuel Barclay Beckett (1906-1989) fue un reconocido escritor irlandés. Destacó en varios géneros literarios, como la poesía, la novela y la dramaturgia. En su desempeño en este último ramo, su obra Esperando a Godot tuvo un éxito contundente, y hoy por hoy es referente dentro del teatro del absurdo. El notable esfuerzo en su dilatada trayectoria —distinguida por la originalidad y profundidad de sus textos— le hizo merecedor del Nobel de Literatura en 1969.
Becket se caracterizó por plasmar de una manera cruda, oscura y concisa la realidad del hombre, haciendo especial hincapié en la sinrazón de su existencia. De allí que muchos críticos lo enmarcaran dentro del nihilismo. Si bien sus textos eran cortos, el autor lograba dar una profundidad enorme mediante el uso de los diversos recursos literarios, donde resaltaban, por encima de todo, las imágenes. Quizá su aporte más significativo a la literatura fue romper con muchos de los preceptos establecidos hasta su llegada.
Datos biográficos del autor, Samuel Beckett
Samuel Barclay Beckett nació el viernes 13 de abril de 1906 en el suburbio de Foxrock, Dublín, Irlanda. Fue el segundo hijo del matrimonio entre William Beckett y May Roe —un aparejador y una enfermera, respectivamente—. De su madre, el autor recordó siempre la entrega a su profesión y su marcada devoción religiosa.
Infancia y estudios
De su infancia, Beckett atesoró pocas vivencias placenteras. Y es que, contrario a su hermano Frank, el escritor era muy delgado y solía enfermarse continuamente. Respecto a esa época, una vez dijo: “Yo tenía escaso talento para la felicidad”.
Mientras asistía a educación inicial tuvo un breve acercamiento con la formación musical. Su instrucción primaria se llevó a cabo en el instituto Earlsford House School hasta los 13 años de edad; posteriormente fue inscrito en la Portora Royal School. En este sitio coincidió con Frank, su hermano mayor. Hasta el día de hoy este último colegio goza de mucho prestigio, pues en sus aulas también vio clases el afamado Oscar Wilde.
Beckett, el polímata
La siguiente etapa en la formación de Beckett transcurrió en el Trinity College de Dublín. Allí afloraron sus múltiples facetas, su pasión por los idiomas fue una de ellas. Respecto a esta afición es necesario resaltar que el autor se formó en inglés, francés e italiano. Lo hizo específicamente entre el 1923 y 1927, y luego se tituló en Filología Moderna.
Dos de sus tutores de lenguaje fueron A. A. Luce y Thomas B. Rudmose-Brown; este último fue quien le abrió las puertas de la literatura francesa y además le hizo conocer la obra de Dante Alighieri. Ambos docentes manifestaron su asombro por la excelencia de Beckett en clases, tanto en lo teórico como en lo práctico.
En este campus de estudios también se hicieron notar con fuerzas sus dotes deportivos, pues Beckett destacó en el ajedrez, el rugby, el tenis y —muy pero muy por encima— en el cricket. Su desempeño en el deporte del bate y la pelota fue tal que su nombre aparece en el Wisden Cricketers’ Almanack.
Además de lo antes mencionado, al escritor tampoco le fueron ajenas las artes y la cultura en general. Respecto a esto, en los trabajos de James Knowlson —uno de los biógrafos más conocidos del autor— se expone de manera contundente la polimatía de Samuel. Y es que la multidisciplinariedad de Beckett era notoria, sobre todo por la manera tan excelsa en la que se manejaba en cada oficio que ejercía.
Beckett, el teatro y su entrañable nexo con James Joyce
En el Trinity College de Dublín ocurrió algo que fue determinante en la vida de Beckett: su encuentro con las obras teatrales de Luigi Pirandello. Este autor resultó pieza clave en el posterior desarrollo de Samuel como dramaturgo.
Más adelante, Beckett hizo su primer contacto con James Joyce. El aconteció durante una de las tantas reuniones bohemias de la ciudad, gracias a la intercesión de Thomas MacGreevy —amigo de Samuel— quien los presentó. La química entre ellos fue inmediata, y resultó normal aquello, pues ambos eran amantes de la obra de Dante y filólogos apasionados.
El encuentro con Joyce fue clave para la obra y la vida de Beckett. El autor llegó a ser asistente del laureado escritor, y una persona cercana a su familia. A raíz del nexo, Samuel tuvo, incluso, cierto tipo de relación con Lucia Joyce —hija de James—, pero no culminó muy bien —de hecho, ella terminó sufriendo de esquizofrenia—.
Al instante, producto de aquel “desamor”, se dio un alejamiento entre ambos autores; sin embargo, al cabo de un año hicieron las pases. De esta amistad, fue notoria la apreciación mutua y los halagos que Joyce llegó a hacer respecto al desempeño intelectual de Beckett.
Becket y la escritura
Dante… Bruno. Vico… Joyce fue el primer texto publicado de manera formal por Beckett. Salió a la luz en 1929 y se trató de un ensayo crítico del autor que pasaría a formar parte de las líneas del libro Our Exagmination Round His Factification for Incamination of Work in Progress —un texto en torno al estudio de la obra de James Joyce—. En dicho título escribieron también otros destacados autores, entre ellos Thomas MacGreevy y William Carlos Williams.
A mediados de ese mismo año, salió a la luz el primer relato breve de Beckett: Assumption. La revista transition fue la plataforma que acogió el texto. Este espacio literario vanguardista fue determinante en el desarrollo y consolidación de la obra del irlandés.
En 1930 publicó el poema Whoroscope, este pequeño texto le valió un galardón local. Al año siguiente retornó al Trinity College, pero ahora como profesor. La experiencia docente duró poco, pues renunció al año y se dedicó a recorrer Europa. Como resultado de ese quiebre escribió el poema Gnome, el cual se publicó formalmente tres años después en la Dublin Magazine. Al año siguiente publicó se primera novela, Sueño con mujeres que ni fu ni fa (1932).
La muerte de su padre
En 1933 se suscitó un evento que estremeció la existencia de Beckett: la muerte de su padre. El autor no supo manejar bien el incidente y debió asistir a un psicólogo —el doctor Wilfred Bion—. De ese periodo también son conocidos algunos ensayos escritos por el autor. Entre estos, hay uno en particular que destaca: Humanistic Quietism (1934), en cuyas líneas hizo un análisis crítico de un poemario de Thomas MacGreevy.
El juicio «Sinclair contra Gogarty» y el auto exilio de Beckett
Este evento significó un cambio enorme en la vida del autor, pues lo llevó a una especie de autoexilio. Se trató de una controversia suscitada entre Henry Sinclair —tío de Samuel— y Oliver St. John Gogarty. El primero difamó al segundo, acusándolo de usurero, y Beckett se prestó como testigo en el juicio… craso error.
El abogado de Gogarty usó una estrategia muy fuerte en contra del escritor para desprestigiarlo y echar por tierra su alegato. Entre los detrimentos que fueron expuestos, destacan el ateísmo de Beckett y su libertinaje sexual. Esta acción tuvo un enorme impacto en la vida social y personal del autor, de allí que decidiese irse a París, casi de manera definitiva.
París: romances desaforados, contacto con la muerte y en encuentro con el amor
Algo que caracterizó a Beckett cuando pisó sus treinta años, además de su enorme producción literaria, fue su promiscuidad. Para él, París fue el lugar perfecto para darle rienda suelta a su encanto con las mujeres. Una de las anécdotas más conocidas al respecto se suscitó entre finales de 1937 e inicio de 1938, en plenas fiestas previas y posteriores al fin de año.
De ese periodo se conoce que Beckett llegó a tener amoríos simultáneos con tres mujeres. De ellas sobresale una en particular, pues, además de amante, fue mecenas del autor: Peggy Guggenheim.
Otro evento cuasi trágico acaecido al estar recién llegado en París fue un apuñalamiento del que resultó víctima (1938). La herida fue profunda y tocó levemente el corazón de Beckett, quien se salvó de milagro. El atacante fue un hombre llamado Prudent, un proxeneta local quien luego en el juicio —y encarado por el escritor— alegaró que no supo qué pasó con él en ese instante, y que lo sentía mucho.
Beckett se salvó gracias a la pronta acción de James Joyce. El laureado escritor movió sus influencias y consiguió prontamente una habitación para su amigo en un hospital privado. Allí, Samuel se recuperó paulatinamente.
Suzanne Dechevaux-Dumesnil —reconocida músico y deportista— supo de lo acontecido, pues, en poco tiempo, el incidente se conoció en casi toda París. Ella hizo una aproximación a Beckett que resultaría definitiva, pues nunca más se separaron.
Dos años después, en 1940, Beckett se reunió por última vez —sin saber— con el hombre que le salvó la vida, su querido amigo y mentor James Joyce. El laureado escritor irlandés falleció al poco tiempo, a inicios de 1941.
Beckett y la Segunda Guerra Mundial
Beckett no fue ajeno a este conflicto bélico. Apenas los alemanes ocuparon Francia en 1940, el escritor se sumó a la Resistencia. Su papel fue básico: llevar la mensajería; no obstante, pese a ser un trabajo simple, no dejaba de ser peligroso. De hecho, mientras ejercía esta labor, Samuel confesó haber estado a punto de ser capturado por la Gestapo en múltiples ocasiones.
Tras haber quedado expuesta la unidad a la cual estaba adjunto, el escritor debió escapar prontamente con Suzanne. Fueron al sur, más específicamente a la villa de Roussillon. Era el verano de 1942.
En los dos años siguientes, ambos —Beckett y Dechevaux— simularon ser habitantes de la comunidad. Sin embargo, de manera muy sigilosa se dedicaron a ocultar armas para mantener así su colaboración con la Resistencia; además, Samuel ayudó a los guerrilleros en otras actividades.
Su valeroso accionar no pasó en vano ante los ojos del gobierno francés, por lo que Beckett fue condecorado luego con la Croix de Guerre 1939-1945 y la Médaille de la Résistance. Pese a que de sus 80 compañeros solo quedaron con vida 30, y de haber estado en peligro de muerte en varias oportunidades, Beckett no se consideró merecedor de tales reconocimientos. Él mismo calificó su obrar como “cosas de boy scout”.
Fue en ese periodo —entre 1941-1945— que Beckett escribió Watt, novela que fue publicada 8 años después (1953). Luego retornó por poco tiempo a Dublín, donde —entre su trabajo con la Cruz Roja y el reencuentro con familiares— escribió otra de sus obras notorias, el drama teatral Krapp’s Last Tape. Muchos expertos dicen que se trata de un texto autobiográfico.
Los años 40 y 50 y la efervescencia literaria de Beckett
Si algo caracterizó a la obra literaria del irlandés en las décadas del cuarenta y cincuenta respectivamente, eso fue su productividad. Publicó un número considerable de textos en distintos géneros —cuentos, novelas, ensayos, obras teatrales—. De esta época destacan, por nombrar algunas piezas, su cuento “Suite”, la novela Mercier et Camier, y la obra teatral Esperando a Godot.
La publicación de Esperando a Godot
Esta pieza llega dos décadas después de su “despertar literario” iniciado en la revista transition. Esperando a Godot (1952) —uno de los referentes fundamentales del teatro absurdo y que marcó un antes y un después en su carrera—, fue escrita bajo la notable influencia de los avatares de la guerra, la todavía pesada pérdida de su padre y demás desavenencias de la vida misma.
Beckett: el humano falible
Al parecer, todo genio está marcado por excesos y comportamientos que van más allá de las normas establecidas. Beckett no escapó de esto. Fue conocido su alcoholismo y su promiscuidad. De hecho, una de sus relaciones sentimentales más conocidas fue la que mantuvo con Barbara Bray. En ese entonces ella trabajaba para la BBC de Londres. Se trataba de una hermosa mujer de letras dedicada a la edición y a la traducción.
Se podría decir, debido a las actitudes de ambos, que su atracción fue instantánea e indetenible. Respecto a esta relación, James Knowlson escribió: “Da la impresión de que Beckett se sintió de inmediato atraído por ella, lo mismo que ella por él. Su encuentro fue muy significativo para ambos, ya que constituyó el inicio de una relación en paralelo con la de Suzanne, que duraría ya toda la vida”.
Y en efecto, pese a la existencia de Suzanne, Beckett y Bray siempre mantuvieron un vínculo. No obstante, la importancia de Suzanne en la vida de Beckett no dejó de ser notable —el mismo escritor lo declaró en más de una oportunidad—; Incluso, poco después, en 1961, la pareja se casó. Su unión fue casi hasta el último suspiro tres décadas después.
«Todo se lo debo a Suzanne”, puede hallarse en su biografía; esta contundente frase la dijo estando cercana su muerte.
El Nobel, los viajes, el reconocimiento y la partida
El tiempo restante de la vida de Beckett posterior a su matrimonio transcurrió entre viajes y reconocimientos. De entre toda su extensa obra, tal y como se dijo,Buscando a Godot fue la que representó el grueso de todos sus galardones, incluyendo el Nobel de Literatura en 1969. Algo no tan extraño dentro de la personalidad del autor, fue su reacción tras enterarse de haber ganado tan magno premio: se apartó del mundo y no dejó que supiesen nada de él. Digamos que Beckett no armonizaba con ese tipo de convencionalismos.
Luego de 28 años de casados, se cumplió la premisa ante la cual aceptaron unirse en matrimonio: “Hasta que la muerte los separe”. Suzanne fue la primera en fallecer. El deceso ocurrió murió el lunes 17 de julio de 1989. Beckett, por su parte, se fue a finales del mismo año, el viernes 22 de diciembre. El autor contaba con 83 años.
Los restos de la pareja reposan en el Cementerio de Montparnasse de París.
Comentarios en torno a la obra de Becket
- “Beckett destruyó muchas de las convenciones en las que se sustentan la narrativa y el teatro contemporáneo; se dedicó, entre otras cosas, a desprestigiar la palabra como medio de expresión artística y creó una poética de imágenes, tanto escénica como narrativa” Antonia Rodríguez-Gago.
- “Todo el trabajo de Beckett retrata la tragicomedia de la condición humana en un mundo sin Dios, sin ley y sin sentido. La autenticidad de su visión, la sobria brillantez de su lenguaje (en francés e inglés) han influido a jóvenes escritores de todo el mundo” Encyclopedia of World Literature in the 20th Century.
- “Beckett rechazó el principio joyceano de que saber más era un método de entendimiento creativo y de control del mundo. De ahí en adelante su trabajó avanzó por la senda de lo elemental, del fracaso, el exilio y la pérdida; del hombre ignorante y desprendido”, James Knowlson.
- Respecto a Esperando a Godot: “había llevado a cabo una imposibilidad teórica: un drama en el que nada ocurre, que sin embargo mantiene al espectador pegado a la silla. Lo que es más, dado que el segundo acto no es prácticamente más que un remedo del primero, Beckett ha escrito un drama en el que, por dos veces, nada ocurre”, Vivian Mercier.
Obras de Samuel Beckett
Teatro
- Eleutheria (escrita en 1947; publicada en 1995)
- Esperando a Godot (1952)
- Acto sin palabras (1956)
- Final de partida (1957)
- La última cinta (1958)
- Rough for Theatre I (finales de los 50)
- Rough for Theatre II (finales de los 50)
- Los días felices (1960)
- Play (1963)
- Come and Go (1965)
- Breath (estrenada en 1969)
- Not I (1972)
- That Time (1975)
- Footfalls (1975)
- A Piece of Monologue (1980)
- Rockaby (1981)
- Ohio Impromptu (1981)
- Catastrophe (1982)
- What Where (1983)
Novelas
- Dream of Fair to Middling Women (1932; publicada en 1992)
- Murphy (1938)
- Watt (1945)
- Mercier and Camier (1946)
- Molloy (1951)
- Malone muere (1951)
- El Innombrable (1953)
- Cómo es (1961)
Novela corta
- The Expelled (1946)
- The Calmative (1946)
- The End (1946)
- The Lost Ones (1971)
- Compañía (1979)
- Ill Seen Ill Said (1981)
- Worstward Ho (1984)
Cuentos
- More Pricks Than Kicks (1934)
- Stories and Texts for Nothing (1954)
- Primer amor (1973)
- Fizzles (1976)
- Stirrings Still (1988)
Poesía
- Whoroscope (1930)
- Echo’s Bones and other Precipitates (1935)
- Collected Poems in English (1961)
- Collected Poems in English and French (1977)
- What is the Word (1989)
Ensayos, coloquios
- Proust (1931)
- Three Dialogues (1958)
- Disjecta (1983)
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