La maniobra de la tortuga. Reseña

Fotografías del artículo: (c)Mariola DCA.

Se acaba de estrenar la adaptación a la gran pantalla de la novela de Benito Olmo, La maniobra de la tortuga, y tuve la suerte de asistir al preestreno el jueves 12 en un pase con la presencia del autor. Lectora de Olmo, devoré en una semana sus dos novelas, esta y La tragedia del girasol, protagonizadas por el inspector Manuel Bianquetti. Así que cuando supe que iban a hacer la película me alegré mucho, pero también recelé al tener en cuenta cómo se las gastan en el cine con la mayoría de adaptaciones literarias. Afortunadamente en esta ocasión han acertado. Lo cuento.

La maniobra de la tortuga – novela

La novela del escritor gaditano, ahora afincado en Madrid, es un título negro al uso, con los clichés que todos los aficionados más clásicos del género agradecemos sí o sí.

Yo siempre hablo de las 3 ces: crimen, caso y carisma del protagonista que, a ser posible también, cumple los requisitos canónicos de ser de palabras justas pero actos rotundos, ir a lo suyo, estar muy machacado y, como manía puramente personal, de físico grande y contundente, sobre todo si está pensado y descrito así por el autor. De modo que Manuel Bianquetti, que es uno de esos enormes animales salvajes de corazón igual de grande, un paria destrozado por una tragedia y con más de un trago de alcohol, solo podía tocarme la fibra honda.

Para colmo, el escenario de sus historias tiene el cielo de Cádiz, que significa vacaciones de verano en mi más primera infancia y cierta temporada, corta pero intensa y mucho más posterior, en que toqué su puerto en un par de travesías como azafata de crucero. Pero el Cádiz de la novela de Benito Olmo es de todo menos idílico, un reflejo más que oscuro de la sociedad actual en la que abundan la desigualdad, el racismo, la violencia y la podredumbre y corrupción moral en todos los ámbitos. No obstante, esos no dejan de ser elementos universales en todas las sociedades.

Por tanto, la solvencia en la descripción de ambientes, la historia, personajes y forma de narrar de Olmo determinó mi enganche sin remedio y elevó a Manuel Bianquetti a mi altar de protagonistas (donde hay muy pocos) que me roban el corazón, no solo literario, por los siglos de los siglos.

El año pasado entrevisté a Benito, también hablé con él y aproveché para expresarle mi admiración por su buen hacer. Ahora también he podido cambiar impresiones con él ya personalmente, que lo de coincidir en el metro, en el mismo vagón y a la misma ahora de camino al preestreno de la película y en una ciudad como Madrid tiene su punto de ficción también. Lo mejor es que estaba muy satisfecho de lo que han hecho con su criatura en el cine, aunque esté retocada por las licencias habituales que se toman para la gran pantalla.

Para quienes hemos leído la novela creo que también y seguramente (y a todo autor que se precie le gustaría) la película consiga atraer a más nuevos lectores que quieran conocer mejor o más profundamente la historia y personajes originales. Yo, al menos, también estoy satisfecha de lo visto porque mantiene la esencia literaria.

La maniobra de la tortuga – película

Dirigida por Juan Miguel del Castillo y protagonizada por Natalia de Molina y Fred Tatien, más un excelente plantel de secundarios, lleva el toque de denuncia social y remover de conciencias que es propio del director. Pero para quienes no somos mucho de cine con mensaje, la película logra un buen equilibrio entre esa pretensión nada subyacente y el ambiente más sucio, negro, violento y trágico que envuelve la historia, centrada en los dos protagonistas.

No hay concesiones y tampoco engaño porque, siendo lector o no de la novela, lo vas intuyendo todo, incluso el final. Ese es el detalle que, si no me hubiera dicho el autor que fue su primer final pero que terminó cambiando, sí me habría impactado más o habría justificado también más ese tono de alegato sobre la lacra de la violencia machista. Pero, sinceramente, me quedo con el total más que con la parte, o sea, me quedo con las relaciones entre personajes, con las almas doloridas que comparten los protagonistas, con sus pérdidas, y, en el caso de Cristina, la enfermera acosada por su expareja, su terrible aceptación de un sino que, insisto, fue el original pensado por el autor y que le vino perfectamente al director para su causa.

Me quedo también con la elección del silencio que predomina en la película. Con apenas algo de música en muy pocos pasajes, se opta por que ese silencio también refleje la angustia, el miedo y el dolor, apoyado en la magnífica expresividad de los dos actores principales.

Protagonistas

Así, Natalia de Molina conmueve con su retrato de Cristina. Pocas veces se ha mostrado tan bien el miedo atroz y la impotencia más asfixiante. El personaje literario, por lo menos en mi recuerdo, no me pareció tan atemorizado sino más fuerte y luchador, pero el cinematográfico no lo desvirtúa en absoluto.

Pero en mi opinión el acierto más redondo es el de haber encontrado a Fred Tatien, un actor desconocido y, por tanto, sin poder asociarlo a nada, para darle carne y huesos a Manuel Bianquetti, porque son exactamente los literarios.

Bianquetti es una mole llena de rabia y un profundo dolor por la dramática pérdida de una hija, por la que también ha perdido a su mujer y otra hija pequeña, se ha metido en muchos líos, ha caído en desgracia en su trabajo en Madrid y ha terminado desterrado en un agujero de los sótanos de la policía de Cádiz. Allí lleva una solitaria existencia arrastrando culpa y pena y apartado de todos y por todos. Pero hay ganas de justicia y redención sin importar las consecuencias, y para asumir ese dolor de una vez.

La diferencia con el Bianquetti literario es solo por el acento, ya que tiene orígenes italianos, y en la película aprovechan la nacionalidad de Tatien para ampliar esos orígenes. Si a eso se le une ese físico imponente y lo que no muchos actores logran con verdadera eficacia, que es transmitir emociones solo con la mirada o la presencia, su interpretación es impresionante.

De manera que la relación entre ellos está marcada también por ese contraste entre físicos, la fragilidad emocional que comparten y la fuerza y protección que ella necesita y esa necesidad de él de enmendar culpas y fallos del sistema de justicia que permite tanta injusticia.

Secundarios

Pero hay que destacar a todo el reparto como los actores latinos que interpretan a la familia de la joven víctima asesinada, o las otras víctimas, como Gerardo de Pablos o Luisa Vides.

Mención aparte tiene Mona Martínez como la compañera de Bianquetti en ese sótano y que en el original literario es un compañero. Martínez se apropia perfectamente de ese Morgado masculino. Y sí, tenía razón Benito cuando lo comentó al final de la película: está estupenda por su buen trabajo de construcción y réplicas al personaje de Bianquetti. Todas las escenas que comparten son de lo mejor, con ese contrapunto agridulce por los caracteres de ambos. Es más, casi se puede decir que hasta mejora el literario con ese cambio cinematográfico de sexo que le han dado.

En definitiva

Que funciona todo: la recreación de los ambientes más turbios y peligrosos, con su crudeza y dureza, o la violencia sin medias tintas ni piedad. Es esa oscuridad la que sobresale e impregna toda la película y eso es lo importante, porque se trata de la esencia de la novela.

Así que, muy recomendable para lectores del par de novelas de Bianquetti. Yo ya estoy esperando la adaptación de la segunda. Y por supuesto el tercer título, que sé de primera mano que ya está medio listo. Y para no lectores porque merece la pena descubrir la serie literaria si te han contado tan bien esta primera historia en el cine.



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