Leticia Castro. Entrevista con la autora de Lamer las heridas
Leticia Castro es argentina pero vive en Madrid. La última novela que ha publicado se titula Lamer las heridas, donde hay un protagonista de cuatro patas y una historia que conmoverá a todos los amantes de los perros. Ha tenido la amabilidad de atenderme para esta entrevista donde nos habla de ella y varios temas más. Le agradezco mucho su tiempo.
Leticia Castro— Entrevista
- ACTUALIDAD LITERATURA: Tu última novela lleva por título Lamer las heridas. ¿Qué nos cuentas en ella y de dónde surgió la idea?
LETICIA CASTRO: Es la historia de dos vidas que se cruzan de casualidad: la de Camila, una argentina que huyendo de su pasado abandona su casa, su familia y trabajo para refugiarse en un pueblito de La Alpujarra, y la de Tofi, un perro abandonado. Ambos están pasando por un muy mal momento; solo se tendrán el uno al otro para salir adelante.
Camila era un personaje que me rondaba en la cabeza desde hacía tiempo, quería contar su conflicto interno, su historia, pero no sabía quién podía acompañarla. Cuando hace unos años me encontré un perro abandonado con el cual pasé por unas cuantas adversidades, pensé que él podía ser el otro personaje de la novela.
- AL: ¿Te puedes remontar a ese primer libro que leíste? ¿Y la primera historia que escribiste?
LC: Me acuerdo como si fuera hoy de cuando leí los cuentos del libro El príncipe feliz, de Oscar Wilde. Mi papá me lo compró usado, en una librería de la avenida Corrientes (en Buenos Aires). Yo tenía nueve años. Mi vida fue un antes y un después de ese libro.
Mi primera historia la escribí a esa misma edad, todavía la conservo. Va de una gatita que se escapa de la casa en la que vive con su mamá y se mete en un mundo mágico: los animales son de otros colores, las nubes son comestibles, el fuego de la chimenea le habla. No puede estar peor escrita, sin embargo, le tengo mucho cariño.
- AL: ¿Un escritor de cabecera? Puedes escoger más de uno y de todas las épocas.
LC: Los escritores que por un motivo u otro más me han marcado hasta ahora fueron Cortázar, Saramago, Bryce Echenique, Virginia Woolf, García Márquez, Milan Kundera, Hebe Uhart, Anaïs Nin, Oscar Wilde, por mencionar algunos.
- AL: ¿Y ese perro literario que te ha podido tocar más el corazón?
LC: Es la historia de mi perro Tofi. De hecho, al perro de Lamer las heridas lo llamé igual. El pasado del Tofi novelado me lo inventé al completo, pero todo lo demás que cuento es verdad, me sucedió.
- AL: ¿Qué personaje de un libro te hubiera gustado conocer y crear?
LC: Me encantaría conocer a Alonso Quijano. Y haberlo creado, por supuesto. Una lástima que Cervantes se me adelantara.
- AL: ¿Alguna manía o costumbre especial a la hora de escribir o leer?
LC: Necesito silencio tanto para escribir como para leer. Es la única manía que tengo.
- AL: ¿Y tu sitio y momento preferido para hacerlo?
LC: Leo y escribo en cualquier momento, siempre que puedo, o que tengo un rato libre estoy haciendo una cosa o la otra. Frente a una chimenea con mis animalitos cerca diría que es mi sitio preferido para leer o escribir.
- AL: ¿Hay otros géneros que te gusten?
LC: Leo de todo. Leo lo que sea que caiga en mis manos. Leo lo que me recomienden o encuentre en la calle o descubra en una librería o me presten. Aunque trato de huir de los grandes éxitos comerciales.
- ¿Qué estás leyendo ahora? ¿Y escribiendo?
LC: Estoy leyendo varios (dependiendo de mis ganas acudo a uno u otro, siempre leo varios al mismo tiempo): Permafrost, de Eva Salasar. Frutos extraños, de Leila Guerriero. Nuestro mundo muerto, de Liliana Colanzi. La vida a ratos, de Juan José Millás.
Estoy revisando, corrigiendo, retocando una novela que escribí hace tiempo que para mí tiene un valor sentimental muy importante, es una novela que transcurre íntegra en Argentina.
- AL: ¿Cómo crees que está el panorama editorial y qué te decidió a ti para intentar publicar?
LC: Hoy por hoy hacerle llegar tu manuscrito a una editorial y que lo lean es difícil, aunque no sé si alguna vez fue fácil. Dicho esto agrego: no es imposible. Hay que tener paciencia, mucha paciencia y no dejar de intentarlo.
Voy a una escuela de escritura en Madrid (la Escuela de Imaginadores) y mi profesor, Juan Jacinto Muñoz Rengel, fue quien me animó a buscar editorial. Llevo catorce años escribiendo, tengo unas cuantas novelas terminadas. Después de varios rechazos, Lamer las heridas le gustó mucho a una de mis editoras de Harper Collins.
- AL: ¿Te está siendo difícil el momento de crisis que estamos viviendo o podrás quedarte con algo positivo para historias futuras?
LC: Yo siempre me quedo con lo positivo, incluso en los peores momentos de mi vida fui capaz de rescatar algo bueno. Y así será después de esta crisis, no tengo dudas.
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