Gustavo Adolfo Bécquer. Más allá de sus rimas están sus leyendas
Gustavo Adolfo Bécquer nació un día como hoy de 1836 en Sevilla. Y en diciembre este año se conmemora también el 150 aniversario de su muerte. El poeta romántico español por excelencia (con permiso quizás de don José de Espronceda) sigue gozando de buena salud literaria y desde luego fue mucho más allá de las rimas con sus golondrinas. Su prosa, que cultivó también en el teatro, el género epistolar y el articulismo, tiene la misma fuerza. Les doy una vuelta a algunas de sus famosas leyendas y cartas.
Leyendas de Bécquer
Son 22 relatos escritos en prosa poética que cuentan casi todos historias trágicas o de terror, acompañadas de un ambiente misterioso y sobrenatural. Sus temas principales son el amor, descrito como una pasión fatal que lleva a un final trágico, la búsqueda de lo inalcanzable, y el más allá, con la aparición de fuerzas diabólicas y fantasmas. Algunas son:
Los ojos verdes
La historia de la obsesión del cazador Fernando que, cazando un día con Íñigo, un montero a su servicio, se adentra en un lugar persiguiendo a un ciervo herido. Ese lugar es la fuente de los Álamos y, según dicen, allí habita un espíritu del mal. Pero Fernando irá una y otra vez tras haber visto unos hermosos ojos verdes de mujer en aquel maravilloso lugar y no puede olvidarlos. El montero le advierte del peligro de esa mujer, que es en realidad un demonio que quiere apoderarse de su alma. Pero no logrará detener a Fernando que, un día, se encuentra con la misteriosa mujer y le declara su amor. Ella al final termina arrastrándolo al interior de esa fuente.
Maese Pérez el organista
Transcurre en Sevilla en el siglo XVI. Cuenta la historia de un organista ciego, de gran sensibilidad, que muere y nadie más después logra hacer sonar igual el órgano de la iglesia de Santa Inés. Pero una Nochebuena, y sin ninguna explicación, en el órgano se vuelve a escuchar la misma música que tocaba el difunto Maese Pérez.
La ajorca de oro
Esta historia sucede en la catedral de Toledo y su protagonista, empujado por su mujer, de diabólica belleza, quiere robar una ajorca de oro de la Virgen del Sagrario. Sin embargo, al intentar huir, se siente sobrecogido por lo que les ocurre a las imágenes del templo. El componente mágico y sobrenatural vuelve a destacar y también la figura de la mujer como fuerza determinante que lo conduce a un desenlace fatal.
El monte de las Ánimas
Es posiblemente la más conocida y transcurre en un monte en las cercanías de Soria. Basada en una antigua tradición sobre los Templarios que cuenta cómo estos habían combatido con los hidalgos de la ciudad y los esqueletos de los muertos en aquella batalla salían de sus tumbas la Noche de Difuntos. Otra vez es una mujer, Beatriz, muy bella y perversa, la que convence a su primo para que vaya a buscar una banda que ha perdido en ese monte precisamente en esa noche.
Cartas
Cartas literarias a una mujer
Son 4 cartas que se publicaron de manera anónima en un periódico. Y van dirigidas a una mujer con quien Bécquer mantiene una conversación sobre sus ideas acerca de la poesía. Le cuenta que, para él, esa poesía se encuentra en las imágenes, las luces, los sonidos, los aromas y el misterio, en el sentimiento y en la mujer.
Cartas desde mi celda
Y estas son 9 cartas que Bécquer escribió para un periódico desde el monasterio de Veruela, en las laderas del Moncayo, también en la provincia de Soria. Allí estuvo retirado algún tiempo para curarse de su tuberculosis. Y con un estilo sencillo, preciso y detallista, habla de brujas, de los tesoros artísticos que le gustaban tanto, del monasterio donde estuvo alojado, de sus paseos, su pesimismo y su melancolía, que tanto lo acompañaron en su vida.
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