Selección de poemas y fragmentos de amor
Febrero se ha convertido en el mes más romántico del año gracias a San Valentín, siempre con mucha tradición, pero cada vez con más celebración. Porque el amor sigue siendo un tema fundamental en la literatura. Hoy traigo una selección de poemas y fragmentos de amor en la literatura que firman autores como Dickens, Saramago, dos de las hermanas Brontë, Bécquer, Allende y Cernuda.
Selección de poemas y fragmentos de amor
Charles Dickens – Grandes esperanzas
¡Olvidarla! Usted forma parte de mi existencia, de mi propio ser. Ha figurado en cada una de las líneas que he leído, desde que vine aquí por primera vez, cuando era un chico vulgar, cuyo pobre corazón ya laceró en aquel entonces. Usted siempre ha formado parte de todas las esperanzas que he tenido desde que la vi… en el río, en las velas de los barcos, en los pantanos, en las nubes, en la luz, en la oscuridad, en el viento, en los bosques, en el mar, en las calles. Ha sido usted la encarnación de toda la graciosa fantasía que mi espíritu llegó a forjar… () Hasta la última hora de mi vida, Estella, no podrá usted evitar que siga formando parte de mí mismo, parte del poco mal o bien que exista en mí. Pero en esta separación que usted me anuncia, solo la asocio con el bien, y la recordaré fielmente confundida con él, porque a pesar del profundo dolor que ahora siento, usted debe haberme hecho más bien que mal. ¡Oh Estella, Dios la bendiga y la perdone!
Emily Brontë – Cumbres Borrascosas
Si todo pereciera y él quedara, yo seguiría existiendo, y si todo quedara y él desapareciera, el mundo me sería del todo extraño, no me parecería que soy parte de él.
Charlotte Brontë – Jane Eyre
El más verdadero amor que jamás nadie ha sentido inflama mi corazón y acelera sus latidos. Soy feliz cuando la veo e infeliz cuando ha partido. Si tarda en llegar, inquieto, se hiela en mi sangre el ritmo. Por la indecible ventura de verme correspondido, yo haría lo que no haría ningún otro ser nacido.
Por ese amor cruzaré los infinitos abismos que nos separan; del mar los hirvientes remolinos; como un salteador, yo me arrojaré al camino y atropellaré por todo lo que pueda destruirnos; obstáculos venceré; desafiaré peligros; con razón o sin razón, sin miedo a premio o castigo. Pese a la saña y al odio de todos mis enemigos, alcanzaré el arco iris detrás del que peregrino. Combatiré contra todo, sin que humanos ni divinos logren oponer barreras al triunfo de mis designios. Hasta que mi adorada los delicados deditos enlacen en mi ruda mano con eslabones de lirios, mientras con un beso selle el juramento ofrecido de acompañarme si muero y acompañarme si vivo.
G. A. Bécquer – Rimas
Podrá nublarse el sol eternamente;
podrá secarse en un instante el mar:
podrá romperse el eje de la tierra
como un débil cristal.
¡Todo sucederá! Podrá la muerte
cubrirme con su fúnebre crespón,
pero jamás en mí podrá apagarse
la llama de tu amor.
Isabel Allende – La casa de los espíritus
De pronto se deslizó por el pasillo, al pasar por mi lado sus sorprendentes pupilas de oro se detuvieron un instante en las mías. Debí morir un poco. No podía respirar y se me detuvo el pulso.
Luis Cernuda – Contigo
¿Mi tierra?
Mi tierra eres tú.
¿Mi gente?
Mi gente eres tú.
El destierro y la muerte
para mi están adonde
no estés tú.
¿Y mi vida?
Dime, mi vida,
¿qué es, si no eres tú?
José Saramago – El evangelio según Jesucristo
Si me buscas, aquí me encontrarás,
Mi deseo será encontrarte siempre,
Me encontrarías incluso después de morir,
Quieres decir que voy a morir antes que tú,
Soy mayor, seguro que moriré primero, pero, si lo hicieras tú antes que yo, seguiría viviendo para que me puedas encontrar,
Y si eres tú la primera en morir,
Bendito sea quien te trajo a este mundo cuando yo estaba todavía en él.
from Actualidad Literatura https://ift.tt/2FatpVx
via IFTTT Mariola Díaz-Cano Arévalo
Comentarios
Publicar un comentario