Dionisia García. Aniversario de su nacimiento. Poemas escogidos
Dionisia García, poetisa albaceteña de Fuente-Álamo pero afincada en Murcia, nació un día como hoy de 1929. Licenciada en Filología Románica, su interés por la literatura, y en concreto por la poesía, fue temprano en su gusto por Rubén Darío, Becquer, Rosalía de Castro, Machado, y clásicos griegos y latinos. Pero para celebrar su cumpleaños ahí va una selección de poemas que pertenecen a su obra. Para descubrirla.
Dionisia García — Poemas escogidos
¿SOLOS?
Venturoso saber que alguien te espera
y sufrirá tus lágrimas,
que alguien en la mañana
une a tu despertar una caricia,
y ha contado muchas veces
el granero de tu cuerpo.
Soledades ahuyenta quien nos mira,
quien sabe compartir aquello que aprendimos,
y con nosotros se conmueve
ante las mismas cosas.
***
MENSAJE
De repente, esta tarde, agosto dos mil nueve,
aparece en la mesa un pequeño papel,
sólo con dos palabras y letra inconfundible.
Hace más de una década que nos dejó su autora,
y ahora este papel tan inocente
sobre una mesa con un orden distinto,
y no en el domicilio donde ella convivía.
Un vuelco de recuerdos recibo en este instante
de la mujer sufriente que quiso ser amada.
Nos cuidó en aquel tiempo a cambio de ternura,
de susurros y afectos, con besos repetidos.
Perdonó nuestros gestos y reproches.
Quiso viajar a los lugares santos.
Seguro que por fin lo ha visto todo,
y su corazón bueno nos alienta.
Quizá sea un regalo este papel,
un aviso prudente, inesperado,
acerca de nosotros y nuestras pobres vidas.
***
AMIGO
El esperado adiós hoy finaliza.
Otro trecho de vida a nuestra espalda.
Ya no vendrás en tren a visitarnos
para intentar decir con firme aliento
hasta hacernos llegar lo inexplicable.
Hoy el destino quiere que seas el primero
en desvelar lo oculto.
De la verdad sabrás, tú, solo, en la otra orilla.
***
EL ÁRBOL PARAÍSO
El árbol paraíso nos albergaba
entre el huerto y la casa.
Sus cenicientas hojas
parecían tocar la media luna,
el firmamento, tan a la mano entonces,
y vivas las estrellas
a nuestros ojos de niños pueblerinos,
acercados a la naturaleza.
Recuerdo los atardeceres
bajo el árbol y su aroma,
donde un día me anunciaron
la entrega del arca
con los vestidos de mi madre,
a quien no conocí.
***
PASIÓN DE UN DÍA NECESARIO
En las horas se agolpa la tristeza
por el tiempo pasado,
por la vida que pude yo acrecer
en incansable lucha.
Son estas las batallas
de pasado y presente,
sin que posible sea
remediar lo ya ido…
Fuerte mi corazón agrede y sueña,
impulsa el despertar a la alegría,
a la pasión de un día necesario,
en otro mundo que ahora me recibe,
al que amo y temo, y me desasosiega,
en el que bebo sorbo a sorbo,
por si no hubiera más.
***
INSTANTÁNEA
Del brazo de mi padre por la avenida airosa
en busca del amigo, que al fin vimos.
Era marzo con sol y se acercó un fotógrafo
dispuesto a detener aquella escena.
Nuestros abrigos largos, la sonrisa;
el gozo elemental de la existencia
marcado para siempre en blanco y negro.
Presidía la puerta de Alcalá,
con sus rosas y grises en la piedra,
rodeada de atmósfera inocente.
Han transcurrido más de treinta años
y atravieso el lugar en automóvil;
al paso, las arcadas de piedra ennegrecidas,
su insolente esplendor ajeno a la premura.
Voy a ver al amigo, anciano y solo.
Es primavera inquieta, sin fotógrafo,
y mi padre no está.
***
SHAKESPEARE NO TUVO BICICLETA
Fue peatón de amores en Stratford,
Shakespeare no tuvo bicicleta;
levantó remolinos de tierra
en ardiente alegría
hasta cubrir distancias
y llegar a la casa
de Ana Hathaway,
que esperaba, y ofrecía el abrazo
a su fiel peregrino.
Ahora, los muchachos,
los amantes de Stratford,
van buscando en la ruta,
pero ya no hay señales:
fueron borradas por tantas bicicletas
que sólo el aire guarda
intactos los recuerdos,
palpitaciones vivas
del corazón de un joven.
Fuente: web de la autora.
from Actualidad Literatura https://ift.tt/n9GIbZi
via IFTTT Mariola Díaz-Cano Arévalo
Comentarios
Publicar un comentario