León Arsenal. Entrevista con el autor de Bandera negra
Llegué a León Arsenal gracias a su novela histórica Corazón oscuro, en cuya trama, y de fondo, están dos de mis figuras históricas favoritas: el rey escocés Robert I The Bruce y su mano derecha James Douglas. Hace poco pude contactar con él para agradecerle el buen rato. De paso, tuvo la amabilidad de responderme a esta entrevista que, por supuesto, también le agradezco. En ella nos habla sobre sus libros, autores o costumbres, analiza el panorama editorial y nos cuenta cómo vive estos momentos de crisis.
ENTREVISTA A LEÓN ARSENAL
- ACTUALIDAD LITERATURA: ¿Recuerdas el primer libro que leíste? ¿Y la primera historia que escribiste?
LEÓN ARSENAL: No recuerdo el primer libro que leí. Realmente crecí con la literatura. Los recuerdos más remotos son los de ser muy pequeño y estar leyendo cuentos infantiles que, al menos entonces, se mandaban en el colegio. Poca letra y muy grande, dibujos coloridos, etc. Y de ahí pasar a libros con más texto y así en progresión.
En cuanto a la primera historia que escribí, empecé muy pequeño. Como no pocos, comencé a escribir aventuras que me gustaría leer y no encontraba. Pero, fuera de todos esos balbuceos, el primer relato que escribí con intención de hacer una historia cerrada fue con 16 años, en COU. No lo conservo, pero aún recuerdo que se llamaba El estanque de Saturno, era de corte fantástico-terrorífico y tenía resabios a Lovecraft, al que por entonces leía mucho.
- AL: ¿Cuál fue el primer libro que te impactó y por qué?
LA: A saber. Yo leía libros de una colección de Bruguera que eran versiones acortadas de grandes novelas (con su versión cómic intercalada cada dos páginas). Así que ahí se mezclan Sandokan, 20.000 leguas de viaje submarino, La flecha negra… No es extraño que ame la novela de aventuras.
- AL: ¿Quién es tu escritor favorito? Puedes escoger más de uno y de todas las épocas.
LA: No tengo escritores favoritos, sino libros favoritos. Por citar a dos autores de obras favoritas mías, diría Gustave Flaubert y J. G. Ballard.
- AL: ¿Qué personaje de un libro te hubiera gustado conocer y crear?
LA: Hay muchos personajes literarios que me han fascinado, pero lo cierto es que cuando salgo de las páginas de la novela o el relato siguen siendo eso, personajes. Carezco también de la fascinación que algunos lectores sienten por los personajes de novela, al punto de convertirlos en seres de carne y hueso y especular sobre cómo sería su vida antes y después de la obra. Tampoco me gustaría crear personajes de otros, pero desde luego, sí que me gustaría crear personajes a semejanza de cómo lo hicieron otros autores. Y sé que sorprenderá, pero me gustaría crear secundarios con tanta fuerza como los que a menudo desfilan por las páginas de los Episodios nacionales, de Benito Pérez Galdós.
- AL: ¿Alguna manía a la hora de escribir o leer?
LA: Si por manía se entiende el típico ritual, no, la verdad. Aunque, como todos, tengo mis sistemas que van cambiando. Hay épocas en las que escribo con la música puesta y otras en cambio que prefiero hacerlo rodeado de silencio. En cuanto a leer, la verdad es que leo en cualquier parte.
- AL: ¿Y tu sitio y momento preferido para hacerlo?
LA: Ya he respondido en parte, al menos respecto a la lectura. Para leer, casi cualquier momento es bueno. En cuanto a escribir, al revés que muchos, soy de los que madrugan para avanzar sus novelas y así llegar a media mañana con la sensación de haber aprovechado el día.
- AL: ¿Qué escritor o libro te ha influido en tu trabajo como autor?
LA: Salambó, Ballard, Verne, Salgari, Jack London, Joseph Conrad, El rey debe morir, La forja de un rebelde… y miles más. Muchos han dejado su poso, grande o pequeño, en mí.
- AL: ¿Tus géneros favoritos además del histórico?
LA: En realidad, el género histórico no es más favorito mío que otros si el baremo es la cantidad de libros de dicho género que leo. Me gusta, sí, lo mismo que el fantástico, el negro, el de aventuras y también los ensayos divulgativos.
- AL: ¿Qué estás leyendo ahora? ¿Y escribiendo?
LA: Estoy aprovechando para releer Vida y destino, de Vasili Grossman, y me he enfrascado en un ensayo llamado Cultura, antropología y otras tonterías, de Ángel Díaz de Rada.
En cuanto a escribir, acabé hará un mes una novela y ahora estoy en la fase de tomar fuerzas para la siguiente.
- AL: ¿Cómo crees que está el panorama editorial para tantos autores como hay o quieren publicar?
LA: Muy difícil, al menos para los que tratan de empezar. En efecto, cada vez más gente puede acceder al mercado editorial con su obra y eso hace que las editoriales se vean, literalmente, enterradas en ofertas de manuscritos. Y tampoco les es tan fácil a los noveles acceder a agentes literarios que les muevan su obra. Incluso bastantes autores que venían publicando de manera regular se han visto en dique seco. Porque otro problema es la concentración de editoriales, al menos de las que se llaman medianas y grandes. Eso supone fusión o desaparición de líneas editoriales… En fin, estamos hablando de publicación profesional.
Autopublicarse, desde luego, es fácil y con una calidad muy aceptable. Por desgracia, ese es un mercado desprestigiado por todos aquellos que se han dedicado a colgar o autoeditar sus libros sin pasarlos ni siquiera por un corrector. La gente se ha hartado de comprar basura autoeditada y eso ha cerrado bastante el camino a gente que estaba haciendo cosas dignas y para la que la autoedición podía haber sido un primer peldaño. Es una pena.
- AL: ¿Te está siendo difícil el momento de crisis que estamos viviendo o le sacarás algo positivo para futuras novelas?
LA: Por supuesto que me está siendo difícil, como a casi todos. Esto ha sido el meteorito, y para la clase media de los escritores —que vive de un pack formado por sus libros, más conferencias, talleres, cursos, etc.— la suspensión de todo acto público ha sido una catástrofe. Claro que saldrán cosas positivas porque se abrirán nuevas ventanas de oportunidad, pero no deja uno de pensar en todos los que se pueden quedar por el camino, como muchas pequeñas librerías, si no se arbitran medidas para ayudarlas.
En cuanto a futuras novelas, descuida, que vamos a tener saturación de ficciones sobre el coronavirus y no necesitan de ninguna mía para hacer crecer el montón.
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