Libros de estantería. Historias y autores de ayer, hoy y siempre
Empieza abril en circunstancias difíciles e inciertas que el mundo editorial también padece. En el mes del libro la estancia obligada en casa nos ha llevado a mirar a las estanterías, a todos esos que están ahí desde que recordamos. Estanterías que se han ido llenando con ejemplares cuya procedencia ya olvidamos. Libros de nuestros padres o los que hemos ido adquiriendo nosotros. Libros que ya no tienen dueño porque ya son de todos y forman parte de la casa. Libros que quizás todavía no hemos leído, pese a verlos ahí toda la vida. Libros de colecciones muy cuidadas o de bolsillo. Este es un repaso a algunos de ellos. Son los de mi casa, pero pueden ser los de cualquiera también. Y siempre acompañan. En guerra y paz.
Antiguas colecciones
Salvat, Alianza, Molino, Círculo de lectores, Cátedra, Austral… Cualquiera de ellas sacó una colección más o menos cuidada. En mi casa —y seguro que en la de muchos— está la más que reconocible de Salvat, con títulos clásicos de la literatura universal. Tampoco faltan los de Agatha Christie, en su colección de bolsillo más famosa que fue la de Editorial Molino. O los de Austral, sobre todo de títulos de autores españoles. Su Quijote de bolsillo es un prodigio de edición condensada, pero que difícilmente se puede leer. Han ido renovando las ediciones, pero han dejado el mismo diseño.
Incluso aquella revista, ya clásica también, que fue la de Selecciones del Reader´s Digest (aún funcionando), lanzaba una edición en formato de libro de novelas o relatos, como esa que se ve ahí, que incluía El charco de sangre, uno de los cuentos cortos de Plinio de Francisco García Pavón, o Love Story de Erich Segal.
Mención aparte son las colecciones de encuardenaciones de tapa dura y muy trabajadas, con ese papel sepia de gramaje grueso o muy muy fino, y hermosa edición interior. Normalmente se destinaban a esos clásicos universales como el Fausto de Goethe, las mejores obras de Molière o grandes autores rusos como Gorki.
Clásicos esenciales
Que no faltan en una estantería ni en una casa. En cualquier edición y formato.
El Decamerón
Los cuentos únicos de Bocaccio, más únicos ahora, donde otra pandemia asola el mundo. Quién sabe si ahora no se estarán escribiendo —o contando— otros cuentos que serán el Decamerón del siglo XXI.
Ana Karenina
Si no hay algo de Tolstoi en una estantería, es que no hay estantería. Y si lo hay, es la historia de la condesa Ana Karenina o la monumental Guerra y paz. Yo prefiero al conde Vronski más que batirme el cobre en Austerlizt, la verdad.
El poder y la gloria
Tampoco puede faltar Graham Greene. Con este título o con su más que conocido Rebelión en la granja, ambas de componente críticosocial.
Miguel Strogoff
Julio Verne puede llenar una estantería entera con sus novelas. Y la historia del correo más valiente del zar es de las más entretenidas.
Fuenteovejuna
Don Lope de Vega dejó el grito, que fue histórico, de todo un pueblo clamando contra el abuso del poder. Pero también dejó más comedias para compensar, como La dama boba o El perro del hortelano.
La Divina Comedia
Y por cerrar con otro clásico italiano, siempre tendremos a Dante Alighieri y su eterna bajada a los infiernos, para recordarnos que siguen ahí.
De todo un poco
Desde el Kama Sutra a Lo que el viento se llevó, pasando por El señor Capone no está en casa. Los versos de Federico García Lorca con los del Romancero Español o con el Satiricón. De viajes por La ruta de Don Quijote de Azorín y los campos castellanos de Machado. Las tribulaciones del Diario de un jubilado de Delibes y los azares de la saga de Los Dukay de Lajos Zilahy. O la filosofía de El criterio de Jaime Balmes conviviendo con esa casi autobiografía y muestra del Objetivismo de Ayn Rand en Los que vivimos. Cientos de historias para elegir.
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