Moby Dick

Moby Dick.

Moby Dick.

Moby Dick, de Herman Melville, es la historia de un hombre obsesionado con la caza un peligroso y misterioso cachalote blanco. El hombre en cuestión, el Capitán Ahab, desea vengarse del cetáceo porque éste le arrancó una pierna durante una persecución ocurrida años atrás. Se encuentra al mando del barco ballenero The Pequod y su marinería.

El libro es narrado por Ismael, un joven marinero. Los demás integrantes de la tripulación son Starbuck, Stubb y Flash (primer, segundo y tercer oficial al mando, respectivamente); los arponeros, Queequeg, Tashtego y Dagoo. Todos ellos acceden a embarcarse en una supuesta aventura de negocios. Pero cuando se complican los acontecimientos, Ahab deja claro el objetivo de la misión: su venganza.

Biografía del autor, Herman Melville

Nacimiento, familia e infancia

Herman Melville nació en New York, EE. UU., el 1 de agosto de 1819, en el seno de una familia descendiente de la aristocracia escocesa. Fue el segundo hijo entre Allan y María Ganservoort Melvill (la segunda “e” del apellido fue añadida después de la muerte del padre en 1832). Herman creció a la sombra de su hermano mayor, de hecho, con siete años su madre lo consideraba “muy torpe para hablar y lento para comprender”.

Los Melvills deseaban una formación académica de primer nivel para sus hijos debido a la prominencia de la familia. El padre de María era considerado el hombre más rico en Albany, New York, así como un héroe de la Guerra Revolucionaria. Por otra parte, Allan Melvill fue integrante del Tea Party de Boston, siempre se esforzó por mantener la apariencia y el estatus de la familia.

Juventud y formación

Los negocios familiares se complicaron, a tal magnitud, que Allan Melvill murió en enero de 1832 abrumado por las preocupaciones y las cuantiosas deudas contraídas. María enviudó con cuatro hijos y cuatro hijas. Por consiguiente, a los dos hijos mayores les tocó trabajar. El adolescente Herman laboró como recepcionista de un banco hasta 1935 y luego en la tienda de la familia mientras asistió al Albany Classical School.

Sus primeras experiencias en el mar

En 1837 hizo su primera travesía transoceánica hasta Liverpool. Transcurrido un año, volvió a los Estados Unidos a trabajar como profesor. En 1941 se embarcó durante año y medio en un ballenero a través de los Mares del Sur. La aventura culminó con un mes entre caníbales en las islas Marquesas. Pudo escapar a bordo de un buque mercante australiano, pero debió permanecer varias semanas en prisión tras desembarcar en Tahití.

En 1943, Herman Melville se enlistó en Honolulú (Hawái) como parte de la tripulación de una fragata de la Marina estadounidense. Semejante cúmulo de experiencias como marinero y soldado le sirvieron de inspiración para escribir y publicar sus primeras novelas. De esta manera, fueron apareciendo Typee (1846), Omoo (1847), Mardi (1849), Redburn (1849) y The white war (1850).

La paradoja editorial de Moby Dick

A principios de 1850 se estableció en una alquería campestre de Massachusetts. Allí forjó una entrañable amistad con el autor Nathaniel Hawthorne, a quien dedicó su obra maestra: Moby Dick (1851). Sin embargo, el libro de la ballena blanca no obtuvo muchas ventas. En realidad, la valoración de la obra de Melville se produjo después de su muerte. Es más, su siguiente publicación, Pierre (1852), fue un rotundo fracaso.

Algunos años más tarde, Herman Melville lanzó un libro compilatorio de sus mejores relatos en Cuentos de Piazza (1856), el cual, incluye reseñas breves sobre las islas Galápagos. Desafortunadamente, las ventas de sus libros no representaron un ingreso que le permitiese sustentarse exclusivamente de la escritura. Por ende, laboró como inspector de aduanas en New York entre los años 1866 y 1885.

Sus últimas publicaciones

A pesar de sus ocupaciones portuarias, Herman Melville pudo publicar Aspectos de la guerra (1866) y Clarel (1876). Su última novela, Billy Budd, marinero (1924), la completó meses antes de su muerte, ocurrida en New York el 28 de septiembre de 1891. En la actualidad, Melville es ampliamente reconocido como uno de los más grandes novelistas estadounidenses de todos los tiempos.

Análisis de Moby Dick

Mentalidad de la época

El portal PSHschool.com (julio de 2015) señala: “en los tiempos de Melville, el capitán de un barco tenía una autoridad ilimitada”. Todos a bordo lo sabían y en caso de desacuerdo evitaban cualquier confrontación directa con el capitán. De lo contrario, el desacato de sus órdenes traía como consecuencias humillaciones arbitrarias y/o castigos muy severos.

Herman Melville.

Herman Melville.

Bajo esas férreas líneas de mandato se desenvuelven las interacciones de los personajes de Moby Dick. En este sentido, Veronica Faller expresa en su ensayo (2013) para el seminario “The Whale” los valores de “hombría y amistad” palpables en la obra. Asimismo, Faller percibe que “la ausencia de mujeres en Moby Dick” deriva de dos motivos específicos: “la necesidad de aceptación y la necesidad de dominación”.

Simbología

Los Doctores, Meenakshi Sharma Yadav (Universidad King Khalid) y Manoj Kumar Yadav (independiente), describen de forma muy acertada los símbolos en la obra. En su publicación para el International Journal of Linguistics, Literature and Translation (2019), los investigadores explican que el color blanco refleja pureza y bondad angelical.

Pero el blanco también puede convertirse en la personificación del racismo, prejuicios, severidad y cualquier representación equitativa de las leyes de la naturaleza. Al final, el cachalote blanco no prevalece por ser una encarnación de la ira de Dios. No, Moby Dick gana debido a su ventaja adaptativa sobre otras criaturas terrestres (los hombres) que pretender desafiarlo en el mar.

Síntesis de Moby Dick

Inicio

Los hechos son narrados por el marinero Ismael en primera persona, quien va describiendo su estancia en la isla de Nantucked, en la costa este de Estados Unidos. Al comienzo expresa su atracción irremediable hacia la mar mientras presenta a dos de los protagonistas del libro: los arponeros Queequeg y Mapple. Con el primero forja una amistad muy estrecha y se embarca en el Pequod, un pequeño ballenero de capitán esquivo y reservado.

Una vez zarpados, Ismael y Queequeg van conociendo al resto de la tripulación: el contramaestre Starbuck, el segundo marinero Stubb y el tercer oficial Flash. Adicionalmente, el Pequod cuenta con dos arponeros: Tashtego (de la etnia norteamericana Aquinnah Wampanoag) y Dagoo “el africano”. El —aparentemente amenazante e intranquilo— capitán Ahab solo se deja ver al cabo de varios días en altamar.

Frase de Herman Melville.

Frase de Herman Melville.

El majestuoso objetivo

Ahab persigue con tal pasión —mejor dicho, obsesión­­— a su objetivo misterioso, que termina contagiando a toda la tripulación. Se trata de la famosa Moby Dick, avistada por Queequeg alguna vez y por los otros arponeros. En este punto, Ahab confiesa a sus hombres la misión exclusiva y verdadera de la expedición: matar al cachalote blanco.

Solo Starbuck permanece cauto porque él sabe el móvil de trasfondo del capitán (vengar la pierna izquierda perdida) y teme por la integridad de sus compañeros. Para disimular sus motivos, Ahab le ordena a la tripulación reportar cualquier avistamiento de cachalotes. Lo más intrigante de la situación es el descubrimiento de una tripulación oculta que llevaba haciendo la travesía con los demás liderados por el persa Fedallah.

Obsesión y mal augurio

Ahab sorprende a toda la tripulación del Pequod cuando él mismo aborda uno de uno de los botes arponeros en plena fiebre de matanza ballenera. Más adelante, la expedición se consigue con otro bote, el Albatros, pero la información proporcionada por ellos sobre la ballena blanca es inentendible. No obstante, Ahab y sus marineros encuentran una pista sólida… pero resulta ser un pulpo gigante.

La presencia del enorme molusco es interpretada como un indicio positivo por parte de Queequeg, quien asocia a los cefalópodos con sus depredadores: los cachalotes. En cambio, para Starbuck simboliza una premonición nefasta. En medio del impulso de matanza que ha cegado a casi todos los tripulantes del Pequod, dan caza a un cachalote negro muy grande. La carne del odontoceto es llevada en un costado del barco.

Superstición ¿demoníaca?

El Pequod cambia momentáneamente su objetivo para perseguir a una ballena boreal a causa de un presunto buen augurio esgrimido por Fedallah. Consiste en amarrar a los costados de la nave los restos de un cachalote y de una ballena boreal. Por ello, Ahab ignora deliberadamente el consejo del capitán del Jerobeam, quien lo increpó a no meterse con Moby Dick.

A estas alturas, Stubb y Flash sospechan que el persa misterioso es en verdad el mismísimo diablo (quien ha comprado el alma de Ahab). En los días siguientes las malas señales no dejan de repetirse: otro ballenero destruido en medio de la caza, colegas heridos y marineros atemorizados. Mientras tanto, las diferencias entre Starbuck y su capitán son cada vez más notorias, puesto que Ahab no parece velar por el bien de sus marineros.

Tres días de obstinación mortal

Ahab, en lugar de acatar la contundente advertencia del capitán de un ballenero británico (del Delight) diezmado por Moby Dick, toma su relato como la pista definitiva. En efecto, poco después el Pequod alcanza a Moby Dick. Inmediatamente, los botes entran al agua para iniciar la matanza, pero el cachalote destruye el bote de Ahab, quien apenas logra salvarse gracias a Stubb. La jornada se extiende durante dos días más.

Ni siquiera cuando Moby Dick destroza la pierna artificial de Ahab, el capitán no entra en razón. Al tercer día, Ahab logra arponear al cachalote, entonces, el cetáceo adolorido destruye la proa del Pequod, que comienza a hundirse. Finalmente, Ahab clava una lanza mortal en Moby Dick, pero se enreda con la cuerda del arpón y se ahoga. Solo un sobreviviente queda para contar los sucesos: Ismael, reflotado gracias al ataúd que Queequeg había fabricado para sí mismo y rescatado por otro ballenero.



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