Arturo Sánchez Sanz. Entrevista con el autor de Belisarius: Magister militum del imperio romano de Oriente
Arturo Sánchez Sanz es doctor en Historia Antigua y su currículum en el mundo académico y como autor de ensayo divulgativo es tan amplio como importante. Su última obra, Belisarius: Magister militum del imperio romano de Oriente. En esta entrevista nos habla de ella y nos da también una clase magistral sobre este género mucho menos consumido por los lectores. Muchísimas gracias por su tiempo y amabilidad.
Arturo Sánchez Sanz. Entrevista
- ACTUALIDAD LITERATURA: Doctor en Historia y Arqueología en la Universidad Complutense, tu último ensayo publicado es Belisarius: Magister militum del imperio romano de Oriente. ¿De qué nos hablas en él?
ARTURO SÁNCHEZ SANZ: El mundo editorial está saturado de ensayos históricos dedicados a los mismos temas una y otra vez, y en España esta realidad es mucho más cruda. Cleopatra, César, los Tercios, Auschwitz… por eso, desde mi primer ensayo hemos tratado de ofrecer algo más, algo nuevo y diferente. La literatura anglosajona tiene menos carencias en ese sentido, pero en castellano existen pocos ensayos dedicados a otros temas, aunque también sean conocidos. De hecho, los propios historiadores tendemos más a centrarnos en el cerrado mundo académico. El actual sistema de enseñanza superior nos obliga a escribir solo artículos y ensayos tan especializados que nadie más allá de nuestros propios colegas pueden digerir.
La divulgación histórica está mal vista, y por ello tenemos siempre las mismas obras en el mercado, muchas veces escritas por periodistas, abogados, etc. que llenan esa carencia con su propia ilusión por la Historia, pero no son historiadores ni arqueólogos, y no pocas veces la idea que se transmite al gran público es errónea o está equivocada.
Creo que nuestra labor, y más ampliamente, nuestro deber como historiadores es hablar de Historia no solo en el ámbito académico, sino para todo el mundo, hacerla cercana, fácil y accesible. A lo largo de mi vida he encontrado pocas personas que, aun dedicándose a todo tipo de oficios, no les guste la Historia, y al final lo que aprenden no proviene de historiadores formados, capaces de realizar una buena investigación de fondo, y eso genera paradigmas equivocados sobre diversos temas.
Por ese motivo me planteé escribir también divulgación aun cuando he tenido que nadar a contracorriente, con la idea de derribar esos falsos mitos creados a partir de obras parciales o escasamente documentadas, de ofrecer ensayos dedicados a temas menos conocidos o nunca tratados en castellano, y así ha sido desde el principio.
Mi primer libro lo dediqué a Filipo II de Macedonia (2013), precisamente porque su figura siempre ha estado eclipsada por su hijo, el gran Alejandro Magno, y muchas veces se olvida la importancia que tuvo en la Historia. De hecho, siempre digo que sin Filipo nunca hubiera habido Alejandro. Lo mismo sucedió con mi primer ensayo para la Esfera de los Libros, dedicado a los pretorianos (2017).
La figura de este mítico cuerpo militar romano siempre ha sido oscura y negativa, sobre todo por las muertes de emperadores que se les asocian, pero nada mas lejos. Las legiones derrocaron a muchos más emperadores que los pretorianos, e incluso en esos casos, las conspiraciones que protagonizaron solo eran conocidas por unos pocos de sus miembros frente a los miles de soldados del pretoria que actuaban en el imperio. Condenar a todo el cuerpo por ello sería como condenar a toda la institución policial por las acciones de unos pocos.
Son algunos ejemplos, y en el caso de Belisario sucede algo parecido. No mucha gente conoce su figura, y la mayoría de quienes lo hacen suele ser siempre a través de la novela que nos dejó el gran Robert Graves. Queríamos tratar su vida real, sus combates, las intrigas en la corte bizantina, etc. más allá de la novela, y nadie había escrito sobre ello antes en castellano. Esa es la idea principal que nos mueve siempre, ir más allá y que esperamos continuar con las próximas obras que acabo de terminar y aún deben ser publicadas.
- AL: ¿Por qué escribir ensayo y no ficción (aún)?
ASS: En parte tiene que ver con la propia formación que recibimos como historiadores. Se nos enseña desde el primer momento a investigar con la intención de ampliar el conocimiento general, no para escribir una novela, ni siquiera un ensayo divulgativo como os comentaba antes. El lenguaje que debemos emplear es demasiado críptico para el gran público, demasiado especializado, no aprendemos a escribir, sino a indagar sobre el pasado, y eso genera muchas carencias que surgen a la hora de plasmar ese trabajo por escrito.
Se pone mucha incidencia en aspectos que no existen en la novela, como el aparato crítico, la bibliografía, etc., pero nadie nos enseña a escribir de forma ágil, sencilla, a crear personajes, suspense, ni siquiera a crear una trama, ya que no es necesaria. Por eso considero que escribir novela, al menos una buena novela, es mucho más difícil que escribir un ensayo, y requiere aprendizaje, preparación y otro tipo de conocimientos que espero adquirir con el tiempo. Muy pocos historiadores escriben novela, y en nuestro caso supongo que se espera de nosotros algo más si lo intentamos. Es una responsabilidad enorme y por ello considero que es necesario hacerlo bien.
Por ese motivo me preparo, y ya he comenzado con una idea que llevaba tiempo macerando, pero aún es pronto. Quiero ofrecer una historia no solo bien escrita, sino documentada, de forma que no sea necesario inventar sobre lo que sabemos que pasó, sino solo llenar esos “huecos” que siempre existen en la historia. Muchos personajes nos ofrecieron historias realmente extraordinarias que casi nadie conoce, pero nos falta mucha información sobre ellas. Es posible reconstruirla para ofrecerla al público sin necesidad de inventar historias ficticias, aunque sean igualmente necesarias. Imagino que como historiador es una tendencia natural, pero creo que es otro modo de ofrecer la historia de forma veraz y atractiva para el gran público.
- AL: Como lector, ¿recuerdas ese libro que leíste un día y te marcó especialmente?
ASS: Lo recuerdo muy bien, y precisamente tiene mucho que ver con lo que comentábamos, y quizá por ello me considero fan incondicional de su autor. Se trata de una novela histórica dedicada a las míticas amazonas por Steven Pressfield (Las últimas amazonas, 2003). Su forma de tratar la historia, incluso la mitología como es en este caso, me impactó tanto que comencé a estudiar historia, incluso el tema de mi tesis doctoral trata sobre las amazonas, pero no solo por ello, sino principalmente por mi profunda admiración por el género femenino. Su valor, tesón, coraje y grandeza siempre relegados desde el origen de la Historia.
Por ese motivo quise aportar mi grano de arena, precisamente para tratar la imagen real de unas figuras míticas cuyo recuerdo se ha distorsionado tanto en el imaginario colectivo pero cuya fuerza lo ha mantenido vivo durante milenios desde que se originaron sus relatos. De hecho, precisamente por lo que comentábamos antes, incluso desde el mundo académico a veces se han utilizado temas como este de forma partidista debido al auge de los estudios de género, incluso llegando a ofrecernos ensayos supuestamente académicos pero que contienen datos manipulados para convertirlas en personajes reales cuando nunca lo fueron.
Es una de las cruzadas que creo debemos librar como historiadores, incluso a veces frente a nuestros propios compañeros cuando sus intereses particulares afectan a la verdad sobre la Historia con mayúsculas. Y eso es importante porque creo que se genera una imagen falsa en el gran público que debemos contribuir a cambiar.
Muchas otras obras me han marcado especialmente, incluyendo el resto de las escritas por Pressfield, o Posteguillo, que creo precisamente han triunfado porque no han necesitado inventar nada más que los detalles que las fuentes originales no nos dejaron o se perdieron sobre historias reales, que por sí solas ya son más que trepidantes.
El problema de los historiadores es que sabemos muy bien la importancia de documentarnos adecuadamente para tratar cualquier tema, y por ese motivo llevo años sin tener tiempo para dedicar apenas un minuto a leer por el mero placer de hacerlo. Tengo literalmente cientos de libros a la espera de una oportunidad, que espero poder ofrecerles pronto.
- AL: ¿Un ensayista de cabecera? ¿Y un autor literario? Puedes escoger más de uno y de todas las épocas.
ASS: Tucídides se ha convertido por méritos propios en el padre del discurso histórico más riguroso, sobre todo en una época en la que la tradición imperante seguía siendo la epopeya o, en todo caso, los relatos mucho menos veraces y críticos. Él era un ateniense, y no cualquiera, pero no le importó reconocer los errores de su pueblo a la hora de comenzar guerras innecesarias o cometer atrocidades sin justificación.
Quizá debido a mi propia especialización en historia antigua no puedo dejar de mencionar al otro padre del género ahora más literaria, el propio Homero, que sentó las bases del relato mítico novelado ya hace casi tres milenios. A partir de ellos han sido muchas las extraordinarias figuras que han desarrollado ambos géneros hasta lo sublime como Shakespeare, Dante, Cervantes, Poe, Tolstói… y otros por los que siento especial admiración como al propio Verne.
- AL: ¿A qué personaje histórico te hubiera gustado conocer?
ASS: Difícil pregunta. Muy difícil, ya que hay muchos. Podría nombrar al héroe espartano Leónidas, al mítico Alejandro o al extraordinario Aníbal Barca, a César, Cleopatra, Akhenatón, Mahoma o la reina Boudica. Incluso en otros momentos al Cid o a Colón, incluso más recientemente a Gandhi.
Me gustaría haber conocido a las amazonas, si hubieran sido reales. No obstante, si solo pudiera elegir uno, creo que sería Jesús de Nazaret, principalmente por todo lo que ha significado no solo en su época, sino en la Historia de la Humanidad, conocer a la persona más allá del mito, como historiador. De hecho, es un personaje trascendental que siempre ha quedado un tanto al margen para los historiadores por todas las fábulas que se escribieron más tarde sobre su vida, pero del que no cabe duda fue una de las mayores figuras de la Historia con todo lo que ello implica.
- AL: ¿Alguna manía o costumbre especial a la hora de ponerte escribir o leer?
ASS: En realidad no. Los temas para escribir surgen espontáneamente y la historia ya está allí, esperando a que alguien la traslade a la gente de la mejor manera. Supongo que con las novelas es diferente, ya que requieren mucha más preparación, elaboración y trabajo, por lo que es normal que los autores experimenten ese tipo de costumbres, ya que requieren la ayuda de las musas y la inspiración que a veces solo se consigue en circunstancias muy concretas. Hasta ahora solo necesito libros y un lugar tranquilo para escribir, pero cuando llegue el momento de dar el salto ¿quién sabe?
- AL: ¿Y tu sitio y momento preferido para hacerlo?
ASS: Creo que la parte más importante de escribir un ensayo es la enorme investigación previa que es necesario afrontar para hablar sobre un tema con conocimiento de causa. De hecho, creo que es necesario dedicar más tiempo a ello que a la propia escritura final del texto que se pretende ofrecer. De lo contrario podemos publicar una obra incompleta, inexacta, que cualquier con algo de conocimiento podría rebatir con total seguridad, y es necesario tratar de evitar esa situación.
Por ello suelo visitar muchísimas bibliotecas, fundaciones, etc. donde guardan esas fuentes que no es posible acceder desde casa, y muchas veces escribo directamente allí. Más allá de ello tengo la suerte de disponer de un pequeño despacho en casa, aunque me encanta escribir al aire libre, y siempre que el tiempo lo permite busco lugares tranquilos para disfrutar de la naturaleza mientras trabajo.
- AL: ¿Hay otros géneros que te gusten?
ASS: Me encanta el ensayo por lo que significa, ofrecer la verdad sobre la Historia, y adoro la novela porque nos ayuda a evadirnos de la realidad, a veces tan cruda, para transportarnos a un mundo distinto de una manera mucho más cercana. Pero lo mismo sucede con la poesía, que me encanta, incluso en sus formas mas aparentemente sencillas, como es la poesía haiku, aunque realmente no lo son. Todos los géneros tienen su finalidad y todas son importantes.
- AL: ¿Qué estás leyendo ahora? ¿Y escribiendo?
ASS: Pues si te soy sincero, la pandemia nos ha cambiado un poco la vida a todos, y durante los meses de confinamiento tuve mucho tiempo para dedicar a investigar y escribir, más del que suelo tener habitualmente, por lo que he comenzado varios ensayos que espero vean la luz en poco tiempo.
Este año acabo de publicar la biografía de Flavio Belisario, pero también estoy reeditando algunos de mis primeros ensayos ya que solo se editaron en versión papel y en España, pero muchos amigos de otros países no han podido tener acceso a ellos, por lo que me he dedicado a actualizarlos para ofrecerlos de nuevo en versión electrónica, incluyendo más imágenes, mapas e ilustraciones, además de contenido adicional. Este año saldrá también un ensayo dedicado a la reina de los icenos, la mítica Boudica, primera mujer que se enfrentó a los romanos como líder en el campo de batalla para liberar Britania de la conquista romana.
El año que viene saldrá la segunda parte de la historia completa que he dedicado a la Historia de Cartago, desde su fundación hasta la destrucción de la ciudad tras la tercera Guerra Púnica, y otro ensayo dedicado enteramente a sucesos paranormales en la Antigüedad, a partir de los relatos ofrecidos por las fuentes clásicas. No me refiero únicamente a historia sobre monstruos míticos o ciudades perdidas como la famosa Atlantis, sino también a relatos sobre espectros, demonios, renacidos, hombres-lobo, casas encantadas, posesiones y exorcismos, conjuros y brujería, sucesos extraños, etc. en la antigua Grecia, Roma y Mesopotamia. Todo un compendio sobre la inexplicable en la Antigüedad.
Y, finalmente, el ensayo sobre Boudica será el primero de los varios que he decidido dedicar a las grandes mujeres del pasado, por lo que saldrá otro dedicado a la reina Zenobia, a la mítica líder beréber que se enfrentó al avance del Islam en el Magreb, conocida como la Kahina. Y otro dedicado a las onna-bugeishas y kunoichis, las mujeres samuráis y shinobis en la historia de Japón, que las hubo y protagonizaron hazañas extraordinarias. De ese modo espero poder aportar mi grano de arena al conocimiento y valor de la historia femenina.
- AL: ¿Cómo crees que está el panorama editorial para un género tan especial como el ensayo?
ASS: El panorama es muy oscuro, aunque en cierto modo siempre lo ha sido. Nos encontramos en una situación aún más difícil de lo que es habitual, que es mucho. En el caso de los ensayos peor, ya que los lectores y lectoras habituales suelen buscar sobre todo historias que les ayuden a pasar un buen rato y evadirse de la cotidianeidad, sobre todo a través de las novelas. Los ensayos quedan reducidos a un público muy concreto, interesado especialmente en el tema del que trata cada obra, por lo que el impacto de estas obras es muy reducido.
Por si fuera poco, en España la mayoría de ensayos históricos tratan de los mismos temas ya más que conocidos, dedicados a momentos concretos como las Guerras Médicas o personajes importantes como Cleopatra porque esperan que tengan mayor aceptación, aunque ya se han escrito cientos de obras sobre ellos a las cuales las novedades poco o nada pueden aportar, mientras que nadie escribe sobre temas menos conocidos.
Por eso mismo y al final terminamos traduciendo obras de autores foráneos reconocidos esperando que su prestigio ayude a popularizar la obra, antes que darle la oportunidad a extraordinarios autores propios que probablemente nunca tengan la ocasión de publicar. Es una pena, la verdad, y no parece que la situación vaya a mejorar.
Por eso me gusta confiar en editoriales como HRM Ediciones o la Esfera de los Libros, que no temen dar ese paso y conocen bien el panorama investigador en España para embarcarse en esas obras sin recurrir a las traducciones. Y por ello mismo no he dejado de colaborar con ellas.
Por lo general, el mundo editorial ha estado siempre centrado en las figuras de mayor renombre, aunque la posibilidad de autoedición ha generado más oportunidades para muchos autores y autoras que están empezando. Sin embargo, la crisis de hace unos años, la actual pandemia y las tendencias de la sociedad en cuanto a la lectura dificultan mucho la supervivencia de las editoriales más modestas o de la mayoría de autores, que en ningún caso pueden vivir de sus obras.
La mayoría escribimos por el puro placer de hacerlo y, sobre todo, de compartir o enseñar, pero solo unos pocos pueden permitirse dedicarse en exclusiva a ello y vivir de los libros. Que Belén Esteban haya vendido más libros que un premio Nobel como Vargas Llosa dice mucho de esas tendencias, y muchas personas prefieren optar por contenidos ligeros de acceso fácil y rápido más que embarcarse en horas y horas en un libro.
El fomento de la cultura es una asignatura pendiente, y sobre todo la puesta en valor de las Humanidades, siempre denostadas incluso entre los miembros de gobiernos que si por ellos fuera, serían suprimidas. Pese a todo quiero ser optimista, y frente a las dificultades siempre existe la ilusión de muchos autores y autoras que nunca dejaran de escribir sin esperar nada a cambio.
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