Qué significan los puntos suspensivos y cómo usarlos
Los puntos suspensivos son un signo ortográfico empleado para denotar una oración cuyo sentido no es cabal (con una idea imprecisa o incompleta). También, en redacción representa un recurso utilizado para demostrar alguna de las siguientes intenciones o sensaciones: vacilación, supresión, desconcierto, suspenso (de ahí deriva su nombre).
Por lo tanto, casi siempre los puntos suspensivos indican la interrupción de una acción o predicado. No obstante, en una narración pueden servir de antesala a un sujeto inesperado o a un evento sorpresivo, asombroso o extraño. En cualquier caso, su uso correcto depende de un contexto y de una serie de normas, las cuales, serán expuestas a continuación.
Utilización correcta de los puntos suspensivos (con ejemplos)
Combinación con otros puntos (de cierre y en las abreviaturas)
Cuando los puntos suspensivos son escritos al final de una sentencia, el punto de cierre no es necesario (un cuarto punto adicional). Por consiguiente, solo se colocan los tres puntos suspensivos (sin importar si vienen después de una abreviación). Ejemplos:
- A mí no me gusta la vida en la ciudad, prefiero el campo con su aire limpio, el canto matutino de las aves, los árboles de frutas, los paisajes naturales…
- Las abreviaturas mantienen la tilde cuando incluyen la vocal de la sílaba tónica en la palabra completa: pág., céd., admón…
Según el contexto
Siempre se escriben con tres puntos consecutivos e inmediatamente después de la palabra. Por ejemplo:
- No sé cuándo vendrá la otra chica… Dayana, creo que es su nombre.
- Entiendo que tu criterio se encuentra bastante sesgado… es imposible discutir contigo de forma civilizada.
En caso de haber signos de interrogación o de exclamación, los puntos suspensivos se colocan antes o después sin espacios:
- ¡Qué tipo tan idiota!… Ninguna de sus ideas tiene coherencia.
- ¡Mejórate pronto de esa…! Así podremos resolver los trabajos pendientes.
Los puntos suspensivos van separados por un espacio de la palabra o signo siguiente a menos que venga otro signo de puntuación:
- Mi abuela Eugenia solía decirme: “si ves las barbas de tu vecino arder…”
- “Predicar con el ejemplo, ser para crecer, la práctica hace al maestro…” son algunas de las frases favoritas de mi amigo.
Si el enunciado siguiente a los puntos suspensivos confiere cabalidad a la idea de la oración, su escritura inicia con mayúscula:
- Creo que será un verano intenso en todos los sentidos… Conviene estar bien preparado.
- El pronóstico del clima anticipa altas probabilidades de lluvia… ¿Trajiste tu paraguas?
Si el enunciado posterior a los puntos suspensivos no concluye el enunciado, la siguiente expresión continúa con minúsculas:
- Seguramente el jurado concluirá que… el acusado es inocente; me pareció muy convincente el argumento de la defensa.
- Ya no sé a quién creerle… han sido demasiados golpes, las traiciones fueron de personas cercanas.
Los puntos suspensivos pueden colocarse al principio de una sentencia con el objetivo de señalar que el fragmento citado no es el inicial:
- “… eventualmente se casó con ella a pesar de que no superó la pérdida del primer amor”.
De acuerdo con la intención
Los puntos suspensivos pueden ser escritos a modo de reemplazo de la palabra «etcétera» al final de una enumeración incompleta o abierta:
- La joven Carolina tiene aptitudes para vivir de lo que quiera en un futuro cercano: traductora, guitarrista, atleta, profesora…
- Alexander se mantuvo en contacto durante las vacaciones con la mayoría de sus compañeros de clase: Manuel, Luis, María, Pedro…
En lengua castellana es posible usar los puntos suspensivos para expresar un instante o un preámbulo de duda antes de continuar con una idea:
- Atacar la zona pintada, hacer cortina y roll, armar una jugada para los tiradores… ¿cuál será la decisión del entrenador de baloncesto para ganar el partido?
- Mi madre me dejó varias llamadas perdidas en el móvil… podría ser urgente… o tal vez ella solo quiere recordarme algo.
Otro uso frecuente de los puntos suspensivos en el español es para mostrar una salida inesperada o sorpresiva:
- Hubo una convocatoria masiva para discutir el problema del agua que tanto ha afectado nuestra comunidad y, al final, asistieron… seis personas.
- El candidato del partido conservador hizo una campaña con mucho menos presupuesto que sus adversarios, centrada en las redes sociales… ¡Y ganó con una diferencia indiscutible!
En muchas ocasiones, los puntos suspensivos denotan una pausa voluntaria en un discurso o sentencia:
- Disfruté mucho el paseo, vi muchos paisajes idílicos, me encantó la gente de ese lugar… Quiero volver en cuanto tenga la oportunidad.
- Su presentación estuvo por encima de las expectativas, supo ganarse los aplausos del público más exigente… Ojalá pueda repetirla.
Como recurso narrativo es ideal para dejar una expresión en suspenso (por completar), o indicar duda:
- Su llegada fue súbita, inesperada… Bueno… Ni el más avispado de nosotros pudo anticiparla.
- Nadie es monedita de oro… pero ella… puedo decir con seguridad que era amada por todos.
Los puntos suspensivos pueden ser empleados para sugerirle al lector que una porción de una cita textual —entrecomillada por regla ortográfica—, proverbio o sentencia ha sido omitida:
- Esa entrada es sublime: “En un lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme…”
- Ayer yo vi al muchacho repetir el lenguaje corporal de su padre, entonces, pensé: “de tal palo…”
Si hay una trascripción literal de un texto con una palabra o un segmento omitido, los puntos suspensivos deben colocarse dentro de paréntesis (…) o entre corchetes […]:
- “En un lugar de la Mancha (…), no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo”.
- Max Brod dijo sobre su gran amigo Franz Kafka: “A menudo llegaba tarde a las citas (…) porque previamente había sentido la necesidad de acabar otro asunto con la mayor exactitud”.
Al momento de plasmar un énfasis expresivo, los puntos suspensivos sirven para alargar la entonación de un texto:
- Hoy recordé una frase muy frecuente de mi fallecido padre: “no hagas cosas innecesarias”. Fue en un sueño y lo escuché… de una manera tan vívida.
Los puntos suspensivos se pueden utilizar para evitar la reproducción de una palabra indeseada dentro de una oración o para insinuar algún insulto (en ocasiones, se coloca después de la primera letra del mismo):
- ¡Qué personaje tan despreciable, se comporta como un grandísimo hijo de p…!
- ¿Acaso eres…? ¡Deja ya de molestar tanto, sal de aquí!
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