Virginia Garzón. Entrevista con la autora de Un tesoro en el olvido
Virginia Garzón nació en Barcelona en 1975 donde vive habitualmente. También ha residido en países como en Bruselas, Guatemala, Madrid y Montevideo.
Se licenció en Derecho y es experta en cooperación internacional al desarrollo. Ha trabajado en la Comisión Europea y en diferentes organizaciones sin ánimo de lucro como la FundiPau, Fundación Vicente Ferrer y Oxfam Intermón. Por su trabajo ha tenido que redactar muchas propuestas y justificaciones de proyectos para administraciones públicas, pero su gran pasión ha sido siempre la escritura. Así que ha firmado poesía, cartas manuscritas, diarios, relatos, biografías y novelas. La última se titula Un tesoro en el olvido y en esta entrevista nos habla de ella y de otros asuntos. Le agradezco mucho su tiempo y amabilidad.
Virginia Garzón — Entrevista
- ACTUALIDAD LITERATURA: Tu última novela se titula Un tesoro en el olvido. ¿Qué nos cuentas en ella y por qué va a interesar?
VIRGINIA GARZÓN: Cuento la historia de Clara, una mujer que ha tenido una vida muy difícil y que de pronto tiene la oportunidad de cambiarla. Para ello, deberá emprender una aventura que la trasladará a la Barcelona modernista y que la obligará a enfrentarse a sus miedos y al pasado de su familia.
Creo que la novela es interesante porque descubre el mundo de las baldosas hidráulicas y sumerge al lector en la Barcelona de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. También, porque la historia que cuenta subraya la importancia de los sueños y de los buenos amigos, esa familia escogida sin la que la protagonista estaría perdida.
- AL: ¿Puedes recordar alguna de tus primeras lecturas? ¿Y lo primero que escribiste?
VG: Me encantaban los libros de Los Cinco, de Enid Blyton, lo que sin duda se nota en Un tesoro en el olvido. Los releía y devoraba continuamente. También leía cómics: Tintín, Astérix y Obélix, Los Pitufos y Boule et Bill.
Lo primero que escribí fueron cartas manuscritas a mi familia y amigos. Debido al trabajo de mi padre, me marché a vivir a Bruselas con once años. Echaba de menos a mi familia y amigas, y les escribía largas cartas en las que les contaba mi aventura belga.
Autores y costumbres
- AL: ¿Un autor de cabecera? Puedes escoger más de uno y de todas las épocas.
VG: Mario Benedetti me acompaña desde hace décadas. Me fascinan sus poemas y sus novelas La tregua y Primavera con una esquina rota. Rosa Montero, también. Leo sus artículos y novelas, de las que destaco La ridícula idea de no volver a verte y La buena suerte. Leo a David Foenkinos desde que me conquistó con La delicadeza. Tiene una sensibilidad que me resulta fascinante, de la que también hace gala en Charlotte y Hacia la belleza. Hace un par de años descubrí a Laetitia Colombani. La trenza me gustó tanto que la he regalado mucho, y lo mismo me está pasando con El vuelo de la cometa.
- AL:¿Qué personaje te hubiera gustado conocer y crear?
VG: Sherlock Holmes. Me fascinan su inteligencia, su humor particular y su lado oscuro y torturado.
- AL: ¿Alguna manía o costumbre especial a la hora de escribir o leer?
VG: Tanto para leer como para escribir necesito silencio.
- AL: ¿Y tu sitio y momento preferido para hacerlo?
VG: Escribo por las mañanas y leo por las tardes. Me resulta muy complicado hacerlo al revés.
- AL: ¿Qué otros géneros te gustan?
VG: La novela negra. Me encantan Todo esto te daré y la trilogía del Baztán, de Dolores Redondo.
Panorama actual
- AL: ¿Qué estás leyendo ahora? ¿Y escribiendo?
VG: Acostumbro a combinar la lectura de libros de ficción y ensayo. Ahora estoy leyendo Nada se opone a la noche, de Delphine de Vigan. La descubrí con Las gratitudes y me encantó. También El peligro de estar cuerda, de Rosa Montero.
En la actualidad escribo una novela sobre el mundo del cine. Soy un poco supersticiosa, así que prefiero no contar mucho más por si se gafa.
- AL: ¿Cómo crees que está el panorama editorial?
VG: Muy complicado. Aunque cada año se publican muchos libros, cuesta que una editorial confíe en ti y, cuando se consigue, hay que invertir mucha energía en la promoción. Es el único modo de intentar evitar que tu libro sea engullido por los demás. También resulta muy difícil competir con personajes públicos que hasta hace poco eran ajenos al mundo de la literatura.
- AL: ¿Qué tal estás llevando el momento actual que vivimos?
VG: No es fácil, aunque tengo la gran suerte de contar con el refugio de la escritura y la lectura. Como defensora de la alegría que soy, a veces me resulta complejo escribir para hacer sonreír. Me centro en las pequeñas cosas, en la vida cotidiana, pero lo malo tiene tanta presencia y pesa tanto, que a veces la búsqueda de cosas positivas resulta agotadora.
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