Cómo escribir un cuento

Qué es un cuento

A la hora de escribir, puedes pensar que una novela es algo muy complicado, por el número de palabras, páginas y también por el desarrollo de la trama. Pero escribir un cuento no es más fácil en ese sentido.

De hecho, tienes muchos factores a tener en cuenta, y aprender cómo escribir un cuento puede ayudarte a ver la dificultad que tiene (y lo sencillo que es una vez interiorizas todos esos aspectos que influyen en ello). Así que, si quieres saberlo todo antes de lanzarte a escribir, o si ya lo has hecho pero no estás satisfecho con el resultado, aquí van las pautas para conseguir uno que quieras mostrar a todo el mundo.

Qué es un cuento

Un cuento se puede definir como una narración corta que relata unos hechos concretos y que tiene como objetivo el entretener, asustar, divertir… a un lector. Estos pueden ser tanto orales como escritos y, aunque casi todo el mundo los relaciona con el público infantil, lo cierto es que no tienen una «edad» específica.

Un buen cuento es aquel que, una vez se lee o se cuenta, nos deja una sensación placentera, o de terror si lo que buscábamos era el miedo. Pero conseguirlo es realmente lo más difícil porque no solo hay que narrar las aventuras, también tiene que empatizar con el lector o el oyente para que esa persona quiera saber lo que pasa en la historia.

Características de un cuento

Características de un cuento

Prácticamente la totalidad de los cuentos se caracterizan por una serie de puntos que los definen. Y realmente es lo que les diferencia de, por ejemplo, el relato, otro de los géneros que también se utiliza mucho (sobre todo para iniciarte en la escritura).

Pero, en el caso de un cuento, este tiene como elementos los siguientes:

Es narrativo

Hablamos de una narración. Sí, hay diálogos, pero un cuento tiene más parte narrativa que de diálogo. Y en esta historia, te pueden contar hechos reales o imaginarios, pero es algo que contamos, no que se vive en sí.

Es ficción

Sí… y no. Porque como te hemos indicado antes, aunque en la mayoría de los casos los cuentos se relacionan con historias de ficción, lo cierto es que también pueden contar hechos reales. El problema es que estos se adornan con elementos fantásticos para abstraer la realidad.

Solo tiene una línea argumental

Para entender esto, lo mejor es que tengas a mano un cuento, o te acuerdes de alguno. Por ejemplo, Los tres cerditos. La línea argumental era lo que les pasaba a los cerditos. ¿En algún momento del cuento este te decía qué hacía, pensaba o quería el lobo? Más allá del hecho de querer comerse a los cerditos, no se sabe nada de ese animal, y cumple con este requisito: que solo se centre en una sucesión de hechos de unos personajes concretos.

Por ejemplo, el cuento de la Cenicienta, al contrario que la película, este solo se centra en ella y en lo que le pasa, dando saltos de tiempo, sí, pero siempre enfocada en ella.

Solo un personaje principal

Claro, y ahora me dirás: ¿y los tres cerditos? Pues debes saber que este cuento tiene como protagonista al tercero de los cerditos, no a los anteriores, que son secundarios. Un cuento no quiere decir que solo tenga un personaje, habrá muchos, pero de todos ellos uno es el que de verdad sufre los hechos que se cuentan.

Por ejemplo en Hansel y Gretel, realmente es Gretel la que tiene mayor protagonismo, y se ve cuando Hansel pasa a un segundo plano en el momento en que la bruja lo encierra para alimentarlo.

Un cuento es breve

Pues sí. Debes cumplir con esta premisa porque un cuento no está hecho para pensar en ser una novela, sino un relato corto.

Está construido para leerlo de una vez

Imagina que te pones a leer el cuento y, a la mitad, te paras, lo dejas. Al retomarlo de nuevo, las sensaciones y la experiencia que te ha absorbido la primera vez ya no se recupera más que volviendo a leerlo, y pierde su encanto, sobre todo si es la primera vez que lo lees.

Cómo se escribe un cuento: Qué debes tener en cuenta a la hora de escribirlo

Cómo se escribe un cuento: Qué debes tener en cuenta a la hora de escribirlo

Ahora que conoces un poco mejor el cuento, es hora de que aprendas cómo escribir uno, ¿verdad? Pues para eso, has de tener en cuenta los pasos para hacerlo. Y estos son:

Piensa en la idea del cuento

No puedes, como en una novela, ponerte a escribir y a ver lo que sale. Y no puedes hacer eso porque la extensión es limitada y tienes que centrar tus ideas en las palabras, frases y párrafos correctos.

De lo contrario, ese cuento acabará haciéndose bastante más extenso, y ya no será un cuento.

Además, debes escoger las palabras concretas, usar solo las que de verdad sepas que son importantes, que aportan a la historia y que sirven. Todo lo que puedas considerar prescindible, es que no interesa.

Mantén el suspense en el cuento

Es importante que la información se vaya dando poco a poco. Por ejemplo siguiendo con los ejemplos que hemos dado, en la Cenicienta se va diciendo poco a poco que es la más hermosa, la más dulce, la más amable… y poco a poco va emparejándola con el príncipe. O en Los tres cerditos. Al principio no sabemos que son tres hermanos, ni que las casas están construidas de distinta forma.

Sigue una estructura

Todo cuento debe seguir una estructura: introducción, nudo y desenlace. Es decir, el inicio del cuento, el problema que surge, y la solución de ese problema. Puede parecer fácil, pero en realidad no lo es.

Escribe

Llega el momento de escribir, y te recomendamos que lo hagas sin pensar en si te pasas, en si cuentas de más… Ya tendrás luego tiempo de tomar en consideración esos aspectos.

Deja reposar el cuento antes de revisar

Deja reposar el cuento antes de revisar

Aunque no lo creas, es importante esto porque te ayudará a ser más objetivo a la hora de revisar el cuento, sobre todo porque así sabrás lo que es imprescindible y lo que no, acortándolo si te ha quedado largo; o alargándolo si ves que le falta algo.

Si no te fías de que esté bien… léelo

En voz alta. No tienes por qué leérselo a nadie, puede ser a ti mismo. Pero debes ser consciente de que, si al leerlo te aburre, entonces es que hay algo que no está bien. Si tienes hijos, y el cuento es apto para ellos, prueba a sentarlos y a leérselo para ver su reacción. ¿Se dispersan? ¿Se mueven mucho? ¿Están inquietos? Si no es algo que esperas con el cuento, es que no les termina de convencer, y aunque ellos pueden no saber explicarlo, sí que te pueden ayudar a saber si gusta o no.



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