Radio y literatura II. Entrevista con el locutor Paco de León

Fotografía: perfil de Paco de León en Twitter.

Paco de León es una de las voces más reconocibles y reconocidas de la radio española. Y yo tengo el placer de conocerlo, además del privilegio de haber charlado con él en esa radio un par de veces, experiencias que atesoro con cariño y admiración. Así que le debía esta entrevista, que en el medio escrito no es lo mismo que mirarse cara a cara delante de un micrófono. Sirve también para agradecerle la deferencia y el tiempo dedicado a contestar a estas preguntas sobre su relación con la literatura en las ondas.

Paco de León

Como suele pasar con los locutores de radio, quizás el rostro de Paco de León no sea muy conocido, pero no es posible que quede alguien que no reconozca su voz. Lo hemos escuchado no solo en incontables programas, sino también en multitud de cuñas publicitarias y, sobre todo, en documentales.

Arenense de pro, es posible que ese aire de la sierra de Gredos, que baja hasta Arenas de San Pedro y se cuela por las piedras del centenario castillo de la Triste Condesa, le puliera el timbre tan particular a esas cuerdas vocales. Con una larga trayectoria profesional, jalonada de premios también, ahora dirige y presenta De cero al infinito, en Onda Cero, programa de divulgación científica y cultural.

Conocí a Paco hace unos tres años y de una manera peculiar: escuchando su programa anterior, Madrid en la Onda, y corrigiéndoles errores lingüísticos propios del directo que me agradecían a la vez. De ahí, lo invité a él y su equipo a la presentación de mi primera novela publicada. No pudo ser, pero él tuvo la deferencia de leérsela e invitarme a su programa. El resto, como dicen, es historia.

Ahora ha tenido a bien contestarme largo y tendido a estas preguntas. Muchísimas gracias.

Entrevista con Paco de León

  • ACTUALIDAD LITERATURA: Como lector, ¿tienes algún género preferido de literatura? ¿Y puedes recordar el primer libro que leíste?

PACO DE LEÓN: No tengo ninguna preferencia clara en cuanto a géneros se refiere, aunque me fascinan la novela negra, la histórica y los ensayos científicos. No obstante, los libros bien narrados y descriptivos me suelen enganchar con facilidad. Por cierto, que las novelas de amor, con mucho «pasteleo» y un cierto toque hortera las puedo devorar. Nadie es perfecto.

El primer libro del que soy consciente fue uno de Los cinco, de Enid Blyton. No recuerdo cuál porque me leí la colección entera.

  • AL: ¿Algún título o títulos en especial que te hayan impactado mucho? ¿Por qué?

PDL: Cien años de soledad es, sin duda, el título que recuerdo como más impactante en mi vida lectora. Me produjo una verdadera «sinfonía» de sensaciones. La primera vez que lo leí, siendo muy joven, me hipnotizó por completo. Esa mezcla de historia rara con tanto personaje y sorprendente en cada capítulo supuso para mí una verdadera aventura de la que disfruté muchísimo.

La segunda lectura, años después, me hizo descubrir a uno de los escritores más grandes de la Historia y fortalecer la idea de que yo no podría convertirme nunca en autor de un libro, ya que me avergonzaría eternamente no ser capaz de escribir una sola línea como lo hacía García Márquez.

  • AL: ¿Quién es tu escritor favorito? Puedes escoger más de uno y de todas las épocas.

PDL: Me resulta muy difícil elegir a un escritor como el que más me gusta. Me parece incluso injusto, es como elegir la mejor canción. ¡Hay tantas y tan buenas! Pero por no eludir tu pregunta te diré que, además de los clásicos, de obligada lectura, elegiría varios autores como algunos de mis favoritos: Tom Wolf, el ya mencionado García Márquez, Delibes, Truman Capote y Pérez-Reverte. De este último destaco La piel del tambor

  • AL: ¿A qué personaje de un libro te hubiera gustado entrevistar y por qué?

PDL: Aquí sí que no tengo dudas. Me hubiera gustado entrevistar a muchos personajes literarios, pero al que más a Alonso Quijano. Creo que El Quijote es la esencia del ser humano, es la mejor definición posible del hombre porque en él está reflejado prácticamente todo, lo bueno y lo malo de las personas. Las obsesiones, los buenos sentimientos, la heroicidad, las flaquezas, los temores, la superación, el intento, el amor… 

Parece mentira que un personaje creado hace siglos permanezca en vigor en la actualidad, quizá se deba a que, como he pensado siempre, Don Quijote tenía poco de loco, simplemente era un alma libre y un tipo que antepuso a cualquier otra cosa la intención de conseguir sus sueños, y eso es para mí envidiable.

¿Te imaginas al Caballero de la Triste Figura ante la Covid 19? ¿Cómo montaría su lanza contra el maldito coronavirus? ¿O tal vez montaría su lanza contra los políticos? Me quedo con las ganas de charlar con él ante un micrófono.

  • AL: ¿Tienes alguna manía particular a la hora de leer?

PDL: No soy excesivamente maniático en mi vida, más bien soy poco de rituales, quizá porque nací anárquico y bastante desordenado en todo; eso sí, en mi desorden hay orden, ¡ja, ja, ja!, un orden que solo entiendo yo. Lo que no soporto a la hora de leer es un libro con las hojas arrugadas.

Con Paco de León en su programa De cero al infinito, en Onda Cero.

AL: En tu larga trayectoria en la radio ¿qué destacarías de tu experiencia en algún programa literario, por ejemplo, de dramatizaciones como actor?

PDL: Pues destacaría una sección de poesía que tenía hace muchos años en un programa de fin de semana que hacía por entonces. Fue muy enriquecedor y muy bonita su realización.

Después he tenido ocasión de dramatizar muchos textos para radio y televisión trabajando junto a grandes actores de doblaje. Esa es una faceta que me apasiona, aunque cada vez se hace menos y peor. La dramatización es cara y ahora se tiende a abaratarlo todo, la calidad ya cuenta poco y se suele confundir con nombres conocidos. Craso error. Tengo tanto respeto y cariño por este tipo de trabajos, que hace años se mimaban hasta conseguir la excelencia, que cuando ahora empiezo a escuchar alguno de estos intentos, termino cambiando el dial.

Solo los actores y los locutores especializados son capaces de hacer buenas dramatizaciones y a estos hay que añadir un buen director, un buen realizador técnico, un buen montador musical y un buen técnico de efectos especiales. Todas estas figuras esenciales han desaparecido en la radio actual y las cosas de hacen de cualquier manera. Una lástima.

Personalmente me quedo con algo que hicimos hace años a través de la Academia de la Radio: una dramatización en vivo en el Teatro Mira de Pozuelo de Alarcón donde nos unimos todas las cadenas de radio de España para poner en escena La Guerra de los mundos, de H. G. Wells, en la versión de Orson Welles. Los medios técnicos corrieron a cargo de RNE y aquello se notó. El éxito fue tal que Luis del Olmo quiso que lleváramos el espectáculo a su Ponferrada y allí también llenamos el teatro.

  • AL: Quizás son incontables, pero ¿puedes destacar alguna entrevista o anécdota literaria o con algún escritor?

PDL: Es verdad que podría contar muchas anécdotas con escritores a los que he tenido la suerte de entrevistar, pero lo dejaré en dos:

La primera con Antonio Gala. Acababa de editar un libro de poesía y se me ocurrió decirle que después de muchos años se decidía a «hacerle un guiño» a la poesía. Don Antonio, visiblemente enfadado, me contestó o más bien me espetó que un guiño se hacía a una mujer, pero jamás a la poesía. Y no le faltaba razón, aunque no sé yo. Y hoy en día esa respuesta no hubiera recibido buenas críticas por machista.

La otra tiene que ver con Cela. Cuando acababan de anunciar que le habían concedido el Nobel ordené a mi equipo de producción que me lo pusieran al teléfono. Y mi equipo lo consiguió, pero al tenerlo en antena llegué a dudar de que fuera don Camilo quien hablaba, tal era la amabilidad y el tono de ternura con los que hablaba. Ahí me di cuenta de que don Camilo se estaba haciendo mayor, ¡ja, ja, ja!

AL: Y, por último, has hecho programas de radio de todo tipo: informativos, culturales, de ciencia, tertulias. ¿Qué te queda o qué te gustaría?

PDL: He de reconocer que he sido muy afortunado profesionalmente porque he hecho casi de todo en radio. No tengo ni idea de lo que me queda por hacer. Después de tantos años solo aspiro a poder seguir cerca de un micro haciendo un programa hasta que llegue el día en que vea claro que lo mejor es dejarlo porque la «gasolina» se ha acabado, cuando note que ya no siento ilusión o que las facultades van desapareciendo o cuando la audiencia se harte de mí. 

Lo que sí sé es lo que me gustaría hacer al menos una vez en mi vida: narrar un partido de fútbol de mi Real Madrid y poder cantar el gol de la victoria. Es complicado porque ese talento no lo tengo, pero cuando esté a punto de jubilarme se lo pediré a mis compañeros de deportes como regalo de despedida, ¡aunque sea en un entrenamiento, ja, ja, ja!



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