Sylvia Plath. 4 poemas para celebrar su nacimiento

Sylvia Plath nació el 27 de octubre de 1932 en Boston. Poeta, también escribió prosa y ensayo. Tuvo una vida complicada, con problemas mentales desde su juventud y una personalidad depresiva. Y su destino se marcó al divorciarse de su marido. Pero estamos celebrando el aniversario de su nacimiento y el mejor recuerdo es leer algunos de sus poemas. Estos son mis escogidos.

Sylvia Plath

Publicó su primer poema con solo ocho años y siguió escribiendo cuentos y versos que mandaba a varias revistas, lo que le permitió tener sus primeros éxitos. A mediados de los 50, y cuando ya padecía varios desórdenes mentales, se graduó en el Smith College. Pero antes pasó por un psiquiátrico por haber intentado suicidarse.

Consiguió una beca Fulbright y estuvo en la Universidad de Cambridge, donde continuó su obra literaria. Allí conoció Ted Hughes, con quien se casó y tuvo dos hijos. Pero el matrimonio se rompió por una infidelidad de su marido. En aquella situación, con dos niños a cargo, enferma y apenas con dinero, el suicidio volvió a rondarle. Y con solo treinta años se quitó la vida asfixiándose con gas.

Entre sus obras destacan títulos como El coloso, Cruzando el agua, Árboles de invierno o La campana de cristal. Recibió el Premio Pulitzer en 1982, a título póstumo, por sus Poemas completos.

Poemas

Palabras

Hachas
Tras cuyo golpe la madera resuena,
¡Y los ecos!
Ecos que se alejan
Desde el centro como caballos.

La savia
Se hincha como lágrimas, como el
Agua esforzándose
Por restablecer su espejo
Sobre la roca

Que cae y gira,
Una calavera blanca,
Carcomida por hierbajos.
Años más tarde
Las encuentro en el camino —

Palabras secas y sin jinete.
El incansable ruido de cascos.
Mientras
Desde el fondo del pozo, astros fijos
Gobiernan una vida.

***

Rival

Si la luna sonriese, se te parecería.
Dejas la misma impresión
De algo muy hermoso, pero aniquilador.
Ambos son muy hábiles para tomar luz prestada.
Su boca en O se lamenta por el mundo; la tuya es inconmovible,

Y tu primer don es volverlo todo piedra.
Despierto en un mausoleo; estás aquí,
Martillando con los dedos en la mesa de mármol, buscando cigarrillos,
Malévolo como una mujer, pero no tan nervioso,
Y muriéndote por decir algo incontestable.

La luna también rebaja a sus súbditos,
Pero durante el día es ridícula.
Tus insatisfacciones, por el otro lado,
Llegan por el buzón con amorosa regularidad,
Blancas y vacuas, expansivas como monóxido de carbono.

No hay día que esté a salvo de noticias tuyas,
Atravesando África, quizá, pero pensando en mí.

***

Soy vertical

Mejor querría ser horizontal.
No soy un árbol con raíces hondas
en tierra, sorbiendo minerales y amor materno,
refloreciendo así de marzo en marzo,
reluciente, ni orgullo de parterre
blanco de admirativos gritos, muy repintado,
y a punto, ignaro, de perder sus pétalos.
Comparado conmigo es inmortal
el árbol, y las flores más audaces:
querría la edad del uno, la temeridad de las otras.

Esta noche, en luz infinitésima
de estrellas, árboles y flores
han esparcido su frescura aulente.
Yo entre ellos me paseo, no me ven, cuando duermo
a veces pienso que me les hermano
más que nunca: mi mente descaece.
Resulta más normal, echada. El cielo
y yo trabamos conversación abierta, así seré
más útil cuando por fin me una con la tierra.
Árbol y flor me tocarán, veránme.

***

Espejo

Soy de plata y exacto. Sin prejuicios.
Y cuanto veo trago sin tardanza
tal y como es, intacto de amor u odio.
No soy cruel, solamente veraz:
ojo cuadrangular de un diosecillo.
En la pared opuesta paso el tiempo
meditando: rosa, moteada. Tanto ha que la miro
que es parte de mi corazón. Pero se mueve.
Rostros y oscuridad nos separan

sin cesar. Ahora soy un lago. Ciérnese
sobre mí una mujer, busca mi alcance.
Vuélvese a esos falaces, las luciérnagas
de la luna. Su espalda veo, fielmente
la reflejo. Ella me paga con lágrimas
y ademanes. Le importa. Ella va y viene.
Su rostro con la noche sustituye
las mañanas. Me ahogó niña y vieja



from Actualidad Literatura https://ift.tt/37KgXc9
via IFTTT Mariola Díaz-Cano Arévalo

Comentarios

Entradas populares de este blog

Los mejores libros españoles de la historia

Libros de suspenso y misterio

Carmen Mola: su trilogía