Las obras de teatro de Calderón de la Barca

Las obras de teatro de Calderón de la Barca.

Las obras de teatro de Calderón de la Barca.

Las obras de teatro de Calderón de la Barca (1600 – 1681) son un ícono de las tablas a nivel mundial. El autor es considerado uno de los más grandes escritores del teatro del Siglo de Oro español. Tal distinción la comparte con eminencias de la talla de Miguel de Cervantes, Lope de Vega y Tirso Molina. Los cuatro crearon piezas de teatro aclamadas mundialmente, así como un tipo de representación escénica menos difundido, pero de una calidad artística sublime: los autos sacramentales.

Calderón de la Barca también se distinguió por otras facetas biográficas; muchas de ellas se encuentran reflejadas en sus creaciones teatrales. Entre esas se pueden mencionar: noble, militar, intelectual, poeta, eclesiástico y testigo excepcional de los principales sucesos políticos y sociales del siglo XVII. Semejante versatilidad contribuyó sustancialmente en la profundidad de sus historias, sus frases y personajes.

Infancia y juventud de Pedro Calderón de la Barca

Nacimiento, niñez y primeros estudios

Pedro Calderón de la Barca y Barreda González de Henao Ruiz de Blasco y Riaño nació el 17 de enero de 1600, en Madrid. Fue el tercero de seis hijos del matrimonio entre Diego Calderón y Ana María de Henao, ambos de origen noble. Con apenas cinco años comenzó a ir al colegio en Valladolid bajo la tutela de su abuela Inés de Riaño. En 1608 ingresó al Colegio Imperial de los jesuitas de Madrid.

En 1610 falleció su madre por sobreparto. En 1614, Diego Calderón volvió a casarse con Juana Freyle Caldera, de una familia distinguida, aunque con problemas económicos. Ese mismo año un adolescente Pedro fue admitido en la Universidad de Alcalá, pero interrumpió sus estudios tras morir su padre repentinamente durante 1615. En aquel momento, se suscitó un pleito legal debido a los términos de la herencia entre la madrastra y los hijos.

Universidad de Salamanca y carrera militar

Cuando Doña Juana volvió a casarse en 1616, los hermanos Calderón quedaron bajo el cuidado de su tío, Andrés González de Henao. Entretanto, el joven Pedro Calderón de la Barca se inscribió en la Universidad de Salamanca. Se graduó durante 1619 como bachiller en derecho canónico y civil.

Sin embargo, no se ordenó como sacerdote (como hubiese deseado su autoritario padre) y a partir de 1922 optó por ingresar en la milicia. Fue una época dura, pues él y sus hermanos se vieron obligados a vender los bienes heredados para poder subsistir. Durante los años siguientes, Pedro Calderón recorrió Flandes y el norte de Italia durante varias campañas bélicas al servicio del XI condestable de Castilla.

Primeras obras teatrales

El 29 de junio de 1623 se estrenó exitosamente su primera comedia conocida, Amor, honor y poder, con motivo de la visita de Carlos, príncipe de Gales. Después de finalizar sus periplos militares en el año 1626, Pedro Calderón de la Barca pudo dedicarse de lleno a sus creaciones literarias. No obstante, ya había estrenado Judas Macabeo y muchas otras obras teatrales junto a la compañía de Juan Acacio Bernal.

Características de las obras teatrales de Calderón de la Barca

Una obra de amplios contrastes, difícil de organizar

La obra de Calderón de la Barca tiene grandes rasgos de pluralidad y contraste. Domina la forma y escena dentro de una interpretación de largo alcance caracterizada por la complejidad de pensamiento. Según José María Díez Borque, “Si la síntesis y articulación de las artes es uno de los principios fundamentales de la estética barroca, en Calderón (coleccionista, además, y teórico de la pintura) se lleva a sus últimas consecuencias”.

Como resultado, organizar y clasificar las obras teatrales del intelectual madrileño es una tarea titánica, por lo vasto de su creación. De acuerdo con un recuento realizado por él mismo meses antes de morir, Calderón de la Barca produjo ciento diez comedias, ochenta autos sacramentales más un número indeterminado de otras obras breves.

Fórmula “lopesca”

El ilustre Lope de Vega creó un modelo teatral que definió la escena barroca de finales del siglo XVI y principios del XVII. Hacia el año 1630, Lope de Vega ya había elogiado el talento de Calderón de la Barca por su sensibilidad escenográfica e integración musical. Del intercambio entre los gigantes resrultó la evolución de una “fórmula lopesca” más rica en recursos artísticos, depurada de elementos líricos poco funcionales y con menos cantidad de escenas.

Asimismo, se van reduciendo el número de personajes, mientras el argumento es elaborado en torno a un protagonista único. Para Calderón, su afición a la pintura representó un elemento de trascendencia dramática que integra las metáforas, la retórica y su percepción del mundo. Al igual que la pintura barroca, abundan en su obra los temas bíblicos, mitológicos, históricos y la magnificencia de la naturaleza como creación divina.

Pedro Calderón de la Barca.

Pedro Calderón de la Barca.

En este sentido, las obras de Pedro Calderón de la Barca podrían clasificarse de la siguiente manera (se nombran algunos ejemplos):

  • Dramas: El médico de su honra; El pintor de su deshonra; La hija del aire.
  • Comedias serias y de enredo: La vida es un sueño; EL alcalde de Zalamea.
  • Comedias cortesanas: La fiera, el rayo y la piedra; Eco y Narciso.
  • Sátiras de capa y espada: La dama duende; No hay burlas en el amor.
  • Autos sacramentales: El gran teatro del mundo; La protestación de la fe.

Construcción de personajes

Las verdades históricas en torno a los personajes de las obras teatrales de Calderón son una constante casi absoluta. En esa misma medida carecen de expresión humana natural, pues están llenos de hipérboles, metáforas e insinuaciones. Sus protagonistas femeninos están investidos de una autoridad virtuosa, con un comportamiento bastante masculinizado.

En comparación, los personajes masculinos de Calderón exhiben una mayor profundidad psicológica. Algunos, como Don Gutierre de El médico de su honra, son totalmente irracionales a causa de sus celos. Representan figuras empleadas en las tragedias calderonianas, repletas de intrigas, sospechas y pasiones desatadas. Otros personajes, como Segismundo o Don Lope Figueroa, forman parte de su repertorio inolvidable.

Reducción de la polimetría

Calderón de la Barca adapta la “fórmula lopesca” hacia un modelo literario más centrado en la estructura dramática. Con tal motivo, sintetiza el repertorio estrófico al transformar sus versos en octosílabos, endecasílabos y, ocasionalmente, heptasílabos. Se vale frecuentemente de antítesis, metáforas e hipérboles con el fin de enfatizar la belleza de lenguaje.

Culteranismo

Calderón demuestra un dominio magistral de una retórica colmada de analogías, simetrías, oposiciones, disgregaciones y recolecciones. Los conceptos de sus frases pueden aparecer reiteradamente para dejar clara la preponderancia de una idea en un contexto. Igualmente, en muchas de sus comedias aparecen símbolos de la filosofía neoplatónica y recursos como el horóscopo y las profecías para generar (falsas) expectativas en los espectadores.

Cultismo

La justificación de los motivos de los protagonistas, sean loables o retorcidos —crímenes por celos, por ejemplo— aparecen con una lógica impecable, pero éticamente inaceptables. Por otra parte, en los diálogos de Calderón predominan los juegos metateatrales en una medida similar a la intratextualidad. Es decir, son frecuentes las reescrituras y parodias a obras de otros autores o de sí mismo de una manera muy consciente.

Componente religioso

La mezcla entre preceptos sagrados y sucesos profanos son un componente inherente a la religiosidad de los pueblos durante el barroco. Además, la formación jesuita de Calderón se ve reflejada en las consignas de San Agustín y Tomás de Aquino, así como en su filosofía neoplatónica. En el teatro de Calderón es palpable una especie de resignación contrapuesta a la aparente autonomía y validez de las acciones del ser humano.

Dios y el hombre

La fe en Dios es un tema incuestionable que determina el abordaje de temas existenciales y racionales. Por ende, la divinidad es contemplada a través de los cuatro elementos del mundo natural y no es causante del sufrimiento terrenal del hombre. En las obras de Calderón de la Barca, el honor, la libertad y la responsabilidad moral, aparecen enfrentados a la codicia, la envidia, los celos y los conflictos edípicos.

La llegada de los eventos trágicos

A mediados de la década de 1640 ocurrieron una serie de acontecimientos que replantearon la vida de Calderón de la Barca. Primero, los fallecimientos de la reina Isabel del Borbón y del príncipe Baltasar Carlos produjeron dos decretos de cierres (de uno y tres años, respectivamente) de las comedias corales. Luego, las muertes de sus hermanos José (1645) y Diego (1647) sumieron a Calderón en una depresión pronunciada.

Los autos sacramentales

En 1646 nació su hijo biológico, Pedro José. Cinco años después se ordenó como sacerdote y en 1653 obtuvo la capellanía de los Reyes Nuevos de Toledo. Entonces, Calderón priorizó la escritura de los autos sacramentales, un género teatral caracterizado por las reflexiones teológicas y las sutilezas visuales.

Frase de Pedro Calderón de la Barca.

Frase de Pedro Calderón de la Barca.

Si bien continuó con la composición de comedias, los autos sacramentales dominaron la mayor parte de sus creaciones hasta su muerte ocurrida el 25 de mayo de 1681. De hecho, su última creación fue el auto sacramental El cordero de Isaías, culminada cinco días antes de su deceso.

Obras teatrales datables de Calderón de la Barca

  • La selva confusa (1622).
  • Amor, honor y poder (1623).
  • La cisma de Inglaterra (1627).
  • Casa con dos puertas, mala es de guardar (1629).
  • La dama duende (1629).
  • El príncipe constante (1629).
  • La banda y la flor (1632).
  • La cena del rey Baltasar (1632).
  • El mágico prodigioso (1637).
  • El mayor monstruo del mundo (1637).
  • El médico de su honra (1637).
  • Los dos amantes del cielo (1640).
  • El secreto a voces (1642).
  • El pintor de su deshonra (1650).
  • El alcalde de Zalamea (1651).
  • La hija del aire (1653).
  • El gran teatro del mundo (1655).
  • Guárdate del agua mansa (1657).
  • Eco y Narciso (1661).
  • Hado y divisa de Leonido y de Marfisa (1680).


from Actualidad Literatura https://ift.tt/2wjxR17
via IFTTT Juan Ortiz

Comentarios

Entradas populares de este blog

Los mejores libros españoles de la historia

Libros de suspenso y misterio

Carmen Mola: su trilogía