Entrevista con Pedro Feijoo, el autor de Un fuego azul

Fotografías. Twitter de Pedro Feijoo

A Pedro Feijoo lo conocí por sus Hijos del mar, una historia negra ambientada en Vigo (su ciudad natal) que me gustó mucho. Pero hay truco porque tengo debilidad por Galicia y sus autores. Hace poco hablaba con Arantza Portabales y ahora lo hago con Feijoo, al que agradezco muchísimo su tiempo, dedicación y amabilidad. Nos cuenta sobre todo un poco, ya que tiene nuevo libro, Un fuego azul.

Entrevista a Pedro Feijoo

Actualidad Literatura: ¿Recuerdas el primer libro que leíste? ¿Y la primera historia que escribiste?

Pedro Feijoo: Pues… La verdad es que no, no recuerdo ni el primero que leí (comencé a leer siendo aun muy pequeño), ni tampoco la primera vez que me planté delante de una hoja en blanco queriendo contar alguna historia… Ahora, lo que sí recuerdo…

AL: ¿Cuál fue el primer libro que te impactó y por qué?

PF: … es el primer libro que me impresionó realmente, el primero que me impulsó a querer escribir: Polaroid, de Suso de Toro.

AL: ¿Quién es tu escritor favorito? Puedes escoger más de uno y de todas las épocas.

PF: Buff, la verdad es que no soy muy amigo de este tipo de preguntas, porque siempre acaban dejándome en la misma tesitura de cuando me preguntaban si quería más a mamá o a papá. Tengo muchos favoritos, y muy mala memoria, por lo que, si comienzo a enumerarlos, seguro que acabo dejando a muchos fuera. De manera que lo que sí te voy a decir es cuál fue el último que realmente me impresionó, tanto como para llegar incluso a replantearme la escritura desde cualquier perspectiva posible: Pierre Lemaitre.

AL: ¿Qué personaje de un libro te hubiera gustado conocer y crear?

PF: Recuerdo una época de mi juventud, coincidiendo con una circunstancia vital especialmente dolorosa, en que me hubiera encantado tener cerca a Dorian Gray. Ahora, de ahí a haber deseado crear a cualquiera de los personajes admirados… Mi manera de ser no me permite albergar tales deseos. Soy completamente incapaz de imaginarme a mí mismo creando aquello que admiro.

AL: ¿Alguna manía a la hora de escribir o leer?

PF: A la hora de escribir, no muchas, la verdad… Siempre escribo a mano, en cuadernos de tamaño medio, por lo que, una vez que la historia ha hecho clic en mi cabeza, puedo escribir en cualquier parte, sin necesitar mucho más que papel y tinta. Y a la de leer… Pues tampoco, ahora que lo pienso. Como mucho, que me dejen en paz.

AL: ¿Y tu sitio y momento preferido para hacerlo?

PF: Como te digo, cualquiera en el que me puedan dejar en paz.

AL: ¿Qué escritor o libro te ha influido en tu trabajo como autor?

PF: Como comentaba en una de las primeras preguntas, el primero, ya muchos años atrás, fue Suso de Toro, y el último Pierre Lemaitre.

AL: ¿Tus géneros favoritos?

PF: Cualquiera que me descubra a mí mismo totalmente enganchado varios meses más tarde.

AL: ¿Qué estás leyendo ahora? ¿Y escribiendo?

PF: estas novelas pulp, las del cordel del kiosco de toda la vida, si hoy volvieran a editarse. Y, escribir… La verdad es que no estoy escribiendo nada. Por primera vez desde que empecé a publicar, hace ya nueve años, ésta es la primera vez que puedo (y necesito) pararme a descansar. El proceso creativo de Un fuego azul fue terrible. Largo, duro, muy exigente y devastador en más sentidos de los que nadie se imaginaría, por lo que, sinceramente, creo que no podré ponerme a escribir nada nuevo hasta que el alma se me haya secado de todo aquello a lo que estuvo expuesta mientras elaboraba este libro.

AL: ¿Cómo crees que está el panorama editorial para tantos autores como hay o quieren publicar?

PF: Sinceramente, ni sabría decirlo, ni creo que sea quien para hacerlo. Soy un tipo que siempre ha tenido mucha suerte, tal vez incluso sin merecerla, por lo que no creo que mi caso sea tan extrapolable como para ponerme aquí a sentar cátedra en base a mi experiencia. Si fuese tan estúpido como para juzgar el entorno desde lo vivido por mí, no estaría siendo justo con los miles y miles de autores y autoras que cada día se dejan los ojos sobre el papel o la pantalla del ordenador, y las manos llamando a las puertas de una editorial tan desbordada por la oferta recibida que apenas podrá prestarles la atención que sin duda merecen.

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