Poemas de feliz cumpleaños
La búsqueda «poema feliz cumpleaños» es una de las más relevantes en la web hispanoparlante. Esto no es de extrañar, todos quieren dar un detalle original a sus seres queridos, y un poema reúne todas las cualidades necesarias para tal agasajo. ¿Quién no ha soñado con mirar el rostro de felicidad de una persona amada al recibir palabras coleccionadas solo para ella?
Pensando en esto, en este artículo se han compilado algunos de los poemas de feliz cumpleaños más conocidos en la web. Entre los escritores que se han escogido, destacan: Mario Benedetti; Camilo José Cela y Arjona Delia. Sin más preámbulo, estos son 6 poemas de feliz cumpleaños.
“Feliz cumpleaños”, de la poetisa argentina Delia Arjona
Con tu nuevo cumpleaños
vas subiendo los peldaños,
te estás haciendo mayor.
Hoy se brinda y se festeja,
y el cariño se refleja
¡porque tú eres el mejor!
¡Feliz cumpleaños tengas!
Con muchos regalos vengas,
y lo puedas disfrutar.
Que cumplas todos tus sueños,
sean grandes o pequeños,
¡que siempre puedas brillar!
“Catorce versos en el cumpleaños de una mujer”, del poeta español Camilo José Cela
(Poemilla ínfimo y azorado, tenue, orgulloso y levemente soberbio, que
debe leerse en cueros y con mucha parsimonia)
Cuando mi corazón empezó a nadar en el caudaloso río de la alegría de las más
limpias herraduras de agua
Y descubrí que en el alma de la mujer subyacen cinco estaciones de grácil
silueta
Oí silbar al ruiseñor del camposanto de la aldea y ahuyenté de mi piel los malos
pensamientos
Aparté de mí los torvos presagios de la debilidad la enfermedad el hambre la
guerra la miseria y los vacíos de la conciencia.
Empecé a oler tímidamente el gimnástico aire de la belleza que duerme contigo
Y volé tan alto que perdí de vista el aire de los invernaderos el agua quieta de las
acequias y el fuego purificador también la arcillosa y pedregosa tierra que
piso y en la que seré olvidado por tu mano
Te amo lleno de esperanza
Tu vida es aún muy breve para acariciar la esperanza
Y hoy cumples años quizá excesivos
Hoy cumples mil años
Quisiera bailar en un local cerrado con la muerte coronada de esmeraldas y
rubíes yo coronado de musgo y alfileres
Para proclamar en el reino de las más solitarias ballenas
Mi dulce sueño con estas sobrecogidas palabras
Pregono en voz alta el espanto que me produce la felicidad”.
“Como Siempre”, del poeta uruguayo Mario Benedetti
trescientos treinta y seis meses
la matusalénica edad no se te nota cuando
en el instante en que vencen los crueles
entrás a averiguar la alegría del mundo
y mucho menos todavía se te nota
cuando volás gaviotamente sobre las fobias
o desarbolás los nudosos rencores
buena edad para cambiar estatutos y horóscopos
para que tu manantial mane amor sin miseria
para que te enfrentes al espejo que exige
y pienses que estás linda
y estés linda
casi no vale la pena desearte júbilos y lealtades
ya que te van a rodear como ángeles o veleros
es obvio y comprensible
que las manzanas y los jazmines
y los cuidadores de autos y los ciclistas
y las hijas de los villeros
y los cachorros extraviados
y los bichitos de San Antonio
y las cajas de fósforo
te consideren una de los suyos
de modo que desearte un feliz cumpleaños
podría ser tan injusto con tus felices
cumpledías
acordate de esta ley de tu vida
si hace algún tiempo fuiste desgraciada
eso también ayuda a que hoy se afirme
tu bienaventuranza
de todos modos para vos no es novedad
que el mundo
y yo
te queremos de veras
pero yo siempre un poquito más que el mundo.
“Cuando yo vine a este mundo”, del poeta cubano Nicolás Guillén
Cuando yo vine a este mundo,
nadie me estaba esperando;
así mi dolor profundo
se me alivia caminando,
pues cuando vine a este mundo,
te digo,
nadie me estaba esperando.
Miro a los hombres nacer,
miro a los hombres pasar;
hay que andar,
hay que mirar para ver,
hay que andar.
Otros lloran, yo me río,
porque la risa es salud:
Lanza de mi poderío,
coraza de mi virtud.
Otros lloran, yo me río,
porque la risa es salud.
Camino sobre mis pies,
sin muletas ni bastón,
y mi voz entera es
la voz entera del son.
Camino sobre mis pies,
sin muletas ni bastón.
Con el alma en carne viva,
abajo, sueño y trabajo;
ya estará el de abajo arriba
cuando el de arriba esté abajo.
Con el alma en carne viva,
abajo, sueño y trabajo.
Hay gentes que no me quieren,
porque muy humilde soy;
ya verán cómo se mueren
y que hasta a su entierro voy,
con eso y que no me quieren
porque muy humilde soy.
Miro a los hombres nacer,
miro a los hombres pasar;
hay que andar,
hay que vivir para ver,
hay que andar.
Cuando yo vine a este mundo,
te digo,
nadie me estaba esperando;
así mi dolor profundo,
te digo,
se me alivia caminando,
te digo,
pues cuando vine a este mundo,
te digo,
¡nadie me estaba esperando!
“A tu cumpleaños”, del poeta argentino Emilio Pablo
¡Mira!… Soy como el rosal
que solo en flores se brinda;
solo esperando que sirvan
para tu vida adornar;
mi poesía, en verdad;
eso que sale de adentro;
lleva de mis sentimientos
lo más profundo y bonito;
conmoción de eso escondido
en mi alma de cristal.
¿A qué viene?… A brindar
por tu cumpleaños este día;
y a celebrar la alegría
de disfrutar tu amistad;
que llueva felicidad
así cual garúa plena,
para que empapes con ella
este día en tu existencia;
y así, estos versos llevan
besos y abrazos sin par.
“Hay mucho que festejar”, del poeta chileno Eduardo León de la Barra
Hay mucho que festejar
desde las cero a las doce
que la gente se alboroce
y pasen a saludar.
No se tienen que apurar
si alguno no se acordó
aunque hace rato aclaró
que yo de acá no me muevo,
hoy NOMBRE cumple de nuevo
desde que el Sol asomó.
«Décima de cumpleaños a una madre», del poeta venezolano Juan Ortiz
La gaviota va contenta
entonando su poesía,
pues la madrecita mía
suma un año a su cuenta.
Una torta suculenta
preparamos con afecto,
la mereces, es correcto,
por tu entrega, por tu amor,
eres, madre, la mejor,
noble luz, ser perfecto.
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