Proverbios chinos

Proverbios chinos

Según la Real Academia Española, un proverbio es una «sentencia, adagio o refrán». No son exclusivos de Oriente, aunque bien conocidos son los proverbios chinos o japoneses. Lo que sucede que en lengua española nos referimos a los propios de nuestra cultura o de la cultura occidental como refrán, de manera general. Si bien es cierto, que los refranes suelen ser anónimos y a muchos proverbios se les puede atribuir una autoría.

¿Qué sabes sobre ellos? ¿Te gustan sus enseñanzas? ¿Te parecen inspiradoras? En este artículo atenderemos a los proverbios chinos, te contamos más sobre sus características y te damos algunos buenos ejemplos.

Proverbios chinos

Se componen por una frase breve que enuncia un mensaje. El mensaje es una enseñanza, una verdad, que a menudo tienen carácter moral. Esta referencia aleccionadora o sentenciosa puede propulsarnos a un comportamiento moral óptimo. Pueden servir para inspirarnos, para aprender o cambiar nuestra perspectiva y visión de las cosas. Hay de muchos tipos, por lo que es fácil encontrar aplicabilidad para diferentes situaciones.

Son muy antiguos, se conocen desde siglos y milenios y pasan de generación en generación mostrando alguna variación, pero nunca pierden la esencia de su mensaje. Este mensaje suele contener una sentencia capaz de traducirse a otras lenguas, de ahí la universalidad e importancia del enunciado. Puede decirse que un proverbio es el mismo tipo de locución que un refrán o aforismo.

Los proverbios orientales están muy apegados a la filosofía budista. Encarnan aprendizajes y enseñanzas con sencillez extrema para transmitir grandes verdades humanas. En cualquier caso, todos están repletos de sabiduría y son capaces de difundir está sabiduría a todas las capas de la sociedad y sus generaciones.

Las características comunes de los proverbios orientales en general y de los chinos en particular son los rasgos de esfuerzo, dedicación, disciplina, respeto o humildad, que comparten estas culturas. Todos los valores morales son innatos de la cultura china y de algunos países de Extremo Oriente.

Una aguja en un pajar

25 ejemplos

  • Las grandes almas tienen voluntades; las débiles tan solo deseos. No basta con desear algo, tienes que trabajar duro para conseguirlo. La voluntad consigue objetivos, los deseos pueden quedarse únicamente en fantasías.
  • El que teme sufrir ya sufre el temor. El imperecedero miedo al miedo. La preocupación constante ya crea el propio problema o disgusto.
  • Es más fácil variar el curso de un río que el carácter de un hombre. Esto dice mucho del carácter humano. Es difícil cambiar, especialmente las personalidades necias.
  • Excava el pozo antes de que tengas sed. Como el clásico de la cigarra y la hormiga. La previsión es crucial; si quieres atajar un problema cuando se presenta puede ser demasiado tarde o el doble de trabajoso.
  • El sabio no dice lo que sabe, y el necio no sabe lo que dice. El necio habla por demás y sin saber; en cambio, el inteligente, porque lo es, se calla muchas cosas, por lo que muestra su perspicacia y juicio.
  • Antes de ser dragón, hay que sufrir como una hormiga. No se pretenda ser el más fuerte o avezado desde el principio; debe comenzarse desde abajo, aprender muchas cosas y hacer otras tantas menos placenteras, en cualquier ámbito, para acabar siendo un auténtico dragón.
  • El agua hace flotar el barco, pero también puede hundirlo. Ninguna cuestión es buena o mala en sí misma, depende de cómo se mire o cómo se use.
  • Nada sienta mejor al cuerpo que el crecimiento del espíritu. Es, por supuesto, una conjunción, y no puede funcionar el uno sin el otro. Una mente en armonía se traduce en un cuerpo que está en bienestar.
  • Quien cede el paso ensancha el camino. Nos engrandecemos a nosotros mismos en la acción de ver por el otro.
  • Los bellos caminos no llevan lejos. Muchas veces no es posible alcanzar grandes objetivos escogiendo el modo fácil de hacer las cosas. Es necesario ensuciarse las manos.
  • Nadie se baña dos veces en el mismo río, pues siempre es otro río y otra persona. Una enseñanza clásica que también comentó Heráclito; sobre la mudanza de la vida, las situaciones y las personas, que se van moldeando con ellas.
  • Si haces planes para un año, siembra arroz. Si los haces para dos lustros, planta árboles. Si los haces para toda la vida, educa a una persona. Sobre el valor del tiempo y la solidez de las acciones, de la fragilidad a la robustez de la semilla.
  • Si me das pescado, comeré hoy, si me enseñas a pescar podré comer mañana. Es necesario dar apoyo con recursos para crear autonomía; se debe huir de la dependencia (pan para hoy…).
  • Para quien no sabe a dónde quiere ir, todos los caminos sirven. Cuando no se tiene definido un objetivo, bien porque no se conoce, bien porque no se ha buscado, se toman mil caminos superfluos, y no se logra nada.
  • Un copo de nieve nunca cae en el lugar equivocado. Dicho de otro modo, la suerte no existe.
  • Vence al enemigo sin manchar la espalda. Para ganar no es necesario tocar siquiera al adversario; basta con inteligencia y astucia.
  • La inocencia de un ratón puede mover un elefante. Acerca de la fuerza de la inocencia.
  • El sabio puede sentarse en un hormiguero, pero solo el necio se queda sentado en él. Cualquier persona puede equivocarse, pero solo el ignorante se quedaría con su error.
  • Si te caes siete veces, levántate ocho. Ese es el valor de la constancia.
  • Presta tanta atención a tu interior como la que prestas a tu imagen. Directa relación entre cuerpo y mente. Inmejorable ejemplo para la sociedad de hoy.
  • Asume tus responsabilidades y soluciona el problema cuando seas tú quien lo ha creado. Es decir, ocúpate de lo que está en ti, de lo que depende de ti.
  • Cuando te inunde una enorme alegría, no prometas nada a nadie. Cuando te domine un gran enojo, no contestes ninguna carta. No te dejes dominar por tus emociones; es el valor de la templanza.
  • Si no tienes miedo, no tienes por qué estar preocupado. La preocupación solo llega cuando damos mil vueltas a los problemas (te asalta el miedo, el temor). Si en lugar de eso, te ocupas de los problemas, la preocupación se desvanece.
  • No pidas amor, gánatelo. Céntrate en producir y provocar amor, y no solamente en recibirlo.
  • El trabajo y la constancia son los que te llevarán a ser lo que desees. Poco más hay que añadir. Muchos refranes y proverbios hay de este tipo, algunos añaden constancia, esfuerzo, disciplina, compromiso…, aun así todos coinciden en que la clave se encuentra en el trabajo.


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