8 errores habituales que se corrigen
Este es un artículo de tema que seguro que comparto con varios colegas correctores. Ya son varios años en esto y posiblemente coincidimos en los errores que vemos en textos de varios tipos y, sobre todo, en corrección literaria. He seleccionado los 8 más habituales que me encuentro. Animo a los escritores, blogueros y redactores a que los tengan en cuenta cuando surgen las dudas y procuren evitarlos. Y siempre está bien tener a mano manuales o libros y sitios de consulta (Ortografía y Gramática de la RAE o cualquier otro) para despejarlas.
8 errores habituales
Usos de mayúsculas y minúsculas
Un error muy habitual que viene dado por los muchos usos que son y que a veces son difusos o dependen del contexto. Por eso hay que echar un vistazo de vez en cuando si no se está seguro de cuál es el más adecuado.
Tildes diacríticas
Este es un clásico que los correctores ortográficos automáticos de los distintos procesadores de textos no suelen distinguir bien o, a veces, sugieren la alternativa que no es. Ejemplos de tildes diacríticas son: se/sé, tu/tú, el/él, si/sí, mate/maté, mas/más, te/té, de/dé, sabia/sabía, tu/tú, cante/canté, etc.
Comas vocativas
También es un error habitual olvidarlas y, por supuesto, en contextos informales, tipo mensajes de texto, etc., siempre brillan por su ausencia. Ejemplos: María, te he dicho que vengas / Hola, Luis, ¿qué tal?
Leísmo, laísmo y loísmo
También son errores clásicos.
El leísmo es el uso de le/les como complemento directo (en vez de lo/los y la/las). El laísmo es el uso de la/las como complemento indirecto (en vez de le/les). Y el loísmo ocurre cuando se usa lo/los como complemento indirecto (en lugar de le/les).
Vi un coche («un coche» es el complemento directo)
—Le vi (en vez de lo vi) . Ejemplo de leísmo.
Le dije a Marta que viniera («a Marta» es el complemento indirecto)
—La dije que viniera. Ejemplo de laísmo.
Di un sobre a Marta («a Marta» es el complemento indirecto)
—Lo di un sobre (en vez de le di un sobre) . Ejemplo de loísmo.
- Un caso de leísmo permitido es el que afecta a la tercera persona masculina, pero solo en singular. Por ejemplo:
Juan saludó a Pedro («a Pedro» es el complemento directo).
Lo saludó / Le saludó
- Otra excepción es el «leísmo de cortesía»:
Lo saludé (a usted) /Le saludé (a usted)
Adequeísmos
Estos son errores generales y constantes, quizás por escucharlos a diario en radio y televisión y a muchos de nuestros ínclitos políticos. Pero se han contagiado todos los ámbitos y, quizás, terminaremos olvidando la preposición «de». Sin embargo, lo correcto es:
Estoy seguro/convencido/me doy cuenta DE QUE
Gerundios incorrectos
Otro de los usos que conllevan más errores es de los gerundios. Los hay de tres clases:
- De posterioridad
Aunque podemos encontrar numerosos ejemplos de este uso en textos clásicos, hoy se considera incorrecto el uso del gerundio cuando solo introduce una sucesión temporal. Así que se recomienda buscar otras alternativas.
Compró sellos, estampándolos luego en los sobres que debía enviar.
- Especificativo
Se trata de un galicismo. El gerundio actúa como un adjetivo especificativo o una oración subordinada adjetiva. En la mayoría de casos debería sustituirse por que + verbo en forma personal.
Se ha modificado la ley penalizando el maltrato animal. > Se ha modificado la ley que penaliza el maltrato animal.
Hemos leído un cartel anunciando una huelga. > Hemos leído un cartel que anunciaba una huelga.
Solo se admiten dos gerundios especificativos: hirviendo y ardiendo. «Necesitaremos una olla de agua hirviendo»; «Se quemó con una vela ardiendo».
- Partitivo
Este uso incorrecto del gerundio se emplea para hacer una precisión sobre un subconjunto o parte de un todo:
Vieron pasar navegando tres barcos, siendo dos de ellos muy grandes.
Lo recomendable es suprimir el gerundio e introducir una expresión partitiva con pronombre relativo (entre los que o los cuales / de los cuales), y convertir el verbo ser o estar en una forma personal:
Vieron pasar navegando tres barcos, dos de los cuales eran muy grandes.
Concordancias (número y tiempo)
También ocurren en todos los ámbitos y con bastante frecuencia. La explicación puede estar al usar estructuras complejas con dos o más sujetos u oraciones subordinadas, y si no se revisa después el texto. Son errores de concordancia de número, de género o de ambos entre el sujeto y el verbo o entre el complemento directo y su complemento predicativo. También entre un sustantivo y el adjetivo o un participio, y entre el relativo y su antecedente.
Puntuación de diálogos
La gran asignatura pendiente de la mayoría de los autores. De acuerdo en que suele ser difícil, pero como mejor se aprende es escribiéndolos y, sobre todo, leyendo. Son muchos los ejemplos y necesitarían un artículo aparte. Pero acabaré con un apunte fundamental: para introducir un diálogo se usa la raya (—), no el guion (-) y jamás las viñetas.
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