El árbol de la ciencia. Reseña y análisis
El árbol de la ciencia es, según dijo el propio Pío Baroja, la mejor novela que escribió. Considerada semiautobiográfica, refleja sus propias vivencias identificándose con el personaje principal, Andrés Hurtado. Esta es una reseña y análisis detallado sobre ella.
El árbol de la ciencia — reseña
Publicada en 1911, el tema central es una historia de desorientación existencial. Cuenta la vida de Andrés Hurtado, un hombre perdido en una vida sin sentido y en medio de adversidades que lo llevan a continuos desengaños. Está dividida en 7 partes con 53 capítulos de extensión no muy larga. Sin embargo, también se distinguen dos ciclos o etapas de la vida de Hurtado, separadas por un intermedio en la cuarta parte.
Partes
La primera y segunda están dedicadas a la formación de Andrés, su familia y estudios. Su ambiente familiar hace de él un chico retraído que se siente abandonado. Sus hermanos y, sobre todo, la rigidez y continuas desavenencias con su padre van a determinar su posterior concepto de la vida.
En sus estudios de medicina (como Baroja) no encuentra nada con que calmar su ansia de conocimiento. La universidad y la ciencia en general están en un estado lamentable, los estudiantes no muestran interés por aprender y son crueles, y los profesores ineptos e incompetentes. Además, sus contactos con los enfermos de los hospitales, las miserias y más crueldades le hacen caer en otro estado de depresión.
Al margen de sus estudios, Andrés también descubre nuevas lacras sociales: las que rodean a Lulú, por ejemplo, una mujer que luego influirá poderosamente en su vida, y la larga enfermedad y muerte de su hermano pequeño Luis. Estos hechos lo volverán escéptico ante la ciencia.
Es en la tercera parte donde vemos la gran desorientación del protagonista. En la cuarta tenemos un debate con su tío Iturrioz donde discuten sobre la experiencia de vivir.
La quinta y sexta nos muestran a un Andrés con nuevas experiencias en el campo y la ciudad, su vuelta a Madrid y la reaparición de Lulú.
El mal ambiente del pueblo manchego (Alcolea del Campo) en donde comienza a ejercer como médico le produce un profundo malestar y decide marcharse a Madrid. Pero allí también se encontrará perdido y con la misma angustia. Todo lo lleva también hacia un pesimismo absoluto en cuanto a la política y se aísla cada vez más.
Ya en la séptima parte su matrimonio con Lulú le proporcionará una paz relativa. Pero la vida no le dará tregua y tras la muerte de su hijo y seguidamente su mujer, el desengaño definitivo provocará su suicidio.
Personajes
Además de los principales figuran muchos más secundarios. Baroja les da mayor importancia a algunos como el padre de Andrés, un déspota de apariencia engañosa; Julio Aracil, amigo de la universidad sin escrúpulos, cínico y un vividor nato; Luisito, el hermano pequeño, de una gran ternura; y el tío Iturrioz, un filósofo de teorías muy particulares. Esta disección de personajes es también una característica barojiana.
En cuanto a los solo mencionados de pasada tenemos a los profesores inútiles, los malvados estudiantes, los enfermos y personal de los hospitales, la gente de Alcolea y muchos otros.
Baroja utiliza una técnica de caracterización paulatina, es decir, sus personajes se van definiendo poco a poco, evolucionan y van adquiriendo su humanidad progresivamente.
Ambientación
También es un elemento fundamental. Abundan las escenas como el rincón de Andrés, lo que se ve desde su ventana, los cafés, la sala de disección, los hospitales, la casa de las Minglanillas y otros. Los paisajes son sin largas descripciones, como por ejemplo, los bocetos del pueblo valenciano, la casa o los huertos. O la de Alcolea, su espacio, la luz, el sofocante calor del verano, o el ambiente de la fonda, del casino y las calles, etc.
Contexto social
El árbol de la ciencia muestra muy bien la situación del país en los años en torno a 1898. En los estudios de medicina de Andrés ya se aprecia la pobreza cultural que había, donde sobresale la incompetencia de los profesores y se insiste en el desinterés de los alumnos y el desprecio general por la ciencia e investigación.
Pero donde está la verdadera visión de la sociedad española de la época es en la comparación entre la vida en el campo y la ciudad. El mundo rural de Alcolea es un mundo muerto, regido por la insolidaridad y pasividad de sus habitantes ante la injusticia. Además, se denuncia el caciquismo que existía. Y la ciudad es un lugar donde vuelven aparecer las miserias en oposición a la despreocupación de los más ricos. Ante esto el protagonista siente una terrible cólera para la que no parece haber solución y que lo va inclinando hacia un anarquismo radical.
Pesimismo
Concepto clave de esta novela que, como también reseñó Baroja, se trataba de una obra filosófica cuyo centro está en los conflictos existenciales. En resumen, la vida del ser humano queda sin explicación ni sentido, y como reza una frase: «… le parecía una cosa fea, turbia, dolorosa e indomable».
En definitiva
El árbol de la ciencia es muy de Baroja tanto por su contenido y enfoque como por sus aspectos formales, y es la novela más representativa de la época.
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