Muere Milan Kundera, autor de La insoportable levedad del ser
Milan Kundera ha fallecido en París a los 94 años a causa de una larga enfermedad. Escritor checo considerado uno de los más punteros del pasado siglo XX, vivía en Francia desde 1975, exiliado por sus críticas a la invasión soviética de Checoslovaquia después de la Primavera de Praga de 1968. En ese momento precisamente está ambientada la obra cumbre de su carrera como novelista (y también del trascendentalismo contemporáneo), La insoportable levedad del ser, aunque también cultivó la poesía, el ensayo y el teatro.
Entre sus obras están la recopilación de relatos El libro de los amores ridículos y las novelas La despedida, El libro de la risa y el olvido, La inmortalidad, La lentitud o La ignorancia. Su último título publicado es La fiesta de la insignificancia. Esta es una selección de fragmentos y poemas escogidos para recordarlo.
Milan Kundera — Selección de fragmentos y poemas
La insoportable levedad del ser
Sintió en su boca el suave olor de la fiebre y lo aspiro como si quisiera llenarse de las intimidades de su cuerpo. Y en ese momento se imaginó que ya llevaba muchos años en su casa y que se estaba muriendo. De pronto tuvo la clara sensación que no podría sobrevivir a la muerte de ella. Se acostaría a su lado y querría morir con ella. Conmovido por esa imagen hundió en ese momento la cara en la almohada junto a la cabeza de ella y permaneció así durante mucho tiempo… Y le dio pena que en una situación como aquella, en la que un hombre de verdad sería capaz de tomar inmediatamente una decisión, él dudase, privando así de su significado al momento mas hermoso que había vivido jamás (estaba arrodillado junto a su cama y pensaba que no podría sobrevivir a su muerte).
Se enfadó consigo mismo, pero luego se le ocurrió que en realidad era bastante natural que no supiera que quería: El hombre nunca puede saber que debe querer, porque vive solo una vida y no tiene modo de compararla con sus vidas precedentes ni de enmendarla en sus vidas posteriores. No existe posibilidad alguna de comprobar cual de las decisiones es la mejor, porque no existe comparación alguna. El hombre lo vive todo a la primera y sin preparación. Como si un actor representase su obra sin ningún tipo de ensayo.
La vida está en otra parte
En la rima y el ritmo hay un poder mágico: el mundo informe al ser apresado en un poema que responde a reglas fijas se vuelve repentinamente diáfano, regular, claro y bello. Si la muerte sobreviene precisamente cuando al final del verso anterior le ha tocado en suerte, hasta ella misma se convierte en parte armónica del orden establecido. Aunque el poema protestara contra la muerte, la muerte quedaría justificada, al menos como motivo de una bella protesta. Los huesos, las rosas, los féretros, las heridas, todo se convierte en el poema en un ballet y el poeta y su lector son los bailarines de ese ballet. Claro que los que bailan tienen que estar de acuerdo con el baile. A través del poema, realiza el hombre su concordancia con el ser, y la rima y el ritmo son los medios más drásticos de obtener esa concordancia. Y, ¿no necesita la revolución triunfante la certificación brutal del nuevo orden y, por lo tanto, una lírica llena de rimas?
El hombre que ha sido desterrado del refugio seguro de la infancia, quiere entrar en el mundo, pero, al mismo tiempo, le teme, y por eso crea con sus versos uno artificial, supletorio. Deja que sus poemas giren en torno a él, como las plantas lo hacen alrededor del sol; se convierte en el centro de un pequeño universo, en el que nada le es extraño, en el que se siente en su casa, como el niño dentro de la madre, pues todo está hecho de la misma materia que su alma.
Milan Kundera — poemas
Ser poeta significa
llegar al final
al final del movimiento
al final de la esperanza
al final de la pasión
al final de la desesperación
Entonces solo cuenta
no una vez no una vez
o puede suceder que
la suma de vidas resulte
ridículamente baja
¡Cómo un niño te tambalearás
por siempre en una tablita de multiplicar!
Ser poeta significa
llegar al final cada vez
***
¡Llévame contigo a donde quiera que vayas!
Ya sea que vayas lejos o hasta la casa de campo.
No interferiré contigo. No, no querría eso.
¡Me hago más joven! ¡Quieres! No tendré cuerpo.
Seré solo una niñita, solo un perro, seré pequeña.
Solo te pondré una bufanda alrededor del cuello…
Ya sea que vayas lejos donde el dolor no duela,
ya sea que vayas a tu trabajo arduo de cada día.
¡Llévame contigo! ¡Me convertiré en cualquier cosa!
Seré una migaja en tu bolsillo, por ejemplo.
Fuente: eldlp — Google Search
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