Casas de ficción. Un repaso a las más famosas
Son muchas las casas de ficción que recordamos y que son tan importantes como las historias que ocurren entre sus muros. Algunas, incluso, son fundamentales y tienen vida propia o afectan decisivamente a las de los personajes que viven en ellas, hasta están encantadas. En este artículo nos pasearemos por unas cuantas, desde las famosas mansiones de Cumbres borrascosas o Manderley pasando por Thornfield Hall o Tara y acabando en el 221b de Baker Street. Seguro que en todas nos quedábamos un rato.
Casas de ficción
Cumbres borrascosas — Cumbres borrascosas, de Emily Brontë
Es simplemente una de las casas de ficción más famosas de la literatura universal y además da título a la novela más conocida de su autora, que la publicó en 1847. La dramática historia que cuenta se desarrolla en un entorno tan cerrado como aislado que enmaraña de igual manera las relaciones de sus personajes. Ese ambiente está delimitado entre dos mansiones que también son dos mundos completamente opuestos: Cumbres Borrascosas y La Granja de los Tordos.
La primera es de la familia de los Earnshaw, un lugar lúgubre y hostil donde esas relaciones humanas están llenas de agresividad, falta de hospitalidad y rencor, pero también de una pasión exacerbada entre los dos personajes principales de la novela, Heathcliff y Katherine. Y la Granja de los Tordos, de los Linton, es todo lo contrario, rezuma amabilidad y buenos modos. Pero fuera de sus muros y perímetros no conocemos nada más y todos los que llegan sobre todo a Cumbres borrascosas terminan contagiándose de ese ambiente asfixiante.
Thornfield Hall — Jane Eyre, de Charlotte Brontë
No cambiamos de ambiente en esta otra casa de ficción que también pertenece a la familia Brontë. En la inmensa mansión de Thornfield Hall se desarrolla una de esas historias de amor y pasión inolvidables entre dos de los mejores personajes creados en el género: el reservado e inquietante señor Edward Rochester y la decidida y fuerte Jane Eyre. Pero la mansión también esconde un drama determinante en el rumbo de ese romance.
Casa Usher — La caída de la casa de los Usher, de Edgar Allan Poe
Solo el título ya no se dice ya nos dice el final de esta casa de ficción tan conocida también. Es una de las obras más famosas de su autor y una de las mejores historias de mansiones encantadas que dirigen el destino de sus habitantes y propietarios, los desequilibrados hermanos Usher.
Manderley — Rebecca, de Daphne du Marier
Ya lo dice todo ese principio de esta novela que es quizás más conocida por la magnífica adaptación que hizo Alfred Hitchcock en 1940. Manderley es la mansión-castillo al que llega la apocada segunda esposa del señor De Winter y se encuentra con que la sombra de Rebeca, su primera mujer, es demasiado alargada y está llena de secretos y misterio.
Anoche soñé que regresaba a Manderley. Estaba ante la verja de hierro, pero no podía entrar. Entonces, me imbuyó un poder sobrenatural.
Como curiosidad, Daphne du Maurier se inspiró en una casa real, Menabilly Manor, en Cornualles, que visitó por primera vez en 1926 durante unas vacaciones familiares. Igual que se puede ver en la película, un bosque ocultaba la llegada a la casa, que también parecía abandonada por su dueño, el doctor John Rashleigh. Mucho más tarde, con el dinero que ganó por la película de Hitchcock y un fondo estatal para restaurar la mansión, la escritora la alquiló y vivió allí más de veinticinco años hasta que terminó su contrató y tuvo que devolverla a los Rashleigh.
Tara — Lo que el viento se llevó, de Margaret Mitchell
Y cómo olvidarnos de la mansión y plantación más conocidas del Sur norteamericano, hogar de los potentados O’Hara, que también marca y está unida al destino de sus habitantes, en especial de Escarlata, la protagonista. Este fue un ejemplo de que la adaptación cinematográfica de una novela superó con creces a su original literario.
221b de Baker Street — Sherlock Holmes, de Arthur Conan Doyle
Si eres aficionado a Sherlock Holmes y vas a Londres, es imposible que no te pases por esta dirección. Porque allí es donde Conan Doyle puso la residencia de su personaje más inmortal. El edificio, según lo describió, es una casa victoriana de tres plantas repleta por dentro de antigüedades.
Hill House — La maldición de Hill House, de Shirley Jackson
Terminamos este repaso por algunas casas de ficción con esta novela, un clásico del terror psicológico, que firmó la que fue mentora de Stephen King y posiblemente, el nombre femenino de referencia del género. También está inspirada en parte en una de las casas encantadas más famosas de Estados Unidos, la mansión Winchester. Y, por supuesto, se ha llevado al cine.
Nos cuenta la historia del doctor Montague, un antropólogo que quiere investigar la mansión y comprobar si es cierta esa fama de encantada que tiene.
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