Antoine de Saint-Exupéry: libros

Frase de El Principito

Frase de El Principito

Cuando una persona escucha la frase “Antoine de Saint-Exupéry libros”, el primer título probable en pasar por su cabeza sea El principito. Es una cuestión totalmente lógica, pues Le Petit Prince (1943) es una de las novelas filosóficas y de género infantil más conocidas en todo el mundo. Sin embargo, aparte de la mencionada publicación, el legendario aviador francés completó siete textos más.

En conjunto, las creaciones escritas de Saint-Exupéry representan el reflejo singular de un piloto y un guerrero capaz de describir a la aventura con la perspectiva de un poeta. Igualmente, la labor literaria del lionés fue reconocida en vida con varios premios gracias a libros como Vuelo nocturno (1931) o Tierra de hombres (1939).

Análisis de los libros de Antoine de Saint-Exupéry

El tema omnipresente

Desde la ópera prima de Antoine de Saint-Exupéry, El aviador (1926), la aeronáutica representó una doble fuente de inspiración. Por una parte, es el tópico principal de su obra, en donde la persecución de la vocación podría costarles la vida a los protagonistas. Por la otra, la aviación es el eje central de gestas heroicas que dan origen a reflexiones sobre el mundo y sobre sí mismo.

Dichas líneas argumentales son evidentes en Courrier Sud (Correo del sur, 1929), cuyo personaje principal —el piloto Jacques Bernis— muere en el desierto de Río de Oro. Asimismo, Vol de nuit (Vuelo nocturno, 1931) está dedicado a exaltar la gloria de los primeros pilotos de la historia. Esos pioneros no dudaron en enfrentarse a la muerte con tal de cumplir rigurosamente con su deber.

Un aventurero de la vida real

Las experiencias personales del autor galo constituyen el núcleo temático de Terre des hommes (Tierra de hombres, 1939). En este caso, la aeronave es un elemento perfecto para la observación y la exploración del mundo. Al mismo tiempo, sirve para revelar la solidaridad intrínseca en los esfuerzos fraternales de las personas en la consecución de sus metas.

Cabe destacar que gracias a sus hazañas en la aviación —más el hecho de haber sobrevivido a varios accidentes—, Saint-Exupéry tenía una reputación mundial. Entonces, él utilizó sus propias memorias con el objetivo de ensalzar la cooperación, la responsabilidad individual y la consagración a los valores humanos universales.

Evolución literaria

Hacia finales de la década de 1930, los escritos de Saint-Exupéry demuestran la elaboración de un lenguaje más lírico, noble y conmovedor. En este sentido, Pilote de guerre (Piloto de guerra, 1942) es una evocación personal sobre un vuelo de reconocimiento realizado en mayo de 1940. La misión en cuestión fue ejecutada con espíritu de sacrificio y completada contra todo pronóstico.

Durante su estancia en Estados Unidos, Saint-Exupéry escribió Lettre à un otage (Carta a un rehén), publicada en 1944. Este texto es un llamado a la unidad de todos los franceses, un sentimiento congruente con su fidelidad a la resistencia francesa. A pesar de ello, él nunca disimuló su animadversión hacia el general Charles de Gaulle, el líder militar y político de la Francia libre.

El piloto convertido en leyenda

Sin lugar a dudas, Le Petit Prince (El principito, 1944) convirtió a Antoine de Saint-Exupéry en una figura inmortal dentro de la literatura universal. Se trata de una fábula infantil para adultos con un recordatorio sublime, conciso e imperecedero: las mejores cosas de la vida son las más sencillas. En concordancia, una persona solo puede alcanzar la verdadera riqueza cuando es capaz de dar a los demás.

Finalmente, la desesperanza creciente en la mirada del aviador lionés aparece claramente representada en Citadelle (Ciudadela, 1948). Este es un volumen póstumo de deliberaciones filosóficas en torno a una idea persistente en la última etapa del escritor francés. Dicha creencia afirma que el motivo más duradero de la existencia humana es ser depositario de los principios de la civilización.

Anexo: seis frases sempiternas de El principito

  • “Todas las personas grandes han sido niños antes. (Pero pocas lo recuerdan)”.
  • “Cuando el misterio es demasiado impresionante no es posible desobedecer”.
  • “Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que a los demás. Si logras juzgarte a ti mismo eres un verdadero sabio”.
  • “Es triste olvidar a un amigo. No todos han tenido uno”.
  • “He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos”.
  • “El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa sea tan importante”.

Sobre el autor

Antoine de Saint-Exupery

Antoine de Saint-Exupery

Nacimiento, familia, infancia y juventud

Antoine-Marie-Roger de Saint-Exupéry nació el 29 de junio de 1900 en Lyon, Francia. Huérfano desde los cuatro años, fue el tercero de cinco hijos de una familia aristócrata muy respetada en su ciudad natal. Sin embargo, el futuro escritor no fue un estudiante destacado, es más, reprobó el examen de ingreso a la École Naval (Escuela Naval).

De todos modos, el joven Antoine pudo estudiar arquitectura durante algunos meses en la École des Beaux-Arts. En 1921, fue aceptado dentro de la fuerza aérea francesa y trece meses después calificó como piloto militar. En 1926, se unió a la Campaña de Latécoère en Toulouse, encargada de establecer una ruta de correo aéreo sobre el noroeste de África, el Atlántico Sur y Sudamérica.

Labor literaria y matrimonio

La novela corta El aviador (1926) fue el debut literario de Saint-Exupéry. Seguidamente, completó Correo del sur (1928) mientras trabajó como director de la estación aérea del Sahara español. A partir de octubre de 1929 comenzó a realizar vuelos constantes desde el aeródromo de General Pacheco (Argentina) hacia distintos puntos del cono sur (principalmente a la Patagonia).

El piloto y escritor francés residió durante 15 meses en territorio gaucho. Aunque su residencia oficial estaba en Córdoba, fue en Buenos Aires donde conoció a la salvadoreña Consuelo Suncín, con quien se casó en 1931. (Ella es la rosa en El principito). Ese mismo año publicó Vuelo nocturno y en febrero de 1932 salió de Argentina, obligado por la turbulenta situación política reinante.

Trabajos periodísticos, accidentes y Segunda Guerra Mundial

En los años siguientes Saint-Exupéry trabajó como piloto de pruebas, publicista agregado de Air France y reportero para el Paris-Soir. A pesar de sus numerosas bajas por accidentes aéreos —casi muere en el desierto del Sahara el 30 de diciembre 1935—, se convirtió en aviador militar de reconocimiento. Entretanto, continuó su labor literaria con el lanzamiento de Tierra de hombres (1939).

Luego, el piloto lionés emigró a EE. UU. cuando Francia cayó bajo dominio nazi en 1940. En la nación norteamericana publicó Piloto de guerra (1942). Retornó a Europa en 1943 e inmediatamente se reincorporó al escuadrón aéreo del Mediterráneo. En esa época experimentó serios problemas económicos; además, para más inri, el general Charles de Gaulle lo acusó de apoyar a Alemania.

Desaparición

El 31 de julio de 1944, Saint-Exupéry despegó desde el aeródromo de Córcega para una misión de reconocimiento en las vísperas de la invasión aliada a Francia. Esa fue su última misión, nunca regresó. Los restos de la nave siniestrada junto a un brazalete con su nombre fueron hallados seis décadas después en el lecho marino cercano a la isla de Riou, a unas 11 millas al sureste de Marsella.



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