Cómo hacer un texto argumentativo

Frase del discurso de Martin Luther King

Frase del discurso de Martin Luther King

Un texto argumentativo es aquel elaborado con el propósito de convencer o persuadir al lector sobre la relevancia de la idea contenida en el escrito. Para ello, siempre es necesario explayar una serie de fundamentos prácticos y/o teóricos con respecto al tema tratado. Por consiguiente, el emisor debe, preferiblemente, poseer conocimientos sólidos y contrastables en la materia discutida.

Todo texto argumentativo precisa de una puntualización clara y fácil de entender por el receptor del mensaje. Adicionalmente, este tipo de escritos debe mostrar una postura o perspectiva particular a través de comentarios bien fundados (a favor o en contra). Por ejemplo: una editorial, un artículo de opinión, un desmentido, una explicación de motivos, un ensayo crítico, entre otros.

Pasos para hacer un texto argumentativo

Establecer una postura

El objetivo de todo texto argumentativo es explicar por qué un hecho, idea o decisión es o debe ser de una manera y no de otra. Ahora bien, es aconsejable construir un razonamiento libre de ideologías, sesgos o prejuicios, aunque, al mismo tiempo, debe reflejar una postura. Ese punto de vista no necesariamente es singular, pueden dos o más posiciones en torno a una temática o conflicto.

Realizar una propuesta y justificarla

Por lo general, en el primer párrafo del texto argumentativo se presenta una propuesta con el objetivo de explicar cuál es el tema seleccionado y por qué. Luego, es necesario exponer una justificación de dicha proposición en donde se defienden los motivos neurálgicos del análisis.

Esto es importante porque las argumentaciones más convincentes transmiten objetividad al lector junto a la expresión clara de uno o varios puntos de vista. Semejante equilibrio entre la opinión del emisor y la fidelidad conceptual se consigue mediante la inclusión de los denominados recursos argumentativos.

Recursos argumentativos más comunes

  • Citas textuales de autores reconocidos (argumentos de autoridad);
  • Descripciones precisas;
  • Ejemplificaciones (argumentos de analogías) y menciones de publicaciones indexadas (prensa, artículos científicos, leyes)…;
  • Paráfrasis;
  • Abstracciones;
  • Generalizaciones, enumeraciones y esquemas visuales.

Plantear los posibles resultados de distintos escenarios

Un buen texto argumentativo incluye deliberaciones capaces de reflejar distintos escenarios a futuro. En otras palabras, el núcleo del artículo debe ir más allá de valer por la posición del emisor en detrimento de otro(s) punto(s) de vista. De lo contrario, el escrito se vuelve insulso; por ende, no sirve para convencer y mucho menos hacer cambiar de opinión al lector.

En concordancia, es recomendable acompañar la justificación con una descripción de los distintos resultados —menos convenientes— de otras perspectivas. Para ello, es muy oportuno familiarizarse con el manejo de los distintos tipos de argumentos (incluyendo los mencionados argumentos de autoridad y argumentos de analogías). A continuación, se especifican:

  • Argumentos deductivos: un supuesto conduce a una resolución conocida o específica.
  • Argumentos inductivos: la premisa se basa en una experiencia y conduce a una conclusión generalizada.
  • Argumentos abductivos: es una conjetura que debe ser explicada o reformulada.
  • Razonamiento lógico: contiene proposiciones certeras que conllevan a una conclusión irrefutable.
  • Argumentos de probabilidad: se apoyan en datos estadísticos.
  • Argumentos afectivos: es un discurso que apela a las emociones del lector.

Resolución

El final de la argumentación debe incluir un cierre conciso (sin dejar cabos sueltos) de la temática o conflicto planteado. En complemento, el último párrafo puede incluir una invitación a ampliar el análisis. Así, el lector recibe un panorama completo —postura del autor, citas de especialistas y distintos escenarios a futuro— que le permite formar su propia opinión.

Estructura de un texto argumentativo

Introducción

Incluye la explicación del punto de vista del autor, el contexto del asunto o problema abordado junto a la idea central defendida en el texto (tesis inicial).

Cuerpo de la argumentación

Comprende el desarrollo de la idea, los datos, las citas de personas con autoridad en el tema, los posibles resultados de otras posturas y la contraposición con el planteamiento del autor.

Conclusión

Abarca la argumentación final con la síntesis de los puntos clave de la temática tratada y las recomendaciones a futuro (si aplica). Como puede observarse, mantiene la misma estructura de un ensayo.

Importancia de la argumentación

Se trata de una habilidad de las ciencias sociales muy útil al momento de comunicar y defender un punto de vista. En consecuencia, el perfeccionamiento de esta destreza ayuda a las personas a lidiar positivamente con sus inseguridades a la par del desarrollo de capacidad analítica. Por este motivo, la argumentación constituye la base del debate.

En el ámbito profesional, la argumentación y el debate son habilidades imprescindibles para cualquier negociador exitoso. De ese modo, la persona tiene la posibilidad de conseguir el trato más conveniente para él (o para la empresa que representa). Asimismo, estas destrezas comunicativas facilitan la implementación de estrategias de trabajo grupal, así como el intercambio de ideas.

El consenso en el diálogo público

Es imposible concebir un diálogo público carente de argumentación y de respeto al prójimo enmarcado en el uso de un lenguaje adecuado. Sin esas normas, la discusión se vuelve cacofónica, irracional e insostenible. No en vano, el intercambio de opiniones civilizado es imprescindible en toda sociedad para entender y resolver problemas comunes.

Por supuesto, en cualquier espacio público —en debates políticos, por ejemplo— los contraargumentos pueden ser acalorados. Del mismo modo, los oradores más experimentados suelen utilizar la ironía como recurso con el fin de demeritar la posición de sus adversarios. Adicionalmente, los participantes de un debate deben llegar a un consenso previo sobre las normas de la discusión.

Del texto argumentativo al debate

El debate por definición aborda un tema polémico y relevante, de esa manera, surge un interés natural cuya derivación lógica es la confrontación de ideas. Entonces, evidentemente, los integrantes de la disputa deben prepararse con antelación para defender su punto de vista. Es decir, repasar el asunto a discutir, conocer a su oponente y practicar sus discursos.

Cabe destacar que la estructura de los debates —introducción, exposición inicial, discusión y conclusión— es bastante similar a la expuesta anteriormente del texto argumentativo. Por esta razón, la recomendación más sensata para cualquier participante de un debate es, precisamente, redactar un texto argumentativo. En añadidura, es necesario considerar las funciones del moderador:

  • Presentar el tema;
  • Conceder el turno de intervención de los participantes;
  • Vigilar el tiempo de las intervenciones;
  • Velar por el uso de un lenguaje respetuoso;
  • Procurar que los debatientes se enfoquen en el tema acordado.

Textos argumentativos famosos (discursos)

Martin Luther King

Martin Luther King

  • Yo tengo un sueño (I have a dream), Martin Luther King Jr.
  • El discurso de Evita (María Eva Duarte de Perón) en el Día del Trabajador en la Plaza de Mayo (1ro de mayo de 1952).


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