Eclipse, de Jo Nesbø. Reseña

Eclipse. Reseña de la nueva novela de Jo Nesbø

Eclipse es la nueva novela de Jo Nesbø y se publica hoy. Se trata de la 13.ª entrega de la serie del comisario Harry Hole que llega aquí cuatro años después de que Cuchillo nos dejara con el corazón en la boca a los lectores más devotos. Así que vaya por delante que esta reseña no tiene nada de objetiva, como todas las anteriores dedicadas a la obra de este escritor noruego, sobre todo a los títulos que protagoniza este personaje tan único, seguido y querido del panorama negro contemporáneo.

Agradezco a Reservoir Books su deferencia al proporcionarme esta lectura de antemano. Y solo como pequeño adelanto: habrá más Harry Hole todavía.

Eclipse — Reseña

Aviso de que no es recomendable que la lean los que no conocen la serie o al personaje, o los que aún estén con títulos anteriores. Suelo aconsejar que se siga en orden para tener una visión en conjunto de la evolución de todos los personajes y las tramas. También advierto de algún destripe, aunque si se ha leído hasta Cuchillo no tiene por qué serlo.

De qué va Eclipse

Al final de Cuchillo nos habíamos dejado a Harry Hole en uno de los peores momentos de su vida decidiendo dónde marcharse para poner tierra de por medio después de los sucesos tan trágicos que sufrió. Y ahora nos lo encontramos acodado en la barra de un bar en Los Ángeles. No tiene dinero y está pensando en cómo acabar con todo de una vez.

Pero en esas aparece Lucille, una antigua, veterana y también olvidada actriz de Hollywood, que se pone hablar con él entre otras cosas para pedirle ayuda en ese momento. En su figura Harry recordará a su madre, a la que perdió siendo un adolescente por un cáncer. Es ese motivo el que lo empujará a echarle una mano y protegerla de unos criminales a los que debe dinero.

La piel pálida y la nariz recorrida por una fina red de venas azules, los ojos inyectados en sangre y el iris del color de un pantalón vaquero descolorido relataban que había vivido duro, que había bebido y caído hondo. Puede que también hubiera amado con intensidad.

Al mismo tiempo, en Oslo, ha aparecido muerta una chica a la que buscaban hacía días después de ir a una fiesta organizada por Markus Røed, un magnate inmobiliario con bastante flecos muy oscuros por ocultar. Además, hay otra joven relacionada con él que también ha desaparecido, así que el millonario está en el punto de mira de la policía. También han encontrado un inquietante detalle en la cabeza de la primera víctima, que indica que el asesino puede volver a matar.

Pero Røed quiere limpiar su nombre y acepta la sugerencia de su abogado Johan Krohn (al que ya conocemos de otras novelas) para buscar al mejor hombre que pueda investigar el caso y liberarlo de esas sospechas. Así que localizan a Hole y envían a un detective para contratarlo como investigador privado. Harry se niega en un principio, pero cuando una peligrosa banda mexicana los amenaza a Lucille y a él con matarlos y la retienen a ella hasta que no obtengan el dinero que quieren, Harry decide aceptar si Røed le paga la cantidad que necesita.

También a la vez la policía de Oslo sabe que necesita a Harry para resolver el caso, que parece obra de un asesino en serie en los que él es especialista. Y entre ayudar a unos y otros y enfrentarse de nuevo con todo su pasado, el alcohol, sus pérdidas y sus nuevos encuentros y esperanzas, solo tendrá diez días para dar con el asesino, cuyo método para matar tiene la forma de un parásito muy infeccioso y terriblemente letal que puede poner en jaque la salud de la población. El plazo también se acaba justo en el día en que habrá un eclipse de luna y otro de esos grandes amigos y apoyos de Harry se está marchando.

Lo que es

Un reencuentro con Harry Hole, quizás de los más deseados y que más se han hecho esperar por los lectores en toda la serie. Y de nuevo se repite lo que ocurre con este personaje tan carismático: que, en realidad, dan igual la trama, los secundarios alrededor y el asesino y esa forma tan terrorífica de matar —si pensábamos que lo habíamos leído todo ya en los libros anteriores sobre métodos aterradores de cargarse al personal, estábamos muy equivocados— o ese final de infarto, y también que te toca el corazón por más que lo sabes.

Estamos otra vez con Harry. Es ese verbo, estar, casi físicamente o por lo menos tocando las hojas del libro. Volvemos a verlo, nos sentamos a su lado en esa barra y compartimos su misma desesperación y a la vez su disposición a lo que marque el destino.

Ni dinero, ni días, ni futuro. Solo faltaba comprobar si tenía valor o cobardía suficientes para rematar.

Ese devenir lo maneja su creador de manera impecable, como siempre, componiendo la trama en una estructura sobre la que, aunque siempre planea y domina Harry Hole, también protagonizan con la importancia debida y justa el resto de personajes que ya conocemos de las anteriores novelas.

Maternidad y paternidad

Hay que hacer una mención especial a la figura de la madre de Harry, reflejada en el entrañable personaje de Lucille, de la que sabíamos poco y que se convierte en la razón principal de su recuperación para querer volver a la vida.

Pero también hay que destacar el otro lado, el de la paternidad de Harry. Ya lo habíamos visto actuar, o intentar hacerlo, como un padre para Oleg Fauke, ya también un policía adulto que trabaja en el norte. Pero ahora descubrimos a un Harry dando sus primeros pasos en la paternidad propiamente biológica al conocer a su hijo Gert, que tuvo con Katrine Bratt pero del que ella no quiere que se sienta responsable, aunque tampoco le impedirá verlo u ocuparse de él.

Esos momentos, que además están escritos con un toque de humor, nos proporcionan una nueva perspectiva de Harry y son los que al final queda como un rayo de esperanza para que sigamos viendo su recuperación vital.

En mi opinión, esta es una concesión a los lectores, a nuestras súplicas de que le diera un poco de tregua después de tantas desgracias, aunque el propio Nesbø de viva voz nos dijo hace cuatro años que nunca nos haría caso en nuestras sugerencias o deseos. Tal vez también él se haya querido apiadar un poco y haya decidido dejar ese final abierto y con ese toque de cierta luz en la destrozada y oscura vida de su criatura.

Pero no hay que fiarse. Quizás a Harry todavía le quede cuerda, porque desde luego es la gallina de los huevos de oro del autor, pero nunca se puede saber. Y también desde luego para la próxima nos seguiremos teniendo lo peor.

Estoy listo para el desguace.

Los puntos

Prim, que es el apodo del asesino, uno de los más espeluznantes de todas las novelas. Un psicópata de manual al que vamos conociendo en distintos episodios y escenas, a cada cual más aterradora.

La despiadada crítica a los medios de comunicación más sensacionalistas a la hora de tratar la información viene de la mano de dos personajes que son periodistas, y que también habían aparecido antes: Mona Daa, especializada en sucesos en el diario VG, y Terry Våge, del Dagbladet.

El reencuentro también con los personajes que más nos gustan además de Harry como Katrine Bratt o Alexandra Sturdza, ambas enamoradas de él. Eso sí, he echado de menos al jefe Gunnar Hagen, pero se compensa por el estupendo y sorprendente equipo del que se rodea Harry para sus investigaciones:

El equipo Aune

Llamado así por el nombre del psiquiatra amigo de Harry y que también lo ha tratado varias veces, Stale Aune, que padece cáncer y está en el hospital con muy mal pronóstico. Esa es también otra de las razones por las que Harry vuelve a Oslo.

Con él y en sus visitas a verlo, Harry también reúne a su amigo de toda la vida, Øystein Eikeland, que ha dejado el taxi para dedicarse al menudeo de droga, y el policía antiguo enemigo pero ahora aliado Truls Bernsten, que sigue apartado medio apartado del cuerpo y marcando distancias con su amigo de infancia y compinche de más de un delito que es Mikael Bellman, ahora ministro de Justicia. Todos serán fundamentales para que Harry resuelva el caso.

En definitiva

Que nos queda más Harry todavía. Que no faltan esos giros marca de la casa, ni las falsas pistas y sospechosos. Ni tampoco esas escenas superpuestas y momentos culminantes y paralelos que dan la vuelta en el último segundo.

En fin, imprescindible de nuevo. Porque Harry Hole nunca defrauda. A estas alturas está tan metido en la sangre y el corazón de los que lo seguimos que ya es imposible que lo haga. Así que larga vida, y más larga para su creador.



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