Rafael Montesinos. Aniversario de su fallecimiento

Rafael Montesinos fue un poeta sevillano

Rafael Montesinos fue un poeta sevillano nacido en 1920. Hoy se cumple un nuevo aniversario de su fallecimiento y para recordarlo ahí va esta selección de poemas de su obra.

Rafael Montesinos

Después de pasar sus primeros años y la adolescencia en Sevilla, se estableció en Madrid a principios de los años 40. De esa época son también sus primeros poemas. Ganó varios premios literarios como el Ateneo de Madrid, el Ciudad de Sevilla o el Nacional de Literatura. Y también fue nombrado Hijo Predilecto de Andalucía.

Algunos títulos de su obra son Balada del amor primero, Antología poética o El tiempo en nuestros brazos. Y varios críticos lo consideran a la altura de su paisano Gustavo Adolfo Bécquer.

Rafael Montesinos — Poemas escogidos

Fábula del limonero

Debajo del limonero,
la niña a mí me decía:
-Te quiero.

Y yo me puse a pensar
que era mejor la corteza.
Tiré las migas de pan.

Debajo del limonero
la niña me dio su beso
primero.

Y juntos vimos caer
los limones por el suelo,
cerca del amanecer.

Debajo del limonero,
la niña me dijo un día:
-Me muero.

Y ya no sé adónde ir ,
que el limonar me recuerda
la gracia de su perfil.

A una adolescente

Porque en tu sangre había
diecisiete caballos galopando,
en el dulce pecado de la carne
tú y yo nos encontramos,
que el amor vuelve un día de repente,
igual que vuelve el árbol
del estéril invierno a la más verde
mentira del verano.

Porque en tu sangre había
diecisiete caballos galopando,
al corazón quisiste
llegar y te quedaste entre mis manos.
Mi corazón es sitio solamente
de corazón. Me lo dejé olvidado
en una tierra roja de olivares
donde todo es más claro.
Déjalo sollozar. Sólo me sirve
para un amor lejano.

Pero medí tu cuerpo con mis besos,
tus besos con mis labios,
para las altas lunas de tus pechos
fui poeta romántico,
porque en tu sangre había diecisiete
caballos galopando.

Elegía ante un retrato de mi infancia

¿Por qué tan serio, dime, con mi mano en tu frente,
marinero sin mares que surcar? Como ahora,
el corazón tenía un sueño adolescente
y un hombre -da lo mismo.-. naufragando a deshora.

Tus seis años sabían que Dios me había dado
una luz que no acaba y un mundo que no quiero.
Estabas ya vencido de amor y enamorado.
Morías por las mismas cosas que yo me muero.

Esa mirada triste -mi mirada- me enseña
que presentías todo lo que vino después.
Tú te quedaste en esa cartulina pequeña,
yo me fui por el mundo. Lo demás, ya lo ves.

Letrilla

Miénteme tu amor, ahora
que creo en ti. Sobre el lecho,
entre mis brazos estrecho
tu sangre trasnochadora.
¡Pronto, que llega la aurora!
Miénteme, amor, miénteme,
que ya me arrepentiré.

Ay, qué pena me da verte
intentándome asustar
con otro fuego. Pecar
es dejarte y no tenerte.
Mira, niña, que a la Muerte
le he hablado siempre de usté…
Y no me arrepentiré.

Vayan mis labios derechos,
ahora que nadie nos mira,
hacia la dulce mentira
levantada de tus pechos.

Queden mis labios deshechos,
ahora que nadie nos ve,
y ya me arrepentiré.

Yo estoy solo en la tarde. Miro lejos…

Yo estoy solo en la tarde. Miro lejos,
desesperadamente lejos. Quedan
por el aire las últimas palabras
de los enamorados que se alejan.

Las nubes saben dónde van, mi sombra
nunca sabrá dónde el amor la lleva.
¿Oyes pasar las nubes, dime, oyes
resbalar por el césped mi tristeza?

Nadie sabe que amo. Nadie sabe
que si llegó el amor trajo su pena.
Yo estoy sólo en la tarde y miro lejos.
No sé de dónde vienes a mis venas.

Te me vas de las manos, no del alma.
Nos separan montañas, vientos, fechas.
El amor, cuando menos lo pensamos,
se nos viste de ausencia.

Estoy en soledad. Miro a lo lejos
oscurecer la tarde y mi tristeza.
Estoy pensando en ti y estoy pensando
que acaso en soledad también me piensas.

Fuente: A media voz



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