Primera persona del singular

Primera persona del singular

Primera persona del singular es una colección de relatos de Haruki Murakami. Se publicó en 2020 de la mano de Tusquets editores, una habitual de la obra en español del respetado autor japonés.

Dentro de su dilatado trabajo, Murakami da cuenta esta vez de una nueva antología de cuentos que está compuesta con delicadeza. En ella restallan notas de amor hacia la vida y las personas que la rodean, sus actitudes y los momentos de los que nos acompañamos, ya sean sociales o en nuestra soledad. Una obra que vuelve con la belleza y la creatividad propias de Murakami y de la que aquí te contamos más.

Primera persona del singular

¿Qué clase de obra es?

El compromiso del libro es claro: el narrador en singular que garantiza una experiencia en primera persona. Sin embargo, no puede juzgarse que lo que se lee se trate de algo inventado, testimonio de un yo, o que sea el propio Murakami quien se encuentre detrás del relato. Eso es algo con lo que el escritor juega y ha de apostarse por lo que cada uno decida creer. Murakami invita sutilmente a su lector, le hace partícipe de relatos que hablen en primera persona. Y que a la vez dan testimonio de una cotidianidad aparentemente insulsa que contiene historias con las que uno pueda sentirse identificado.

El libro consta de ocho relatos:

  • Áspera piedra, fría almohada.
  • Flor y nata.
  • Charlie Parker Plays Bossa Nova.
  • With the Beatles.
  • Antología poética de los Yukult Swallows de Tokio.
  • Carnaval.
  • Confesiones de un mono de Shinagawa.
  • Primera persona del singular.

Libro y lazo con corazón

Estilo y temas

Destaca la simpleza de los momentos a los que Murakami da justo valor en las variadas historias de sus cuentos. Todas ellas tienen en común el amor y la admiración por las pequeñas cosas de la vida, de los momentos que vivimos y de las personas de las que nos hacemos rodear. Hay un tono ciertamente nostálgico y a la vez esperanzador.

Los temas de los que habla rozan lo anodino: como una canción, un equipo de béisbol, una persona que nos trae de cabeza… Amar. La vida. Todo salpimentado con la añoranza de la juventud, del pasado que siempre vuelve, la experiencia o la ingenuidad. Murakami escribe con el don de quien trabaja el talento y muestra su obra sin ostentación. Solamente es necesaria un poco de picardía para discernir lo que es verdad de lo que pertenece a la imaginación del creador . O, bueno… ¿acaso eso importa?

Asimismo, Murakami refleja su denotada experiencia para los que ya lo conocen y también para los nuevos lectores que se acerquen a él por primera vez. Primera persona del singular pareciera un alto en el camino de su producción, reanima la existencia y la literatura sin ocultar el paso del tiempo, la decrepitud y lo marchito. Pero, al mismo tiempo, en sus historias crea una emoción propia de la juventud y la adolescencia: nueva para los neófitos y renovada para los veteranos.

Saxofón

Suenan unas notas…

La música es parte de la vida y obra de Murakami. Por ello es que este tema sobresale, y se introduce, y baila nuevamente en un libro más del autor. Es curioso cómo el japonés y el argentino (hablamos de Cortázar) coinciden en su amor por la tonalidad jazzística de, por ejemplo, Charlie Parker. Uno de los relatos conecta con el saxofonista estadounidense, como también lo hiciera Cortázar en su relato «El perseguidor». Más elementos musicales remiten a Los Beatles, a los vinilos o a la fascinación de los melómanos por las corcheas y las negras.

El lector podrá conectar sin duda alguna con el Murakami más genuino y sorprendente, en primera persona, y con mono incluido.

Haruki Murakami

Haruki Murakami nació en Kioto en 1949. Estudió en la Universidad de Waseda y además de escribir narrativa y ensayo, se dedica a la traducción y a la docencia. Entre sus aficiones se encuentra la música y el deporte, en especial el atletismo, una actividad que él mismo practicó durante mucho tiempo.

Antes de dedicarse a la escritura desempeñó diferentes trabajos: atendió en una tienda de discos y abrió su propio bar de jazz. Mientras pagaba las facturas, Murakami robaba horas al día (y a la noche) para poder componer sus historias. En De qué hablo cuando hablo de escribir se descubren muchas cosas acerca del autor, como cuando escribía sus primeros relatos en la mesa de su cocina, ya de madrugada y agotado tras cerrar su bar.

En su carácter de escritor destaca la influencia occidental que ha recibido y vertido en su obra. Muchos otros escritores japoneses no lo consideran un creador oriental precisamente por eso. Murakami siempre convivió con la música y la literatura de Occidente, siendo influido especialmente por Kurt Vonnegut.

Por su parte, muchos son los admiradores del escritor japonés que esperan que algún día se alce con el Premio Nobel de Literatura. Aunque es un nombre sonado desde hace años, de momento no se ha llevado al codiciado galardón. Pero Murakami ha sido reconocido internacionalmente y traducido a cincuenta lenguas. Y es que se le considera uno de los novelistas actuales más influyentes.

Algunas de sus obras de más renombre son: Tokio blues, Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, Kafka en la orilla, 1Q84, Los años de peregrinación del chico sin color, o De qué hablo cuando hablo de correr.



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